Vive tus etapas correctamente

etapas

Y pensar que hace cinco minutos estábamos contando los segundos para darle la bienvenida al 2024. Ya es abril, ya es primavera, se acabaron las vacaciones y toca regresar a la rutina. Amo la rutina, desde que cumplí 30 veo las cosas tan diferentes; y es que la vida te pasa factura de tus hábitos a la décima potencia.

Ya te pones a pensar si cenar pesado o no, porque puede que no duermas a gusto. Las desveladas cuando tienes hijos te las piensas no una, sino 10 veces. Valoras tanto estar en tu casa y escuchar esos piecitos corriendo a tu cama… Por eso haces todo lo que esté en tus manos para estar en paz y sentirte bien.

Foto: Imagen de pvproductions en Freepik

Todavía me acuerdo cuando mis amigas y yo salíamos jueves, viernes, sábado y todavía rematábamos el domingo en Fisher´s porque “solo se vive una vez”, y qué divertido fue. Exprimí mi época de salir, desvelarme, brindar y bailar sin parar.

Creo que es por eso que ahora cuando veo stories de amigas en el antro, en el after, con boda cada fin de semana o de plan en plan, no me causan naaaada de angustia ni FOMO. Lo que yo tengo es JOMO, acabo de descubrir ese término: ‘Joy of missing out’ (el placer de perderse algo).

O sea, somos de muchos planes, mucha convivencia con amigos y actividades intensas con hijos, sí. Pero que a mí me cancelen una cena es como algo “maravilloso”, ya que dormir a mi hora es de verdad la clave para hacer todo lo que hago sin colapsar ni morir en el intento.

No sé qué tanto le guste a mi esposo verme a las 9 de la noche dormida profundamente, ¿verdad? Mientras el señor se duerme hasta las 11 o 12, yo de plano no llego. De repente tenemos cenas, viajes, planes de adultos, sí, como una vez al mes. Pero a mí invítenme de día, a comidas con hijos y sobremesas mientras juegan. Un planazo.

Y es un tema de personalidades, no de edad. Tengo amigas de 50 años que tienen mucho más aguante que yo y claro que me friegan, porque también llevo meses sin tomar (a excepción de una cerveza con chamoy que encontré en vacaciones y me enamoró). Pero yo quiero mi pilates, convivir de día, mi ‘dirty chai’, mis libros, trabajar mucho mientras mis hijos están en la escuela. Estoy a un mes de empezar mi maestría y eso es lo que realmente me emociona, eso no significa que no quiera ver a mis amigas. De día soy un gran elemento, lo prometo.

Mi papá me dio los mejores consejos de mi vida, pero este es el mejor: VIVE TUS ETAPAS CORRECTAMENTE.

Y les juro que tengo amigas que sueñan con tener la vida de la de al lado: la de los cuatro hijos, la soltera o la divorciada. No funciona así. Tú puedes tener la vida que quieras poco a poquito, pero hay que chingarle a lo emocional, a lo laboral, a tu proyecto de vida haciendo a un lado el familiar.

Te prometo que eso cambiará todo, recordando que hay etapas para todo. Si estás embarazada, sin energía, a punto de parir o con bebecitos en casa, CÁLMATE lo más que puedas. Vive tus etapas correctamente y te prometo que esa vida que sueñas llegará antes de lo que crees, tomando las decisiones correctas y siendo congruente. Es el mejor regalo que te puedes dar. Te lo mereces, no lo dudes.

Foto principal: Imagen de freepik

Cómo he cambiado después de mi 20° baby shower

baby shower

Ahí estás en tu 20° ‘baby shower’, porque fuiste la primera de tus amigas en ser MAMÁ. Para ese entonces, ellas fueron crudas y desveladas a tu celebración; y el tema de conversación se resumía a cuál era el plan que seguía en la noche, con quién saldrían, lo guapo que estaba el ligue de la noche anterior y mucho más.

¡OJO! Yo soy la más feliz escuchando todas las historias de mis amigas y quienes me conocen lo saben, amo que me hablen cuando no pueden más de amor o cuando les rompen el corazón… por algo estudié psicología. Me fascina escuchar, estar para ellas y apoyar en lo que pueda.

Pero este artículo no se trata de eso. Se trata de contarles que después de tantísimos ‘baby showers’ a los que he ido en mi vida, he visto a tantas amigas ir cambiando de prioridades en la plática que me parece interesantísimo. Aclaro que el chisme es el chisme, que a todas nos encanta y que pretendo que nunca se vaya, ja ja ja.

Peeeero, antes hablábamos de marcas de carriolas, de papillas, de ‘boobs’ post lactancia, de lo agotador de la etapa de tener bebecitos que necesitas mantener sanos, con vida, descansados, contenidos, apapachados y limpios 24/7. Además, de lo pésimo que te cae tu esposo en esa etapa… Y entonces, en un abrir y cerrar de ojos, pasas a estar en ‘baby showers’ de amigas entre 32 y 37 años, y no importa si es su primer bebé o su cuarto: LA CABEZA ES OTRA.

¡Oh, sorpresa! Lo que antes te quitaba el sueño, hoy es la MENOR PREOCUPACIÓN DE TODAS. Ahora, los esposos están rondando la famosa crisis de los 40 y ya todos estamos más cansados. No somos los “elementazos” que éramos antes, cantando Maluma y acabando a las 6:00 AM brincando en el antro arriba del sillón. Tampoco podemos salir dos noches seguidas a cenar, para que me entiendan, ja ja ja.

Entonces llega la edad donde comprendes la frase de “ELIGE TUS BATALLAS”. También porque a esta edad ya sabes perfectamente lo que quieres y lo que no quieres, tienes más responsabilidades y menos energía. Así que hay veces que se la quieres mentar a tu esposo y piensas: “Si lo hago, no voy a dormir bien, y yo necesito dormir bien”.

Entonces respiras, acumulas esa batalla en el cajón de “Esto lo podemos dejar pasar” y continúas con tu plan de dormir nueve horas para al día siguiente arrancar a las 6:00 AM siendo la mamá, la jefa, la esposa y el ser humano que necesitas ser.

