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El mundo de la literatura no siempre es fácil para nuevas voces, especialmente cuando las tendencias a menudo están dominadas por narrativas preestablecidas o nombres ya reconocidos. Sin embargo, también es un terreno fértil para aquellos que logran mostrar una voz propia y capturar la imaginación de miles de personas con relatos únicos. Este es el caso de Karine Bernal Lobo, joven autora colombiana que, tras comenzar a escribir por pura pasión, ha logrado alcanzar el éxito con sus novelas.
En una plática exclusiva con Nosotras, la escritora comparte que descubrió el amor por la lectura desde temprana edad, pues gracias a su mamá creció con libros de los Hermanos Grimm y, aunque hubo una etapa en la que perdió el interés por la lectura, su fascinación resurgió al encontrarse con la novela “Cuando me alcances”, de Rebecca Stead.
Posteriormente dio con los libros de Victoria Aveyard, “los de La Reina Roja, y eso me motivó a explorar mi propia voz como escritora”, explica. Así que tomó la decisión de escribir y compartir sus historias en Wattpad “sin saber en lo que se iba a convertir”.
Y lo que comenzó solo con el ánimo de compartir aquello que brotaba de su creatividad, un universo de época que combina elementos históricos con lo fantástico, se convirtió en algo que transformó su vida.
Aunque su ascenso no fue inmediato, poco a poco empezó a sumar lectores y descubrió que su estilo y sus historias tenían un público ávido de más, por lo que asumió con mucha seriedad el desarrollo de su material.
Karine Bernal: de Wattpad a una gran editorial
Foto: Planeta
Un día recibió un correo de Planeta con la propuesta de editar sus libros y, tras dos entregas (“El Perfume del Rey” y “Las Cadenas del Rey”), Bernal reflexiona sobre este paso que transformó su proceso de trabajo. “Es totalmente diferente porque en Wattpad lo hacía por hobby. Aquí ya tienes que cumplir con tiempos, entregas, edición y la presión de que el libro debe estar listo para una feria”, comenta.
El proceso de edición, aunque desafiante, también fue una etapa de gran aprendizaje. “Cuando ves todos los errores en la edición, te preguntas si realmente sirves para esto. Pero a mí me encanta que me corrijan, siento que cada ajuste me hace crecer como escritora”. A pesar de los momentos de bloqueo y autocrítica, logró adaptarse a este nuevo nivel de exigencia y se siente agradecida con todo lo que ha crecido en el proceso.
Los retos de una escritora en la era digital
Más allá de la escritura, Bernal ha enfrentado desafíos inesperados al convertirse en figura pública. “Pasé de un espacio donde nadie criticaba lo que hacía, a encontrarme con videos en TikTok hablando sobre mis libros, con opiniones de todo tipo. Es extraño verte a ti misma en redes de esa manera”, indica.
Uno de los mayores retos ha sido lidiar con las expectativas del público. “Hay lectores que creen que tienen poder sobre lo que escribo, quieren que mis libros vayan en la dirección que ellos imaginan. Y si no es así, dicen que arruiné la historia. Es difícil, porque uno tiene que defender su visión sin que se interprete como arrogancia”, confiesa.
No obstante, ve con satisfacción el poder de aportar una voz propia y diferente mediante la construcción de personajes complejos y diversos, como es el caso de su representación de las mujeres: “que son fuertes, pero tampoco les molesta mostrar su vulnerabilidad, que no necesariamente tienen que construir una barrera alrededor de ellas (…) porque a veces creemos que un personaje fuerte es aquel que sabe pelear, que va a la guerra, que no muestra sus emociones y no, un personaje fuerte es aquel que sabe que puede llorar y que no le tiene miedo a llorar cuando lo necesita”, algo con lo que muchas lectoras se han identificado.
De este modo, la creadora sigue consolidándose como una voz emergente dentro de la literatura de fantasía en español, mientras aconseja a todas aquellas que sueñan con ver sus historias publicada que “escriban lo que ellas quieran escribir, obviamente cuidando algunos temas con los que hay que ser muy respetuosos, pero si quieres escribir ciencia ficción, escribes ciencia ficción. A mí me decían que la monarquía no iba a ser muy exitosa y lo fue, así que no tengas miedo de explorar”.
Su historia demuestra que el talento y la disciplina pueden abrir puertas, incluso en una industria tan competitiva como la literaria.
Las cosas que nos hacen diferentes como mujeres no deberían dividirnos. Al contrario, deberían unirnos para crear algo más grande y enfrentar problemáticas que vivimos en nuestro día a día. Bajo esta premisa es que surgió Piel Canela, una colectiva que engloba diferentes ámbitos como el arte, la cultura, la salud mental y la sexualidad.
NOSOTRAS platicamos con las mentes maestras que integran esta organización, que nació con círculos de contención a partir de la conmemoración del 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) y que cada vez reúne más actividades y experiencias a las que puedes integrarte. De este modo, el círculo de Piel Canela se ha vuelto más grande con el tiempo.
Piel Canela: un espacio único para mostrar tu autenticidad
Foto: Esteban Torreblanca
Piel Canela es una colectiva creativa conformada por mujeres, que explora diversas formas de habitarnos mediante una serie de actividades y saberes: organizan círculos de sanación, talleres de prácticas sustentables como la moda lenta y el uso de tintes naturales en la elaboración de prendas, ceremonias de cacao, expediciones a la naturaleza y contenido para redes sociales como el pódcast Cotorreo+Cacao.
