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No soy una señora

Creo que todavía recuerdo la primera vez que me dijeron “señora”… tenía como 23 años y estaba de luna de miel. Bueno, evidentemente CERO me veía señora porque era un pollo acabado de nacer, pero fue fuerte que alguien se dirigiera así hacia mí.

En ese entonces justo la canción de María José estaba de moda, “No soy una señora”, y se volvió mi himno (¿quién diría que 15 años después trabajaría con ella?). A los 27 me divorcié y me siguieron diciendo “señora”, luego a mis 35 parí y pues ahí si ni cómo ayudarme…

¡Que no soy una señora!

Pero bueno, hace unos días estaba en una tienda (cabe resaltar que iba sola y traía un look CERO “señora”) y el cajero (que era como de mi edad) me dijo señora, ¡dos veces! Y no sé qué cara le hice porque siento que nomás le levanté la ceja y le pegué una jeta gigante, pero me salí de la tienda pensando porque me enoja tanto que me digan “señora”. Si sí soy señora ahora sí ni cómo negarlo, aquí mis conclusiones con psicoanalisis.

Me molesta de sobremanera que me digan “señora” porque la sociedad, la industria de la moda, la publicidad, los medios digitales, y prácticamente cualquiera nos ha dicho desde que nacemos que los “señores” o “viejos” son sinónimo de obsolencia. Que están pasados de moda, entre más grande y más señor, más lento, menos creativo, menos novedoso. Entonces claro que todos tenemos miedo de envejecer porque NADIE se quiere ver “mal” y mucho menos sentir que ya no somos necesarios.

Cambiar nuestra mentalidad

Curiosamente mientras tenía estos diálogos internos sobre mi “no señorismo”, una amiga subió un video de Iris Apfel (a quién admiro profundamente) y quien a sus 100 años sigue siendo una de las mentes más creativas alrededor del mundo.

Ella decía que la clave para no volverse aburrido con la edad es siempre aceptar los desafíos y jamás quedarse en la zona de confort; ella dice que la edad es un número y que hay jóvenes que tienen una actitud “señorial”. Y sí, tiene razón, pero ya cuando uno anda pisando los 40, 50 ó 60 pues esta difícil cambiar el ‘mindset’. Vamos cargando con estos paradigmas y tabúes con los que nos criaron y claro que cuesta cambiar el chip.

Mantenerse vigente no es fácil, a cualquier edad y menos en la actualidad que todo cambia en segundos. Yo agregaría que la clave al “no señorismo” es también el ejercicio; igual veía un video de la importancia de hacer ejercicio para tener una buena vejez y no ser dependiente. Para mí, una de las grandes razones para volverse dependiente es que la creatividad y motivación vayan muriendo poco a poco.

“No soy una señora” seguirá siendo mi himno, no importa cuántos años tenga. Y si me dicen “señora” les diré: pero hay de señoras a señoras joven, y yo soy una señora cool.

Con cariño,
Gina

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Gina Ortega Gina Ortega

Su pasión por la moda la llevó a fundar High On Fashion, blog de moda, belleza y estilo de vida. Además, es Fashion stylist y asesora de celebridades. Por su estilo se ha convertido en referente de la moda femenina. 

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