Hasta los ‘baby showers’ han ido evolucionando, son el ejemplo perfecto de CUÁNTO INFLUYE la edad en todo. Ya sé que sin salud no hay nada, pero concentrémonos en aquello que nos preocupa en el fondo, de eso que va cambiando con la edad. Vamos madurando y aprendiendo, y rodearte de amigas que te suman, donde te ríes y lloras con ellas, es fundamental.

Aunque haya días complicados, este puede seguir siendo tu año

salud mental

Aunque nos ponemos metas muy altas (a mí me gusta hacerlo, porque me encantan los retos), nada me interesa más en esta vida que cuidar mi salud mental. Sin eso no hay nada. Sí, la salud física también es importante, pero hoy te quiero contar unos datos interesantes sobre la salud mental.

¿Has tenido un ataque de pánico? Si no, agradece con todas tus fuerzas que no has estado ahí, porque en ese minuto conoces el valor verdadero de la paz. Esos sentimientos de miedo, de amenaza, de perder por completo el control del rumbo que toma tu mente y hasta tener un exceso de estímulos, de preocupaciones, de angustia y ansiedad, pueden terminar en esos ataques en donde te desconoces por completo y te genera una impotencia DE OTRO NIVEL.

Nuestro cuerpo es demasiado sabio. Esto que te acabo de mencionar, podría considerarse una especie de simulacro que nos manda el cuerpo para despertar y poner un alto, antes de que llegue el verdadero temblor.

Leí un artículo que me encantó donde explicaba que todos tenemos dos áreas en nuestro ser, en nuestra vida, en quienes somos: el área física y el área emocional. Vámonos con este tema puntual y sin tanto rollo:

CUANDO PIERDES LA CONEXIÓN Y LA SINTONÍA ENTRE LO FÍSICO Y LO EMOCIONAL, empiezan a fallarte los cables, los cables de la congruencia, del amor propio, del autocuidado, del equilibrio y de tu paz. Son esas etapas donde parece que navegamos por la vida en piloto automático, en una constante rutina, como sobreviviendo en vez de estar viviendo de verdad.

Entonces, si te has sentido así, no pienses que será una constante o que el 2024 ya no luce tan esperanzador. Este sigue siendo tu año y cada año lo será, con todo y sus bajones y picos de alegría, de éxito y felicidad extrema. No perdamos de vista esas dos áreas de nuestro ser que lo son todo. De esta manera, cada día, podremos estar un puntito más cerca de las mujeres que soñamos ser. Y que muchas veces ya somos eso, y mucho más.

Recibí una llamada de mi amigo psiquiatra

psiquiatra

Y entonces, después de días de no dormir, de confirmar y reconfirmar que no me puedo aprender las cosas por mucho que lo intente, subí al escenario a dar mi Ted Talk en la Anáhuac, apoyada de una pantallita donde aparecían mis textos, pero iban muy rápido.

Los nervios, la emoción y remover el duelo me llenaron de miedo, pero ¡LO HICE! Y me di cuenta de algo muy valioso: yo necesitaba decir todo lo que dije en voz alta para soltar un equipaje emocional que llevaba cargando durante muchos años, un duelo postergado. No podía creer que lo había hecho. Cuando junté mis manos en modo de gratitud para cerrar mi plática y decir GRACIAS, solté por completo mi cuerpo.

Horas más tarde recibí una llamada de mi amigo psiquiatra, y no cualquiera, el mejor que he conocido en mi vida, para preguntarme: ¿Cómo te fue? Y contesté: “Lo pude haber hecho mejor”.

Qué duro, ¿no? Así nos volvemos de exigentes con nosotras mismas. Mi amigo me metió una regañiza que ni les cuento; me la merecía, porque la sobreexigencia acaba hasta con los sueños más bonitos y las metas más grandes, y dejas de aplaudirte por tener ese ojo tan clínico y perfeccionista que acaba haciendo daño.

Así que además del reto enorme que logré en mi vida, cerré con broche de oro: una enorme llamada de atención por RECONOCERTE, DISFRUTAR, APLAUDIRTE Y DEJAR DE EXIGIRTE A GRANEL EN ESTA VIDA, porque solo hay una y de verdad que pasa volando. Siento que fue ayer cuando estábamos poniendo el árbol de Navidad y ya está acabando febrero. Así se nos van los primeros pasos de nuestros hijos, su primer partido de futbol, nuestros aniversarios, los cumpleaños y mucho más.

Y quería compartírselos porque esto fue parte de mi cierre en mi plática. Dejemos ese discurso tan de moda y tan absurdo de que podemos con todo y más. No siempre podemos, haz una pausa, dedícate ese tiempo que te quedaste debiendo tantas veces y disfruta ese libro, ese café con tu amiga, esa novela que te hace llorar, la veinteava temporada de “Grey´s Anatomy” o el documental que quedó pendiente… VAMOS A DISFRUTAR MÁS.

Nos va a dar miedo la vida, los retos, las pruebas, pero que sea ese miedo del bueno; del que aun con miedo, te avientas, lo logras y te pegas esa estrellita en la frente, sin esperar el ‘like’ o el reconocimiento de los demás. Cuida siempre antes lo PROPIO que lo AJENO. De este modo, seremos cada día más humanas y felices.

Foto principal: Imagen de Freepik

Educar en tiempos de pantallas y redes sociales

educar en tiempos de pantallas

Todos ya tenemos muy claro que educar personitas, ser Mamás y Papás es una chamba ENORME, pero la más gratificante, sin duda.

Todo el mundo habla del gran reto que es educar en tiempos de pantallas y redes sociales. Sin duda, esto es nuevo para todos. En mi época, por ejemplo, existía Hi5 cuando me fui a estudiar un año a Canadá y mis Papás no sabían que yo estaba abriendo mi primera cuenta en redes sociales; fue divertido subir mi primera foto de perfil, agregar a mis amigas y amigos, poner mi edad, el colegio donde estudiaba y algunas fotos de mi vida.