Ana Fernanda Islas, fundadora de la colectiva, explica que cada una de las integrantes expresa libremente su autenticidad por medio de las actividades que organizan. “Somos morras únicas con nuestra expresión, curiosidades y manera de ver la vida”. Esas diferencias las aprovechan para amplificar sus voces y atraer nuevas iniciativas.
Piel Canela nació en 2020. La idea era que mujeres de contextos diversos aborden propuestas, desde su trinchera, sobre problemáticas que están sobre la mesa “pero sin suficiente espacio para darle luz a las posibilidades que hay”, dijo Ana Fernanda. “Desde cómo nos alimentamos, arropamos y podemos compartir nuevas economías”.
Carolina Ramos, quien se encarga de las relaciones públicas del grupo, cuenta que aquí experimentó la importancia de las diferencias. Si bien ella también hace arte y fotografía, “al llegar aquí al principio era como ajena porque no tenía el mismo ‘know how’ que ellas. Eso me ayudó a entender que la diversidad se trata de eso, no tenemos que hacer lo mismo y hablar de lo mismo para poder compartir y sostener espacios como estos”.
Ellas trabajan con otras organizaciones y comunidades. Por ejemplo, tienen proyectos con cooperativas de la Sierra Norte de Puebla y en Ciudad de México tienen una alianza con Huerto Roma Verde. En este centro comunitario, referente en ambientalismo y permacultura urbana, Piel Canela lleva a cabo muchas de sus actividades; los talleres ocurren entre espacios al aire libre con cultivos y un mercado agroecológico semanal.
“Es parte de lo que hace muy rico este proyecto, es como un espacio a donde pueden venir a sumar desde sus propias vivencias y lugares con distintos objetivos”, dice Pamela Herrera, quien ha estado en la colectiva desde el principio.
Además de su agenda de eventos y actividades, es posible solicitar sesiones privadas para tu grupo de amigas o a nivel empresarial.
Círculos de contención
Por cinco años, Piel Canela ha organizado círculos de contención gratuitos tras la conmemoración del 8M. Esta idea surgió “desde nuestra propia necesidad de tener un espacio para aterrizar lo que vivimos en ese día porque, independientemente de que marches o no, estás expuesta a muchas cosas y la energía se siente”, dijo Pamela.
No se trata de abordar la lucha feminista desde la positividad tóxica, sino de transitar libremente las emociones, desbordarte y gestionarlas con ayuda de otras mujeres. Es “sin demeritar la importancia de la marcha y la resistencia, pero reconociéndolas desde diferentes frentes”, dice Pamela.
Aunque los círculos de contención no son la única actividad de Piel Canela, fueron una parte fundamental de su nacimiento y por lo tanto se mantienen como uno de sus proyectos principales. A partir de su realización se unieron Carolina Ramos y Lucía Palma, los otros pilares de la colectiva.
Las actividades se realizan en la Ciudad de México, pero las integrantes desean que en un futuro cercano esta idea se pueda replicar en otras ciudades o, incluso, países. En el último 8M se reunieron alrededor de 100 mujeres en el círculo de contención; previamente también se hizo un taller para pintar carteles con pigmentos naturales y, en la madrugada del 8 de marzo, un “amanecer violeta” en el Zócalo con altares florales y cantos.
De la sexualidad al teñido
En Piel Canela coexisten proyectos como los que a continuación te describimos.
Tavulva. Es una plataforma de educación sexual, donde se entiende la sexualidad como una constante en distintos ámbitos de tu vida y bienestar. Se hacen talleres y cursos sobre el placer, la autoexploración y disciplinas como el shibari.
Lux Garden. Dedicado al arte y la expresión desde las emociones. Abarca talleres de pintura, exposiciones e intervenciones artísticas.
Colectiva Tintoreras. Este proyecto está dedicado a los tintes naturales y su aplicación en prendas de ropa, carteles y arte. Además de talleres, se hacen expediciones y actividades en destinos como Valle de Bravo y la Sierra Norte de Puebla.
