Una disculpa sincera puede ser una excelente manera de reparar una relación que ha pasado por una mala racha.
Sin embargo, a veces las disculpas se quedan cortas o simplemente no cumplen su función, aunque no sea tu intención. Aquí hay algunos errores comunes de disculpas que lastiman o empeoran las cosas en lugar de ayudar.
Las peores cosas que puedes decir cuando te disculpas
1. Demasiado breve: “¡Lo siento!”
De acuerdo con un artículo de Psychology Today, el simple hecho de decir la palabra “lo siento” en realidad no trasmite pesar o arrepentimiento. Especialmente cuando se acompaña de poner los ojos en blanco, esta disculpa de una sola palabra envía el mensaje: “Diré que lo siento porque insistes, pero en realidad no lo digo en serio. Solo quiero que dejes de acosarme”.
“Ay, lo siento, ¿de acuerdo?”, es otra variación de la disculpa demasiado breve que esencialmente exige: “¿Ya terminamos?”. Y hay personas que insisten todavía más: “¿Qué? Me disculpé. ¿Qué más quieres?”.
2. “Lo siento si malinterpretaste mi mensaje”
De acuerdo al terapeuta Jeff Guenther, que realiza videos de consejos en su cuenta de TikTok, @therapyjeff, “no estás asumiendo ninguna responsabilidad”. Incluso si la otra persona entendió mal algo que quisiste decir, todavía puedes mostrar algo de remordimiento, cuidado y empatía por los demás.
3. La disculpa inculpadora
“Lamento que te sientas así”. Esto es otro ejemplo de esquivar la disculpa porque se enfoca en un supuesto error de la otra persona, no en quien se disculpa. Los que se disculpan no son responsables de los sentimientos de otras personas, pero son responsables de sus propias acciones, que pueden haber desencadenado esos sentimientos.
“Lamento que te sientas…” implica que los sentimientos de la otra persona son el problema y no las acciones del que se disculpa.
4. Poner el foco en ti
“Lo siento, supongo que soy una gran decepción”. ¿Te han aplicado ésta? Básicamente, es cuando las personas cambian hábilmente los roles y son quienes terminan exigiendo una disculpa o atención en lugar de darla.
En lugar de expresar una preocupación genuina por la parte lesionada, presenta al que se disculpa como el que necesita consuelo. Presiona a la otra persona para que responda: “¡No eres un desastre!”
También absuelve al que pide disculpas de asumir la responsabilidad de lo sucedido o de prevenirlo en el futuro.
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