Ni por un segundo, mis Papás tuvieron ese miedo o angustia de que fuera a hablar con desconocidos por Hi5. Apenas tenía tiempo de meterme a mi inbox, pues estábamos llenas de clases, planes y diferentes actividades. Amábamos convivir entre mexicanas y conocer a los guapos de “prepa” en el recreo, chismear en las tardes, desvelarnos a escondidas de nuestra cuidadora y escaparnos a un cuarto para estar todas juntas. Era mucho más interesante la vida real que buscar contacto con gente que estaba en México y mucho menos buscar desconocidos.

Me gusta mucho acordarme de esa etapa de mi vida para escoger el caminito correcto con mis hijos. Obviamente de vuelta en México tenía muchísimo más tiempo libre: me la pasaba pegada a mi celular en las noches, chateando por Messenger, tenía hasta computadora en mi cuarto (que la usaba un 90% para perder tiempo y 10% para las tareas). Pero, por otro lado, no había Snapchat ni Instagram, mientras que Facebook era igual de aburrido que Hi5. Subía mis fotos cuando me acordaba, a destiempo; no estabas pendiente de la vida de nadie ni sabías qué habían desayunado. Y eso, sin duda, ha cambiado.

Foto: Imagen de Freepik

Educar en tiempos de redes

Hoy, dedicándome a ser creadora de contenido, es parte de mi trabajo compartir mi día a día, lo que voy viviendo en cada etapa y, aunque me encanta hacerlo y amo mi trabajo, esto podría jugarme en contra en el minuto que les diga a mis hijos que “no suban eso”. ¿Verdad? Lo tengo muy claro, pero creo que he aprendido a ser muy cuidadosa, profesional y compartir ÚNICAMENTE LO QUE ME DA PAZ.

Regresando al punto de educar en tiempos de pantallas y redes sociales, al menos en la etapa en la que todavía podemos tener el control sobre lo que hacen, lo que tienen, a dónde van y con quién, creo ciegamente en que debemos inculcarles una vida de saber estar PRESENTES. Una vida con muchísimo deporte, actividades donde tengan contacto con la naturaleza, la bici, el cochecito rápido, las resbaladillas en el parque, sacar a pasear al perro, jugar con otros niños, “ABURRIRSE” como dicen ellos e ingeniárselas entre hermanos. Se vuelven muy creativos y de ESO SE TRATA, de impulsar ese estilo de vida que los hará agarrarle amor y gusto a hacer cosas mucho más interesantes que vivir a través de una pantalla.

Siento que es un mayor reto para mí, dedicándome a lo que me dedico. Por eso, creo que podré dar grandes consejos del tema viviéndolo tan a fondo y tan de cerca. Recuerden que mis hijos apenas tienen 4 y 6 años; desde que nacieron, leí sobre la importancia que tiene la etapa de los 0 a los 7 años de edad para muchos temas de su futuro, desarrollo, cerebro, hábitos y más.

En mi casa hasta ahora no hay Nintendo, PlayStation, iPads ni nada de eso. Lo decidí de esa forma por todo lo que he leído e investigado sobre el tema. Desde chiquitos ven alguna película a la hora de cenar, en fin de semana y vacaciones la pueden ver completa, y entre semana lo hacen durante 20 o 40 minutos. A veces ni tiempo les da porque tenemos partidos de “fut”, fiestas infantiles, clase de tenis, comidas familiares, con amigos, play dates y más. Entonces, no es que yo viva en una burbuja y quiera esconderlos del mundo real, PARA NADA.

Mi trabajo es cuidarlos

Todo eso va a llegar, sin duda alguna, pero lo que SÍ ESTÁ EN MÍ es retrasarlo lo más que pueda, argumentando que soy su Mamá, mi trabajo es cuidarlos y hacer lo mejor para ellos. Aplica también en lo que comen, lo que llevan de lunch y las películas que pueden ver, entre muchas otras cosas.

Nadie me cree cuando les cuento que todos en casa despertamos con un shot de caldo de hueso en ayunas, ni que toman jugo verde, ni que les gusta el pescado, el kéfir o los probióticos en gelatina. Pero no soy Mamá que prohíbe y obliga, les explico las cosas.

Pueden comer tres dulces en las fiestas, tres, sin berrinches. Desde que aprendieron a hablar lo saben. Ahora se sientan, los escogen, analizan bien cuál les conviene más, me regresan la bolsita con el resto de los dulces de la piñata. Tenemos una caja en la despensa de todos esos dulces acumulados para cuando hay play date en la casa.

Mi súper tip de las fiestas infantiles es: nos comemos el pastel en la camioneta, así es fácil que acepten irnos a la hora correcta para que lleguen a bañarse y a hacer la tarea. Todo mucho más tranquilo que con un rush de azúcar de haberse comido 10 dulces, más todo el estímulo de las fiestas. Y, en lugar de que se queden dormidos en el coche embarrados de paleta, chocolate, pastel y gomitas, van felices comiéndose su rebanada de pastel, platicando de la fiesta y de sus amigos. Nos ha funcionado padrísimo.

OBVIAMENTE, si es el cumpleaños de su mejor amigo, se quieren quedar hasta el final y se duermen en la camioneta, ESTÁ BIEN, los limpias con toallitas húmedas y no es el fin del mundo. Que brinquen, que se ensucien, que disfruten. De igual manera, si un día estás sola en casa o te sientes mal, no hay nadie que te ayude o todos están colapsando (porque hay muchos de esos días también), ponerles una película es tu mejor opción para poner orden en casa. Pero no es la rutina ni lo común en esta casa, porque los conozco y sé lo que es mejor para ellos. Aman llegar, bañarse y cenar. Su rutina tan marcada les da mucha seguridad de lo que sigue, no traen esa ansiedad infinita que veo muchas veces en niños, y se podrían autorregular mucho más fácil con una simple estructura.

Cada Mamá es un mundo

Van a casas donde hay pantallas, videojuegos y los juegan con supervisión, y les encanta, obviamente, pero también disfrutan muchísimo los planes en casa. Creo que no debemos olvidar que son niños y la prisa por sentirse grandes nace con nosotros, todos queríamos ser grandes. Pero ya la vida pasa muy rápido como para adelantarles etapas tan importantes y que NO REGRESARÁN. Así que eduquemos con pantallas de acuerdo a la edad que tengan, pueden ser nuestras aliadas, cuidando tanto lo que ven como lo que comen, lo que escuchan como a lo que juegan. De esta forma, sentiremos todas mucha paz.