Ellas conforman Piel Canela
Foto: Esteban Torreblanca
Ana Fernanda Islas
Es la fundadora y cabeza de Piel Canela. Estudió Comunicación y está por graduarse como psicóloga. Se ha desempeñado como documentalista y tiene experiencia en distintas organizaciones de activismo. Ahora acompaña a grupos de activistas para “poder llevar la revolución hacia adentro, recursos para que en campo puedan ellos acompañar desde un espacio honesto”. IG: @pielcanela.colectiva
Pamela Herrera
Foto: Esteban Torreblanca
Su proyecto principal en Piel Canela es Tavulva, con la intención de “acompañar a las personas a descubrir maneras de habitarse para poder vivir una sexualidad de manera integral, reconociendo su presencia en todas las áreas de la vida”. Es comunicóloga, tiene una maestría en psicología holística, diplomados en sexualidad y estudia una maestría en sexología cognitivo conductual. IG: @tavulva
Carolina Ramos
Foto: Esteban Torreblanca
Es conferencista y speaker en temas de salud mental y trastornos de la conducta alimentaria desde una perspectiva testimonial y de inclusión, además de dar mentorías de habilidades directivas con perspectiva de género. Es manager de creadores de contenido y “en Piel Canela llevo las relaciones públicas. Para mí es muy importante poder mostrar lo que hacemos. Me gusta sumarlo a lo que hago”. IG: @carolitho
Lucía Palma
Foto: Esteban Torreblanca
Es artista plástica. Dentro de la colectiva, se enfoca en enseñar formas de expresión desde un origen emocional, mediante talleres. También se encarga del branding e identidad gráfica de Piel Canela. Ella creó el proyecto Lux Garden, inspirado en su nombre, Lucía del Carmen. “Tiene que ver con el florecimiento de la creación, el nacimiento de las cosas”. IG: @luxgardenart
Todos los días, Saskia Niño de Rivera se adentra en los aspectos más oscuros del sistema de justicia de nuestro país. Su trabajo involucra visitar constantemente las cárceles, realizar entrevistas con personas privadas de la libertad que hielan la sangre por su crudeza y alzar la voz por las infancias que se enfrentan a la violencia en México, en todos los sentidos.
El activismo que realiza exige un temple de acero, por eso no nos sorprende del todo el tono neutral y calmado con que se conduce. Cuando nos reunimos con ella en CDMX, encontramos a una persona amable y atenta, pero todo el tiempo enfocada, firme en cada una de sus decisiones y precisa en cada cosa que desea transmitir.
Pero, una vez platicando con ella, Saskia revela a alguien que no teme expresar sus emociones en su espacio seguro, cálida con sus allegados y que habla con gran pasión sobre la labor social que forma parte intrínseca de su vida.
Entrevista con Saskia Niño de Rivera
‘Nunca vi los obstáculos ahí’
A menudo Saskia Niño de Rivera se ha encontrado en el ojo público por las impactantes entrevistas que hace para “Penitencia”, un podcast que explora el origen de la violencia. Víctimas convertidas en victimarios, personas que defienden su inocencia y personas que relatan sus crímenes con una frialdad difícil de asimilar, cuentan su testimonio en esta producción. Aquí se han tocado casos tan mediáticos como Diego Santoy, el llamado “asesino de Cumbres”.
Sin embargo, “Penitencia” es solo uno de los numerosos proyectos que Saskia lidera o en los que colabora. Ella es cofundadora de Reinserta, una organización sin fines de lucro que apoya y protege a infancias y jóvenes víctimas de la violencia en México. A través de esta fundación, un equipo de 70 personas busca mejores condiciones de vida para niños que nacieron privados de la libertad, apoya a infancias sobrevivientes de violencia grave y ayuda a personas privadas de la libertad a seguir las metas que tenían antes de que su vida quedara interrumpida.
El impacto y prestigio de estos proyectos son resultado de una trayectoria profesional que comenzó hace 17 años. Saskia no cree que haya llegado a este ámbito por una semilla que despertara su interés de la nada, sino siempre quiso dedicarse a temas relacionados con la reconstrucción del tejido social.
“Lo que sí es que la primera vez que entré a una cárcel, que fue con una organización que se llama Construyendo, y tuve la oportunidad de conocer la realidad de nuestro sistema penitenciario, entendí que ahí estaba mi pasión. No solo por escuchar a las personas que están cumpliendo condenas sino también por ver cómo funciona el sistema”, explica.
Al principio no sabía de qué manera aportar en este ámbito, fueron sus experiencias con la Policía Federal y en una empresa especializada en la negociación de secuestros, lo que la llevó a su área de trabajo. “Me fui metiendo para conocer más la problemática, conociendo a la gente que trabaja en el sistema, entendiendo bien la problemática, me hizo enamorarme más y entender dónde podíamos sumar”.
La activista reconoce que ser mujer implicó retos y obstáculos adicionales en esta labor, pues el sistema penitenciario y de seguridad en México es un ámbito “de hombres”, en el cual las mujeres han tenido que ganar terreno. Sin embargo, “como que yo nunca vi los obstáculos ahí, de frente, siempre los veía en retrospectiva. Sí puedo reconocer que hay momentos en que se dudó de mí, se pensó diferente de mí o se generaron prejuicios por el hecho de ser mujer”, explica. “Yo tuve la suerte de que el amor y la pasión que encontré en lo que hago, como que me ayudó a no ver esas cosas como obstáculos a vencer sino como retos del pasado”.
Cada caso es un aprendizaje
Para Saskia, sin importar el tiempo que haya pasado y los innumerables casos que ha atestiguado, cada historia con la que se encuentra sigue teniendo el mismo impacto. Reconoce que todos esos casos y realidades que ha tenido que afrontar junto a su equipo es un aprendizaje constante, mayor del que tuvo la escuela. Eso se manifiesta, por ejemplo, en las iniciativas y logros de Reinserta para mejorar las condiciones de las madres en privación de la libertad.
“Entramos y vimos a todos los niños en la cárcel, nos sentamos a escuchar las historias de las mamás en prisión y vimos las condiciones en que estaban los niños, a raíz de ahí. No es algo que aprendí en la escuela o la teoría de la maternidad en prisión. Con nuestros adolescentes reclutados por el narco, cuando empezamos a alzar la voz fue porque lo veíamos en los centros de entrenamiento, escuchábamos estas historias y nos parecía inaudito que existieran esas realidades. Eso es lo que hemos tratado de hacer, llevar a lo legislativo, a la práctica”.
De esta manera, las experiencias que el equipo de trabajo va teniendo que replantear constantemente los objetivos. Se trata de “nunca partir solo desde lo académico, nunca partir desde nada más lo teórico, sino qué está pasando allá afuera. La única manera en que lo podemos saber es a través de las historias de quienes lo viven”.
La activista cuenta que cuando empezó en el sistema penitenciario, el 80% de las mujeres en privación de la libertad vivían en condiciones que describe como deplorables, en penales mixtos y condiciones “terribles” para sus hijos. “Hoy por hoy, 13 años después, el 60% de las mujeres vive en penales exclusivos para mujeres, se garantizan los derechos de las infancias dentro de prisión, se han promovido muchas leyes, muchas políticas públicas. No estoy diciendo que es por el trabajo que hemos hecho en Reinserta, pero seguro que ha abonado”.
Algo que también emociona a Saskia es cómo su trabajo resulta valioso para los estudiantes, brindándoles un acercamiento directo con realidades que no podrían atestiguar solo académicamente. No solo mediante las prácticas profesionales u oportunidades de servicio social con Reinserta, sino en el contenido que se comparte con Penitencia. Este último, ha servido como referencia incluso en dependencias gubernamentales.
“Nunca se me va a olvidar la primera vez que me llegó un mensaje de ‘mira, lo que se usó de referencia’. Fue en la policía de la Ciudad de México, que estaban usando una entrevista mía para entender ciertos factores de riesgo en personas con conductas antisociales”, cuenta con visible emoción.
Lo mismo le ocurre con los mensajes de la gente que conoce su trabajo. “Las reflexiones de quienes me escriben, de ‘por ti replanteé lo que es la justicia porque yo era de las que pensaba que la venganza era justicia’, o ‘por ti he tenido debates en mi familia que tienen que ver con qué es la justicia’. Ese tipo de cosas creo que son lo que me da mucho gusto, que se estén llevando esas conversaciones al final del día”.
‘El gobernador de Puebla me amenazó’
Al preguntarle si alguna vez se ha sentido en riesgo por su labor como activista y comunicadora, Saskia afirma de inmediato y es contundente. “La realidad es que las veces que se me ha amenazado siempre viene de autoridades, nunca he recibido una amenaza de una persona en la cárcel”.
La excepción de la que tiene registro fue vía jurídica, “cuando ‘El Bart’, el sicario de Ciro Gómez Leyva, me demandó por la entrevista que le hice. Sin fundamento, no procedió obviamente la denuncia, pero todas las demás han sido por autoridades”. Su entrevista con Héctor ‘N’ ocurrió en 2024, alcanzando un gran interés mediático y generando controversia en redes sociales.
“La vez que más miedo sí he sentido, sin duda alguna, fue cuando todo el tema del niño Tadeo y el gobernador de Puebla me amenazó”, relata. Este caso, en el cual el cuerpo de un menor de 11 meses fue hallado en una cárcel de Puebla, ocurrió en enero de 2022 y fue dado a conocer inicialmente a través de Reinserta. El entonces gobernador del estado era Miguel Barbosa, quien falleció a finales del mismo año.
“Ya que un gobernador pudiera desde la comodidad de su casa, en una red social, amenazar así cuando él estaba en la falla, cuando él estaba diciendo mentiras, cuando él estaba queriendo silenciar un caso terrible que es de lo peor que ha visto el sistema penitenciario, que nadie hiciera nada… Bueno, con excepción de en ese momento Claudia Sheinbaum y Omar García Harfuch, quienes tengo que reconocer que cuando pasó eso me buscaron y me apoyaron”, explica la activista. “Fue como mucha impotencia plantear qué estábamos haciendo, y si tenía sentido seguir exponiéndome y luchando por la justicia de la manera en que lo estábamos haciendo”.
Saskia reafirma que las amenazas que ha recibido provienen de autoridades. “Hasta te puedo decir que las personas privadas de la libertad son las que me han salvado. Una vez, hace años, empezamos a investigar una red de prostitución que tenían en un penal de mujeres de donde las cruzaban a un penal de hombres para prostituirlas, y eso lo tenían las custodias y los custodios. Entonces la custodia le pidió a una interna que me diera un ‘estate quieto’, y una interna acusada de secuestro fue la que me dijo ‘aguas, que esto está pasando’”.
‘Mi personalidad está definida por lo que hago’
Una de las primeras cosas que pueden llegar a tu mente cuando conoces el trabajo que hace Saskia Niño de Rivera, es cómo le hace para separar toda esa carga emocional a la que se enfrenta, de su vida personal. Desafortunadamente, ella misma reconoce que “no hay manera humana” de separar completamente las cosas cuando te dedicas al sistema de justicia o de olvidar los casos a los que estás expuesta.
En sus palabras, lo que sí resulta posible es hacer las paces entre ambas cosas. Al principio, cuando le preguntaban cómo separaba el trabajo de su vida personal, “decía ‘qué estoy haciendo mal, porque no lo separo’. Pero ahora ya aprendí a vivir con ello, trato de concientizar mucho el trabajo que hago, y acomodar las emociones de lo que me genera para que tampoco influya, pero a veces lo canalizo de otra manera”.