Cada Mamá es un mundo, cada hijo y cada familia también, todas lo estamos haciendo increíble y lo mejor que podemos. Mientras tanto, seguiré compartiendo mi experiencia y mis tips que verdaderamente agradezco haber seguido durante estos años y que me vuelven mejor Mamá. Lo veo en ellos, son esponjitas, no olvidemos eso y cuidémoslos como se merecen.

Foto principal: Imagen de photoroyalty en Freepik

El poder de la visualización: creas esto o no, hazlo

visualización

Aprendí sobre la visualización desde el minuto que conocí a mi maestro Juan Lucas Martín, psicólogo con historia de vida impresionante (a quien sugiero ampliamente que sigan en Instagram). Se trata de aprender a visualizarte y agradecer en anticipado.

La famosa frase “hecho está”, que ahora escuchamos en todos lados, sería un resumen. Pero no basta con decirlo: debes conectar verdaderamente con esas ganas inmensas tuyas de sanar, de superar un trauma, de renacer como el ave fénix. Esto último parece literal porque aprendes a romper patrones de una manera increíble, utilizando sus técnicas para eliminar el miedo de tu vida y reconocer tus debilidades.

Cómo iniciarte en la visualización

Lo primero que debes hacer es confiar en ti, en que puedes vencer eso que sientes que acabará contigo, en que no eres lo que te pasó sino lo que haces con lo que te pasó. También hay que ser congruente, tener buen corazón, hacer el bien y visualizarte todos los días sana, con cada célula de tu cuerpo llena de salud y de vida, así como visualizarte en paz mientras aprendes a volver a enamorarte de los momentos chiquitos que realmente son enormes (como el privilegio de despertar en una cama calientita, de poder moverte, de respirar bien y de soñar en grande).

Después tienes que trabajar mucho para lograr tus metas, pero no desde la carencia sino desde la gratitud. Cambia el “por qué yo no tengo esa casa, ese coche, ese trabajo, esa pareja o esa vida”, por “voy a tener la vida que he soñado siempre, no hay duda, muy pronto estará todo lo que soñé conmigo”. Cuando sonríes al hablarte así de bonito, al confiar en ti, a recuperar la fe que probablemente habías perdido u escondido en un cajón, cosas maravillosas empiezan a suceder.

Cuando esas cosas empiezan a suceder NO PUEDES CREERLO. Empiezas a acostumbrarte a hablarte con menos firmeza, más amor, menos culpa, más agradecimiento, menos de lo que te hace tanto daño y muchísimo más de lo que te da años de vida. Y se vuelve un hábito.

Inténtalo, arranca el 2024 visualizándote como quien siempre soñaste ser. No es cuestión de minutos, horas ni tampoco de meses, pero confía; lucha por eso hasta el cansancio, hasta que no puedas más de amor por todo lo que sucede alrededor.

Cuando la vida se ponga fea, porque así es la vida real y llegan un millón de situaciones a tu casa, a tu oficina, a tu relación de pareja o al mundo, ahí aparece esa persona que llevas nutriendo todos los días de cosas lindas.

Aunque no deje de doler un duelo, una tragedia o un corazón roto, reaccionas distinto y puedes ayudar desde tu trinchera. Siempre puedes ayudar a alguien, todos los días, seas quien seas, vivas donde vivas; voltea alrededor y haz feliz a una sola persona por este año completito que viene. Tú puedes.

No necesitas dinero ni nada más que tu corazón, ese que ahí sigue, aunque por algún tiempo estuviera medio dormido, medio apachurrado. Cambiar tu mente va absolutamente ligado a cambiar tu salud, tu cuerpo y tu vida. ¡VENGA 2024, VAMOS POR TI CON TODO!

Cuando te invitan a dar una Ted Talk y no sientes las piernas

ted talk

Nunca pensé que me dedicaría a hablar en público, nunca pensé que daría conferencias a cientos de personas, ni que haría lives que vieran millones, ni que me invitarían a algunos de los podcasts más importantes. Pero, ¿invitarme a una Ted Talk?

La vida no dejará de ponerse complicada

Estoy tan agradecida porque desde el año pasado me invitaron, pero yo estaba atravesando un duelo muy fuerte. Había perdido a mi segunda Mamá, mi abuela materna, uno de los amores más grandes de mi vida y a quien le debo tanto de lo que soy hoy. Ni siquiera pude ir a su misa; no pude, literalmente. Lo que hice fue correr a su cama cuando me avisaron que había muerto, completando 80 kilómetros de carretera en 45 minutos. Llegué ahí cuando su cuerpo seguía calientito y la abracé tan fuerte como pude, apachurré su mano y dije “gracias” hasta que llegaron las personas de la funeraria y nos pidieron a mi Mamá y a mí que le escogiéramos su ropa para el funeral. Los vi llevársela, caminé atrás de ellos hasta la carroza y vi a mi segunda Mamá, a quien me enseñó a ser fuerte, irse para no regresar más. Me dolió demasiado, para ser honesta.

Y después de recibir esa invitación para dar una Ted Talk, a algo que jamás imaginé que llegara, pensé: “No es el momento, Mel, hay prioridades”. Dentro de mí sentí que la invitación no regresaría, pero ahora que está aquí de nuevo.

Traigo otro duelo pendiente del que no he podido platicar mucho, aunque me doy cuenta de que la vida no va a dejar de ponerse complicada, no va a dejar de doler ni de apachurrarte el corazón hasta dejarlo en mil pedacitos. Por el contrario, también nos va a llenar de carcajadas, de sorpresas, de oportunidades y de momentos que se sienten como si nos regalaran años de vida.

La importancia de decir ‘no puedo’

Aprendí de esto que debes cuidarte tú porque nadie te sabrá cuidar mejor, que debes conocer tu sombra, abrazarla y tener los pantalones de hacer una pausa en tu vida. Debes respirar, sentir y aceptar cuando NO PUEDES CON ALGO.