Ese desborde de emociones almacenadas se puede ver de muchas formas. “Por ejemplo, mi hija se burla mucho de mí porque en cualquier película lloro, y yo sé que eso tiene mucho que ver con lo que hago, me dan mucho sentimiento muchas cosas”.
Nos cuenta un ejemplo, de un vuelo reciente que hizo en compañía con sus hijos y esposa. Al abordar, llegó un adulto mayor con una niña de 11 meses a sentarse junto a ellas.
“Lo primero fue que lo vi y me brincó, mi cabeza se va a Júpiter. Le pregunté si necesitaba ayuda, la verdad es que lo hice porque hubo un prejuicio en mi cabeza, y dije ‘voy a ver de qué se trata esto’. Me empezó a contar que su hija y su yerno eran migrantes indocumentados, que necesitaban trabajar y ya no podían cuidar de la niña; entonces él se la iba a llevar a México 6 meses para que ellos pudieran hacer algo de dinero. Bueno, todo el viaje no paré de llorar al pensar en esa niña lejos de su familia. Mi hija y mi esposa me veían como de, ‘o sea sí es triste, pero relájate’”.
La también escritora reflexiona que su personalidad ha sido moldeada a partir de su labor, pues definitivamente no ha mantenido los rasgos que tenía hace dos décadas. También admite que se ha vuelto “más fría” con la experiencia, ha logrado llegar a un punto en que tener un mal día en el trabajo o escuchar un caso muy fuerte no marque su bienestar el resto del día. “Creo que a veces, desafortunadamente, tiene que ver con normalización de lo que hago”.
‘Soy una mamá muy disruptiva’
Hace unos meses Saskia y su esposa, Mariel Duayhe, dieron la bienvenida a su segundo hijo, Piero. Su familia también se conforma por Pía, de siete años. En este momento de su vida, tanto su pareja como ella están convencidas de que la confianza y la comunicación absoluta son claves para su sistema de crianza. En su casa se manejan bajo la consigna de “prohibido prohibir”.
“Creo que soy una mamá muy disruptiva. Sin duda quiero hacer las cosas diferente, tengo una gran relación con mi mamá y amo cómo nos educó mi mamá, pero sí veo un abismo en cómo nos educaron a nosotros y cómo hay que educar a nuestros hijos. También es un mundo y un México muy distinto, ¿no? Yo, por ejemplo, a mi hija le explico absolutamente todo lo que me pregunta, y aunque intento protegerla de información que no necesita, también estoy muy consciente de toda la información de la cual ya tiene acceso, entonces trato desde una edad temprana acompañarla”.
Al cuestionarle sobre sus grandes pasiones, Saskia menciona que le encanta viajar y estar con su esposa. Sobre la relación con Mariel nos contó una plática que tuvieron hace tiempo. “Le dije, ‘tú eres lo más importante en mi vida’, y ella me dice ‘no, esa es tu hija’. Yo le respondí: ‘no, eres tú, porque mis hijos eventualmente se van a ir y van a hacer su vida, pero tú y yo vamos a estar siempre”.
Cuando la vemos convivir con su familia, sin duda cobran sentido sus palabras sobre hacer las paces con su trabajo. En esos momentos su alegría es innegable.
FOTO: Angie Pineda. ASISTENTE DE FOTO: Miguel Ángel Hernández Urzua. STYLING: Tino Portillo. MAQUILLAJE Y PEINADO: Alberto Pérez.
La ropa que usas no es una superficialidad ni algo que deberías elegir al azar. Para Cynthia Fuertes, es como una segunda piel que te pones todos los días para darle un mensaje al mundo. Es más una oportunidad de expresarte libremente que seguir reglas ciegamente. Ese mensaje también tiene la capacidad de transformar cómo te sientes.
Cynthia Fuertes es asesora de imagen y creadora de contenido, quien se caracteriza por dar consejos que van más allá de las tallas y de los estándares con que muchas crecimos viendo en televisión y revistas. Además de su contenido en redes sociales da asesorías uno a uno, programas de ‘personal shopping’ y cursos.
Ella apuesta por enseñarte a usar la moda a tu favor y crear un estilo personal, pero no como mandato o como un molde en que debes encajar. Sus consejos también están pensados para ser aterrizables y adaptarse a diversos presupuestos.
NOSOTRAS platicamos con ella para saber cómo encontró su propio estilo, qué significa la moda para ella y cuáles son esos prejuicios que debemos dejar atrás en cuestión de imagen.
Foto: Instagram. @cynthiafuertesm
La moda es para todas
Cynthia ama la moda desde siempre, pero eso no le impedía ver las áreas de oportunidad y retos que existen en la industria. “La moda me hubiera gustado vivirla de una manera más democratizada, mucho más al alcance. Muchas veces tenemos la idea de que va a ser muy costosa y va a ser inalcanzable”, comienza contándonos.
Al igual que muchas de nosotras, ella veía programas como “No te lo pongas”, y disfrutaba cómo “la señora bonita en casa se podía sentir espectacular utilizando sus accesorios o lo que ya tenía”. Sin embargo, no encontró un ámbito de trabajo así porque en México la industria de la moda se concentraba en dos áreas: diseño (patronar, crear colecciones, etc.) y mercadotecnia.
Entonces, aunque la moda siempre fue una “cosquillita” dentro de ella, le tomó más tiempo encontrar cómo quería manifestar esa pasión. Finalmente, además de terminar la licenciatura en Comunicación estudió cool hunting, disciplina que analiza las tendencias e historia de la moda.
De esta manera, ahora su trabajo es volver accesible la moda para cualquier persona. No es que haga falta involucrar a esta persona porque, según la perspectiva de Cynthia, “sin importar quién seas y a qué te dediques, si crees o no crees en la moda, todas las mañanas las comienzas en tu clóset y la energía que creas a partir de ese espacio la arrastras todo el día”.
Así como lo que llevas puesto influye en cómo te sientes, las tendencias son una manifestación de pensamientos que surgen a través de lo que vivimos como sociedad, explica la stylist. Nos permiten identificarnos con algo. “Si no conoces las tendencias, te estás vistiendo a ciegas, cuando en realidad tú tienes la posibilidad de elegir entre todo lo que hay afuera y decir ‘yo solo me identifico con esto’”.
Foto: Instagram. @cynthiafuertesm
El secreto de encontrar tu estilo
Es muy común pensar que en una asesoría de imagen alguien va a llegar a quemar toda tu ropa y luego comenzará a armarte looks, cuenta Cynthia. Sin embargo, lo que ella busca es “dar las herramientas para que más mujeres puedan conectar con su esencia, con quién son ellas y lo puedan transmitir a través de la ropa. Llegué a este término de que lo que hacemos aquí se llama ‘soul styling’, es un styling del alma. Que le pierdas el miedo a que las asesoras de imagen te van a decir qué ponerte. No, mi chamba no es vestirte igual que yo, no es disfrazarte, armarte tres looks y que al día cuatro ya no sepas qué hacer. Mi chamba es escucharte primero, saber quién eres, qué te gusta”.
Uno de los pilares más importantes para Cynthia es la funcionalidad: saber si algo es cómodo, si pica o si podrías llevarlo todo el día. “Yo me acuerdo que cuando empecé a compartir en redes sociales existía mucha blogger e influencer que yo veía y decía, ‘está espectacular ese look, pero no sé si yo puedo caminar entaconada en mi viaje a París, porque a lo mejor las que somos más mortales le caminamos y queremos devorarnos la ciudad”.
Otra clave es buscar prendas que no serán desechables y funcionarán a largo plazo, “que lo que entre a mi clóset sí me lo vaya a poner y me vaya a durar muchos años”, explica.
Existen reglas que te ayudan a encontrar las cosas que más te favorecen, pero no se trata de meterte a una caja de lo que “debes” usar. “Lo padre de saberte las reglas es elegir cuándo las quieres romper y cuándo no. Yo te puedo enseñar cuál es tu colorimetría, te puedo enseñar los colores que mejor te quedan. Pero, ¿quieres estar limitada a 30 colores? No. Ahora, si vas a ver a tu peor enemigo, pues agárrate tu ‘pantonera’ y ponte con lo que vas a brillar. Conocer las reglas te sirve para romperlas con conciencia”.
Foto: Instagram. @cynthiafuertesm
El clóset revela mucho de ti
Al preguntarle a Cynthia si alguna vez no se ha sentido bien con su estilo, ella reconoce que todas tenemos etapas así, por diferentes razones y por diferentes “momentos canónicos”.
“Me acuerdo mucho de un día estar llorando hecha bolita en mi cuarto, en casa de mis papás, y pensar, este clóset no me representa. No había una sola cosa ahí que dijera ‘cómo me vibra el estómago ponérmela’. De pronto veía ahí unos pants café oscuro, tristes, y yo decía ‘bueno, es que el café ni me queda bien’”, cuenta.
Desde su perspectiva, esto ocurre porque con el tiempo en tu clóset vas añadiendo “parches” de lo que otras personas esperan de ti. Desde el código de vestimenta en determinada oficina hasta el tipo de ropa que le gustaba a tu ex que usaras. “Cuando volteas a ver dices, ‘nada de esto me representa’”.
Esto se relaciona con uno de los mantras más importantes para Cynthia: el clóset es un cachito de tu alma. “Si no sabes qué ponerte, si tienes ropa hasta repetida con etiquetas que nunca utilizas y no sabes cómo combinar, es un foco rojo para el interior. Como traes el clóset traes la vida. Está desordenado, así traes algo. Está vacío, así te sientes. Está atascado, ¿qué necesitarías limpiar en ti?”.
Foto: Instagram. @cynthiafuertesm
Los prejuicios que debemos dejar atrás
La asesora de imagen dice que uno de los prejuicios más comunes sobre la moda, el cual ella misma tuvo alguna vez, es que vestirse muy bien es solo para gente con mucho dinero. “Siempre hay opciones solo hay que saber lo que estás buscando, por eso no puedes pasar de largo las tendencias”.