En estos tiempos de mujeres y mamás todólogas y multitask, hemos acostumbrado a nuestras parejas, esposos e hijos a que podemos con todo y que no se preocupen, lo lograremos. Pero no es sano cargar con esa responsabilidad de que estaremos bien, pase lo que pase. Quiébrate, llora, diles cuando algo está siendo demasiado para ti; eso es educar personitas humanas y personitas de bien, no hijos de robots. Aprende a decir NO PUEDO, NO PUDE, FUE DEMASIADO, NO LO LOGRÉ.

Regresa a sentarte, a llorar y reconstruirte pedacito por pedacito. Volverás a quebrarte, se perderán algunas piezas de tu rompecabezas, no serás la misma pero regresarás a ser tú siempre y cuando te conozcas de verdad, respetes tu palabra, tu corazón y tu alma y aprendas a poner siempre PRIMERO LO PROPIO QUE LO AJENO. Porque podrías engañar al mundo entero con una sonrisa y un “estoy bien”, pero engañarte a ti misma es traicionarte y, si a alguien le debes esa fidelidad absoluta, es a ti misma.

Todavía no sé de cuál tema hablaré en mi Ted Talk, estoy nerviosa, me asusta no dar el ancho. Sin embargo, justo eso habla de una persona humana y real. Amaría sus sugerencias de temas, las leo siempre, gracias por estar aquí.

El mejor regalo que puedes darte a ti misma es caerte bien

caerte bien

Las letras chiquitas de este regalo son que CÓMO CUESTA CAERTE BIEN cuando está de moda ser cada vez más duras con nosotras mismas. Y lo permitimos, que es la peor parte.

Pero esta columna no se trata de un “qué difícil es ser nosotras”. Se trata de que una de las metas más importantes y grandes en la vida debe ser eso: caerte bien de verdad. Y, ¿qué significa eso? Es saber estar en un sillón con un gran libro agradeciendo el silencio y la calma, pues dedicarte tiempo a ti misma también es ser productiva.

Cada cabeza es un mundo, y eso trae dificultades

Foto: Pexels. RF. Studio

Mi esposo y yo somos agua y aceite en ese sentido. Por ejemplo, yo amo estar sola: mi tiempo, mi música, pasar horas en mi celular viendo Pinterest o entrevistas en YouTube, descansar, comer papas preparadas en mi cama y un muy largo etcétera, así como también amo salir con amigas, cenas de parejas y las sobremesas eternas. Pero la maternidad te hace valorar INFINITAMENTE el tiempo a solas.

En cambio, el señor de mi casa pone películas y series de balazos para lograr “arrullarse” y dormir a la 1:00 am diario. Eso nos ha hecho dormir separados, literalmente.

Yo, a las 10:00 pm alejo mi celular de mi cama, agradezco mi día, intenciono el siguiente y a las 10:05 pm estoy profundamente dormida. No puedo ver ni una luz en mi cuarto ni ruido, lo que más necesito en la vida es dormir bien para ser creativa, ser buena mamá, buena jefa, buena esposa y buen ser humano en general.

Mientras tanto mi esposo se acuesta en la sala feliz de la vida, ve sus series de balazos sin parar y, en algún momento de la noche (cuando se despierta, porque nunca duerme bien), entra a mi cama y despertamos juntos todas las mañanas.

Además, estuvimos a punto del divorcio por sus ronquidos. Me parecía absolutamente injusto que yo me despertara pensando que entró un león a mi cama, asustada y ansiosa, que me costara muchísimo volverme a dormir y el señor roncara a gusto en volumen máximo.

Así que se hizo un examen de sueño porque él me decía que exageraba y que no era para tanto, pero al final le diagnosticaron APNEA DEL SUEÑO, que es un tema serio; va más allá del ruido al roncar, al no respirar bien podría tener un infarto. Y NI ASÍ se asustó el señor, pasaron cerca de dos años en que se asustara de verdad y comprara el aparato CPAP para dormir oxigenando bien y evitarse un susto espantoso.

Ahí me di cuenta de que somos agua y aceite en más cosas: a mí me dices “riesgo de infarto” y dejo lo que sea, empiezo a hacer lo que me digas, vendo lo que sea por comprar lo que necesitara comprar para evitarlo. Cada cabeza es un mundo, es impresionante.

Una de las metas más importantes en el matrimonio debería ser: DEJAR SER AL OTRO Y RECORDAR QUE EL AMOR ES INCONDICIONAL. Ajá, suena bonito; no es nada fácil lograrlo, pero se puede.

Cada vez que les subo algo en Instagram sobre temas para escribir, me piden que lo haga sobre consejos de matrimonio. No me considero una experta ni creo que exista el matrimonio perfecto, nadie es perfecto, no somos princesas ni ellos príncipes, pero este último ejemplo puede ser una metáfora del matrimonio. Se trata de encontrar acuerdos que te funcionen, te den paz y que puedas seguir con tu vida sin mentar madres ni sacrificar tu sueño. Se trata de ceder, negociar, comunicar, no hay más.

Por qué el mejor regalo es caerte bien

Volviendo al tema principal, cuando estás bien contigo te comunicas mejor, quieres más bonito y hasta las cosas que te hacen explotar te afectan distinto porque valoras tanto tu paz que no se la regalas a nadie tan fácil.

De verdad que es un privilegio caerte bien y hablarte bonito, desde que sales de la regadera y ves tu cuerpo sin nada, sin filtros ni poses, hasta cuando te baja, lloras y te sientes incomprendida.

Muy poca gente lo sabe hacer, hablarse bonito es algo que jamás habían pensado. Yo aprendí hace pocos años.

Ríete de ti misma cuando necesites, baila, quédate en cama a llorar si es necesario cuando la vida se ponga complicada, pero que tu prioridad sea caerte mejor a ti misma que caerle bien a los demás; si logras eso, estás del otro lado, porque nos llenamos de propósitos cada año y listas interminables de lo que queremos. Pero, para mí, eso es cerrar el año como campeona. ¿Tú ya lo haces?