Otro de los mayores prejuicios es que la moda solo es para un tipo de belleza hegemónico. Cynthia nos cuenta que también se enfrentó a esta creencia. “Crecí en los noventa, donde María Joaquina era el estándar más top de belleza. No crecí ni sintiéndome bonita ni sintiéndome suficiente. Mido 1.70, y en México significa que siempre fui grande. No en términos de talla pero sí en términos de que me decían las niñas ‘yo peso 40 kilos’. Y yo de: ‘por ahí también, hermana’”.
Foto: Instagram. @cynthiafuertesm
Sin embargo, las creencias limitantes nos alejan de expresarnos y explotar nuestra creatividad. “Creo que si te castigas o te encasillas en el que ‘no es para mí porque no tengo este cuerpo’, no dejas salir este ser creativo que vive en todos por el hecho de ser humanos”.
A pesar de todo, la asesora ha sido capaz de vencer estos prejuicios y encontrar su esencia. “Cynthia siempre ha sido del glitter, de los molcajetes, de los colores, de las brillantinas. Entonces creo que esa niña de 3, 5 ó 7 años se puede ver honrada en lo que me pongo hoy todos los días. Desde ese lugar es que yo definiría mi estilo e invitaría siempre a cualquiera a que desde ahí lo encontrara”.
En la actualidad, las mujeres estamos llegando a diferentes espacios en los que antes no se nos permitía estar, esto es gracias también a quienes han luchado y marcado un precedente para que otras mujeres ocupen lugares importantes en el mundo y desafíen los roles de género tradicionales.
El mundo del emprendimiento, es precisamente uno de esos lugares que carece de representación suficiente de la mujer, razón por la cual la empresaria mexicana Ana Victoria García quiso poner su granito de arena y fundó la primera organización aceleradora de emprendimientos de mujeres en pro de la igualdad: Victoria147.
Este proyecto y su larga trayectoria han convertido a Ana Victoria en una líder del empoderamiento económico de las mujeres; una tarea que, pese a las dificultades, sigue inspirando y apoyando los emprendimientos femeninos mexicanos.
En entrevista con Nosotras, Ana Victoria nos compartió un poco de su trayectoría.
Ana Victoria y su camino a la victoria
Foto: Judith Díaz
Nacida en Ciudad de México, Ana Victoria García Álvarez es una destacada empresaria que se ha desarrollado en diversos ámbitos: ha sido conferencista, productora e inversionista, además de autora del libro “Ellas”, en donde relata cómo es emprender para las mujeres.
También es reconocida por su participación en las primeras temporadas del programa Shark Tank México, en donde fungió como una “tiburona” interesada en invertir y apoyar emprendimientos de los participantes.
El éxito de Ana Victoria fue reconocido por la revista Forbes cuando la eligió como una de las 100 mujeres más poderosas de México.
Dibujos y creatividad: el primer negocio de Ana Victoria
En entrevista con Nosotras, la empresaria compartió cómo fue su primer acercamiento al mundo del emprendimiento: empezando por vender dibujos a sus compañeros, la pequeña Ana Victoria se dio cuenta del talento que tenía en su manos. “Yo desde chiquita era emprendedora, yo vendía lo que se me pusiera enfrente para quitarme el ‘no’ que mi mamá me decía”, cuenta.
Impulsada por sus habilidades en el mundo financiero, Ana Victoria estudió Mercadotecnia en la Universidad Anáhuac, escuela en donde también estudió una maestría en Administración y Negocios.
Para 2006, Ana Victoria ingresó a Endeavor, una comunidad de emprendimiento, en la cual encontró la razón para crear uno de sus proyectos más importantes: Victoria147.
Victoria147: la primera plataforma aceleradora de emprendimientos femeninos
“Me di cuenta que no había representación de las mujeres, de un portafolio de 100 emprendedores que teníamos a nivel nacional, solo 3 de ellas eran mujeres. Entonces dije, ‘México se está perdiendo de talento’”. La poca representación femenina en el ámbito financiero impulsó a Ana Victoria a crear su plataforma Victoria147, la primera aceleradora de negocios para emprendimientos femeninos en México.
Victoria147 ofrece cursos y materiales de estudio gratuitos para las mujeres que quieran emprender o que ya hayan iniciado su camino con un proyecto propio. También tiene cursos virtuales en vivo con duración de tres a seis meses, con la intención de hacer despegar y consolidar una empresa.
En efecto, las mujeres seguimos teniendo muy poca participación en este ámbito. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las mujeres tienen menos probabilidades de ser empresarias y se enfrentan a más obstáculos durante este camino.
Ana Victoria hace hincapié en que las mujeres formamos una mayor parte de la población en Mexico, por lo que es necesaria su participación en el aspecto financiero.
‘Quería levantarme todos los días sabiendo que estaba haciendo algo importante’
Los principales aspectos que Ana Victoria quiso incluir en Victoria147 fueron tres ejes que, asegura, están en todo lo que hace. “Primero la libertad, soy una sagitario con unas alas enormes y me gusta que la idea que yo piense la pueda materializar con libertad. Dos: quería estar rodeada de gente interesante para siempre aprender. Tres: quería levantarme todos los días sabiendo que estaba haciendo algo importante, que estaba impactando, que cambiaba vidas”.