Para una época agridulce, tu círculo de confianza

círculo de confianza

Ya estamos en noviembre. Se acercan las fechas de reunirnos con la familia y los amigos; de disfrutar de los abrazos, los bazares y las cenas; y también de pagar los aguinaldos. También pensar en el regalo para tu familia política, Santa Claus y muchos más. Pero dentro de todas esas distracciones, de las esferas, las luces y la linda música de fondo, empieza una época agridulce, esa en la que más extrañamos a quienes ya no están o aquello que no pudo ser: desde tu ex, tu perrito que murió, la mejor amiga que mandaste a volar, tus abuelos, mamá o papá, o tu bebé que no llega y que tanto anhelas tener.

‘Circle of trust’

¿Te digo algo? Absolutamente todos estamos pasando por un duelo, todos. Lo que pasa es que no vas por la vida compartiendo lo que te lastima tanto. No te quieres convertir en esa mujer, amiga o mamá que va por la vida contando sus tragedias, ¿verdad? Yo soy igual. Pero te quiero decir algo: necesitas tener un ‘CIRCLE OF TRUST’, ese círculo de amigas o familia que, sin importar si lo forman tú y una persona más o tú y 10 más, puedas marcarles a la hora que necesites, para lo que necesites y que tengas la certeza de que AHÍ ESTARÁN, ‘NO MATTER WHAT’.

Ahora, si creciste como yo, en una dinámica familiar complicada donde no te hablaban con la verdad, te va a costar muchísimo más trabajo confiar y eso no significa que puedas escudarte en tu pasado para siempre. ¡Agarra al toro por los cuernos! Ten a esas personas que amas cerquita y HABLA, SUELTA Y SANA. Si no lo haces, se empieza a formar una bola de nieve emocional muy gruesa y a corto plazo tendrás, sin duda, síntomas de enfermedad, como cuerpo cortado, la energía por los suelos, migrañas, problemas digestivos, ansiedad o insomnio.

Todas necesitamos ese círculo que se alegre y se le apachurre el corazón al festejar tus logros o para llorar hasta que sientas que no hay más lágrimas dentro de ti. ¿Es fácil encontrar a ese tipo de personas? No, no lo es, pero ahí están: disfrazadas de vecinas, de mamás del salón de tus hijos, de socias, de primas, de compañeras de trabajo o de clases, de amigas del kinder… ahí están.

Debes trabajar en tu círculo de confianza

No te aferres a tu mismo grupito de siempre si cada vez que se reúnen es lo mismo y sientes que estás en otro canal. Sal de tu zona de confort, invierte tu tiempo con quien te rías, con quien te sume, con quien aprendas, con quien bailes y grites, con quienes sepan guardar secretos y llorar abrazadas sin parar y sin juzgar.

¿Tienes eso? Enfócate en eso, pero para recibir hay que saber dar. Haz que ese sea tu primer propósito del próximo año: tu ‘circle of trust’. Eso sí, bien escogido, donde tú también seas capaz de dejar todo por correr cuando te necesitan y tener con las demás todos los detalles que amarías que tuvieran contigo, porque te nace no por obligación, porque eliges a esa gente y te emociona recibirlas. Tener detalles con esas personas y sentirte en casa y en familia cuando estás con ellas. Eso es increíble.

Lo que realmente importa

Y aunque noviembre es un mes agridulce y diciembre un poquito más, todo será más sencillo si contamos con este círculo de amigas. Además, si tenemos nuestras prioridades muy claras y el corazón lleno de gratitud por todos los que sí estamos, los que podemos brindar, acompañarnos, celebrar y estar, el extrañar a quienes nos ven desde allá arriba se vuelve un poquito más ligerito. A mí me gusta pensar que nos están viendo y que quiero que se sientan absolutamente orgullosos de quién soy y cómo elijo vivir mi vida. Me encanta honrarlos los 365 días del año y no solo en el Día de Muertos, que a través de mis hijos pueda revivir sus historias, contarles sobre ellos, sus travesuras, viajes, anécdotas y más.

Cuando los extraño, hay una frase que me acompaña en todo momento: “nada muere hasta que se deja de pensar en ello”. Y del otro lado de la moneda, cuando hay situaciones familiares negativas y complicadas, pienso en “ten cuidado con lo que riegas porque crece”, y hay veces, muchas veces, que lo mejor es estar lejos de lo que hace daño y no seguir con patrones que, generación tras generación, se han ido repitiendo en casa. Solo tú conoces tu historia, solo tú sabes qué es lo que te quita tu paz por completo y lo que quieres para ti y para tus hijos. Recuerda que no estás sola. Abraza ese sentimiento agridulce, y ¡manos a la obra!

Un nuevo miedo desbloqueado: el divorcio

miedo

Aunque sabemos que el miedo no sirve de nada, paraliza y nos hace daño, también me gusta pensar que hay miedos buenos y son los que nos despiertan cuando necesitamos hacerlo. Sucede por lo mucho que tendríamos que perder si no abrimos bien el corazón y los ojos.

Y es que en este mundo que gira tan de prisa, donde es más fácil navegar con bandera de empoderadas que de vulnerables, solemos dejar lo que más nos importa al último.

Miedo al divorcio

Foto: Unsplash. Kelly Sikkema

Todo esto lo dice alguien que de recién casada se dedicó a armarla de pedo sin parar, lo dice alguien que ha querido divorciarse tres veces y, en serio, lo dice alguien que le ha empacado maletas a su esposo. Justo por eso me atrevo a contarlo, porque esa etapa de mi vida tenía mucho, pero mucho que ver con mi historia.

Siendo hijas de papás divorciados, hoy puedo platicarlo desde un lugar absolutamente distinto. Recuerdo ese segundo donde nos dieron la noticia y se desmoronó mi mundo entero, no me gustó que se divorciaran, me dolió el alma y me enojé por mucho tiempo. No me tocaba a mí juzgarlos como pareja, ni escoger un bando por así decirlo, pero estaba muy chiquita y quería a mis papás juntos como los de mis amigas, quería no tener que ir de casa en casa ni tener tiempo limitado con mi Papá, sobre todo.

Hoy te puedo decir que nunca había aceptado que me da miedo divorciarme, me da miedo estar sin mi esposo porque de verdad estar con él es como llegar a casa, a la casa que yo soñaba llegar y no tenía porque era tiempo con mamá o con papá.

Muchos años después entendí que mi mamá no era feliz con mi papá, que él intentaba todos los días cortarle más y más las alas, que eso no era vida; tampoco hubiera sido para nada justo ni correcto que ella se quedara solo por ahorrarnos ese duelo y/o rompernos esa expectativa de familia que teníamos y queríamos mis hermanos y yo.

Los siete años de matrimonio

Entonces me empoderé desde chavita, desde mi primer novio hasta el día que me casé fui esa mujer y novia empoderada que decía a los cuatro vientos: “Yo puedo sola sin tema y, si quieres llegarle, llégale”.

Tuve de verdad amores divinos, otros tropezones y siempre traía, como dice mi Psicóloga, el ‘car seat’ en la cajuela porque moría por ser Mamá desde que tengo memoria. Pero nunca me senté a aceptar, con este esposo que tengo, con esta familia que hemos construido y con todo lo que hemos superado, que me da miedo no solo el divorcio sino perderlo hoy, en cinco, en 10 o en 20 años.

Tengo que confesarles que jamás había sentido esto ni estamos pasando por una mala racha (que hay muchas de ésas en el matrimonio), pero estoy a días de cumplir siete años de casada y dicen que es el momento de mayor crisis; varias conocidas duraron exactamente eso casadas, siete años.

¿Qué me estará pasando? ¿Será que este mundo tan aterrador también te hace valorar tener a alguien que te haga sentir en casa con solo abrazarlo? Pensé que se me había quitado lo cursi y está regresando con todo.

No vivir desde el sacrificio

Me encantaría leerlas y saber su experiencia sobre esa famosa crisis de los siete años pero, antes de cerrar mi compu, dejar un mensaje muy importante. NO VIVAS NADA DESDE EL SACRIFICIO. No te quedes en un lugar donde no eres vista, reconocida, amada y valorada “por tus hijos” porque entonces eso les estás enseñando que es el amor, el matrimonio y que de eso trata la vida.

Y no, señoras y señores, la vida es otra maldita cosa. Al final superé el divorcio de mis Papás como millones de niños y niñas en el mundo, al final mi mamá me puso el ejemplo de luchar por su sueño, mi Papá encontró el amor una y mil veces de nuevo y vivió al máximo como nos enseñó a hacerlo. Honro a mis Papás, les agradezco y continúo dando lo mejor de mí todos los días por mis hijos.

Por esta familia que tanto soñé, elijo transformar ese miedo en ‘wake up call’ para procurarnos más, abrazarnos más fuerte y, dentro de las agendas tan apretadas, no dejar de tener esos ratitos para sentirnos libres y jugar a novios. Para seguir eligiéndonos todos los días.

Las redes sociales, un arma de doble filo

redes sociales

“Ser famoso en Instagram es como ser millonario en Monopoly”, leí en algún lado y es absolutamente cierto. Debemos tener mucho cuidado con lo que nos creemos y lo que consumimos, más allá de comer sano y tomar agua, debemos de poner mucha atención a lo que consumimos que va directito a nuestro corazón y nuestra mente.

No te dejes apantallar por un número de seguidores

En este mundo donde todos los días nos invaden las noticias espantosas como abusos sexuales, mujeres desaparecidas, homicidios y un muy largo etcétera, debemos cuidar desde a quién seguimos, a quién escuchamos, la vida de quién vemos y no dejarnos apantallar JAMÁS por un número de seguidores, ya que hoy en día cualquier idiota se vuelve famoso y disculpen mi francés, pero es la verdad y les prometí una columna sin letras chiquitas.

Me han estado apareciendo noticias sobre cuentas de chavos y chavas que se volvieron virales por dañar estatuas importantes o por romper una pecera de tiburones en un acuario, o por hacer retos que ponen en riesgo su vida (leíste bien, su vida): desde esconderse hasta que pasen equis cantidad de horas y que logren que se lance una alerta Amber para encontrarlos, haciéndole perder a tanta gente tiempo, recursos y, lo peor de todo, que dejen de encontrar a quienes realmente necesitan ser buscados por caer en sus trampas y estupideces.

De verdad me preocupa, hay millones de adolescentes alrededor del mundo dejándose guiar por esta gente “famosa” que lo único que hace es dañarse a sí misma y a quien se deje con su creación de contenido tan vacío, enfermo y que en lo personal me asusta mucho.

El peligro del cyberbullying

Hace poco tiempo, una de las adolescentes tiktokeras más famosas decidió quitarse la vida, dejando una carta explicando que no pudo con tanto cyberbullying, pero a los ojos de cualquiera, era una chavita famosísima, con un nivel de interacciones en sus posts impactante.

Y, ¿qué es el cyberbullying? Lo mismo que nos preocupa que vivan nuestros hijos en la escuela pero ahora en digital; sí, comentarios absolutamente ofensivos y denigrantes que dejaban miles de otros adolescentes en sus fotos y videos, escondiéndose detrás de una pantalla.

¡La pantalla envalentona al ser humano! ¿A qué me refiero? Les garantizo que el 99% de esas personas jamás se atreverían a decirle ni el 10% de los comentarios que le hacían viéndola a los ojos, en persona y MUCHO MENOS teniendo a su Mamá, Papá, hermanos, amigos y familia escuchando palabra por palabra de lo que tuvieran que decir.

Cuidado con lo que consumes en redes sociales

Las redes sociales son un arma de doble filo, eso ya todos lo sabemos, pero lo más fuerte es que hoy en día me preocupan más las creadoras de contenido MAMÁS que los adolescentes. Hay quienes están exponiendo los momentos más vulnerables de sus niñas y niños con tal de crear morbo, controversia, incluso lástima, pero haciendo todo eso a un lado y teniendo una sola meta en la cabeza: ser “famosas”. Y ¡qué miedo! Porque ese nivel de egoísmo va a traer consecuencias que serán muy difíciles de reparar y, cuando se den cuenta, si es que lo hacen, será muy tarde, tendrán hijos e hijas frustrados, lastimados, que verdaderamente no entenderán por qué Mamá los publicó en momentos así aprovechándose de lo que a ellos les duele y les lastima.

Así que les pido a mis poquitas o muchas lectoras que estén por acá que abramos los ojos a lo que nosotras consumimos, lo que nuestros hijos nos ven consumir y que jamás aplaudamos el poner primero lo ajeno a lo propio; tener fama hoy en día es regalado, asumir la responsabilidad que conlleva tener una audiencia lo valoramos muy pocos.

Nos invito a ti y a mí a reorganizar prioridades porque en un mundo que gira tan rápido y a la velocidad en la que se mueve todo, puede ser muy fácil perderte, creer que estás en una competencia entre amigas, comparando vidas, esposos, sueldos, familiares, situaciones económicas; eso te enferma mucho y enferma a los tuyos.

No creas todo lo que ves en redes sociales, de corazón te lo digo, he visto a gente hacer lo que jamás me imaginaría que se atreverían a hacer con tal de subir seguidores; el mundo ya está lo suficientemente descompuesto como para ser tú uno más de ellos.

Sigamos lo que nos suma

Cuidemos lo que escuchamos, lo que vemos, la gente con la que convivimos y a quien elegimos tener cerca, así sean amigas, familia, compañeros del trabajo, sea quien sea, estamos en esta vida de paso señoras y señores, vamos a ser congruentes y a vivir una vida bonita, siendo “influencers” todas y todos, pero de nuestros hijos, un gran ejemplo para ellos y aprendiendo todos los días de gente chingona, que no recurre a estrategias baratas para conseguir fama.

Sigamos esas cuentas de redes sociales que nos dan vida, nos enseñan, crecemos juntas con ellas y a seguir sumando, porque para restar a otro lado. No estamos ya para eso, todos cometemos errores, pero necesitamos entender, asimilar y aceptar que criar personitas y educarlas es una chamba impactante y está en nuestras manos que no sumemos o restemos a nuestro corazón, mente y alma, de paso, a la sociedad que nos rodea, cuidando siempre a los tuyos como si fueran míos, porque los niños son de todos, como bien dice la Psicóloga Julia Borbolla.

Bienvenidas a Sin letras chiquitas

sin letras chiquitas

Naces, creces, te reproduces y de pronto te agregan a CHATS DE MAMÁS. Sí, suena divertido, interesante, sobre todo si fuiste la primera de tus amigas en ser Mamá y al fin estarás en el mismo canal que muchísimas mamás, pero hay una variante de los chats que es LA ESCOLAR.

¡Hijas de su madre! Y me incluyo porque se contagia, se te pega eso de estar preguntando cosas, poner “que se mejore” cada vez que alguna comparte que su hijo estornudó, seguido de 25 mensajes de “que se mejore” más.

Pero me generan una ansiedad tremenda: que si el ‘money pool’, la cuota del regalo del maestro, los entrenamientos de fut, apuntarte en listas para hacer actividades con tus hijos, llevarles el lunch calientito a la salida para los que se quedan al ‘after school’ porque nos dijeron que la clave del éxito está en el deporte, y seguramente influye mucho por la disciplina, hábito y demás. Pero cuando se te juntan las actividades de tus hijos y no puedes ir a todo te conviertes en una especie extraña, respiras más rápido, piensas en tus mil pendientes a una velocidad que te marea, sientes como si te caminaran piojos por la cabeza y te dan unas ganas inmensas de gritar “YAAAA NOOOO PUEDOOOO MÁAAAS”.

Y después se te pasa, te organizas, lo resuelves y vuelves a escribir algo en el chat.

He visto muchísimos memes en estos días sobre el regreso a clases, el típico video de Tom Cruise cantando en el coche a todo pulmón “And I´m freeeeee, free falling”, compartido por miles de mamás donde ponen “Yo después de llevarlos por fin a la escuela”. Y por supuesto que es chistoso, me muero de risa, porque la maternidad SIN DUDA es la chamba más difícil que existe, más gratificante también, obviamente. Pero wow, lo súper poderosas que somos las Mamás, porque no solo es llévalo, tráelo, cocínale, ten su uniforme planchado y listo, hay que contenerlos, escucharlos, abrazarlos fuerte e interesarnos por su día aunque no cambie mucho la narrativa de un día a otro.

La mejor parte es cuando llega tu esposo de trabajar y te dice “¿Vemos una peli? O, ¿por qué estás tan cansada” Ahí si te puedes convertir en “Voldemort” en cuestión de segundos pero tampoco tienes energía para esa transformación, entonces te das cuenta de que ese consejo que te daba tu abuelita de “escoger tus batallas” es mucho más serio de lo que pensabas.

Esto es Sin letras chiquitas

Malabarearnos entre trabajo, casa, maternidad, esposo y aparte comer sano, hacer ejercicio, arreglarte y no convertirte en “Doña Florinda” suena fácil, la verdad es que con el paso del tiempo es mucho menos complicado. Peeeero hay fácil unos 10 días del mes que me encantaría tener vacaciones y que esos castigos cuando éramos chavitas de “te vas a tu cuarto y no sales en toda la tarde” serían, tan cual, un regalo divino en estos momentos de adaptarnos a la nueva rutina, al regreso a clases y todo lo que conlleva.

Es un tema agridulce porque agradeces con todo tu ser verlos sanos, fuertes, creciendo, emocionados, haciendo amigos, cargando su mochila que parece más grande que ellos y por otro lado te cuesta soltar, aceptar que ya no son unos bebitos aunque sientas que nacieron antier. Vamos a vivir este proceso juntas, por eso lancé Mamá sin letras chiquitas y en mi Instagram les platico todo.

Soy Mel De Haene y estoy amando escribir esta primera columna para ustedes. Estaremos tocando temas que como mujeres, esposas y mamás me llaman mucho la atención y me encantará leer sus comentarios, bienvenidas.

Salir de la versión móvil