Estas convicciones también hicieron que Victoria147, se convirtiera en uno de los eventos más importantes para el emprendimiento femenino: El VictoriaFest, un día del año dedicado a la guía y preparación de las mujeres para impulsar su negocio. En dicho evento se reúnen personalidades destacadas del ámbito financiero que aconsejan a quienes quieren involucrarse en él.
Asimismo, Ana Victoria nos compartió que le gustaría que este festival funcione como un portal, en donde las mujeres puedan sentirse seguras y puedan conectar con su vulnerabilidad. “Que lleguen a este espacio y que se encuentren con una forma distinta de hacer negocios, en donde puedan conectar con su vulnerabilidad, de conectar con otras mujeres. Eso es el VictoriaFest”.
Los retos de una líder
“No trato de comprarme el personaje tan ya hecho, porque estamos en contrucción todo el tiempo”. La “tiburona” compartió con Nosotras que su camino a empoderar a otras mujeres no ha sido fácil y que, aun con su larga trayectoria, se ha enfrentado a tres retos en particular: no perder el suelo, estar en constante transformación y encontrar a las mejores personas en su equipo.
“Creo que uno de los retos es no creérsela de más, eso también te vuelve muy inflexible a equivocarte, a probarte, a cambiar de rumbo”, explica.
Los proyectos de Ana Victoria, como los de todos, se han enfrentado a adversidades como la pandemia o la aplicación de nuevas tecnologías que han evolucionado el mundo de los negocios. Para Ana Victoria, estos retos le han enseñado que lo más importante es no perder el objetivo y llevar a su empresa a una nueva transformación.
“No perder la ola, o sea, tener la claridad de la visión de decir hasta dónde va esto y cómo esto lo integro, justamente para que no me revuelque la ola fuera de tiempo”.
De igual manera, para la líder de Victoria147 resulta fundamental saber elegir a las personas que le acompañan en sus proyectos; este aspecto, asegura, es fundamental para un buen funcionamiento. “Saber que el mejor equipo me rodea en la mejor posición y que tienen las mejores herramientas, para seguir creciendo, de quien te rodees, al final del día eso se multiplica”.
Más mujeres en los negocios
Finalmente, la empresaria mexicana destacó la importancia de las mujeres en los negocios, señalando la importancia de características que ella considera innatas en nosotras.
Ella visualiza “un lugar en donde podamos hacer negocios con visión inclusiva, que sean flexibles, que sean más integrales, necesitamos esta visión distinta de integralidad que llevamos muy innata las mujeres, entonces, hay que alzar esa voz y hay que darle más espacio”.
Cuando llega Karime Pindter, llega el ambiente y la gente se pone de buenas. No importa si esto sucede en el reality show más polémico del país, en un evento de influencers o en una sesión de fotos donde todos andan acelerados. Ella dice lo que piensa, no le baja al entusiasmo y, de cada 10 frases que pronuncia, ocho contienen ocurrencias, chistes o dichos que ella misma inventó. La “Matrioshka” se comporta igual con o sin cámaras enfrente.
Pero, como pudimos constatar cuando la ganadora del segundo lugar en La Casa de los Famosos México platicó con NOSOTRAS, también toma su trabajo con seriedad y es extraordinariamente amable. Cuando nos reunimos con la conductora de 31 años en el hotel Umbral de CDMX, saluda a todas como si nos conociera desde siempre.
“Ahora sí se va a armar la pijamada real”, dice cuando entra a la suite donde nos prepararíamos para la sesión de fotos. “Nos tocó la habitación más ‘perrísima’, ¿no?”, bromea.
Cachetadas con guante blanco
La gente comenzó a reconocer a Karime Pindter tras su aparición en Acapulco Shore, la versión mexicana del reality show Jersey Shore. Ella pasó de ir a escuela católica y vivir en una familia tradicional sin ningún contacto en el medio del espectáculo, a que los chavos le pidieran fotos en el cajero y sus frases se volvieran virales (antes de que la palabra “viral” siquiera se usara).
Sin embargo, el proyecto no estuvo libre de controversia: tras haberse quedado por 10 temporadas y varios spin-offs internacionales, ante el público Karime se convirtió en una chica reventada y eternamente alocada.
“Yo creo que soy la más agradecida por el proyecto donde empecé, que es Acapulco Shore, pero hubo muchísimos prejuicios y me han juzgado mucho, me han etiquetado mucho”, admite. Durante años se le criticó por decir groserías, por salir de fiesta y por ejercer su sexualidad libremente. Incluso, todo eso se volvió un prejuicio en su contra al anunciarse su participación en La Casa de los Famosos.
Pero como si fuera una matrioshka de carne y hueso, Karime ya había guardado esa faceta fiestera y estaba lista para mostrar otra de sus capas: una mujer estratega, inteligente y sofisticada que se ha preparado en áreas como la conducción o locución. Alguien que se divierte con quien le pongan enfrente y no necesita estar en un antro para brillar.
“Sobre vencer todos los prejuicios que se tenían de mí antes de La Casa de los Famosos… me gustó que la gente se diera la oportunidad de conocerme realmente como soy, que se quitaran esos prejuicios, que puedan ver mi evolución, para dar un ejemplo de que tu pasado no te define. Creo que se han abierto muchas puertas y me tiene muy feliz”.
Esto no significa que se arrepienta de sus inicios, sino se trata de “abrazar esa parte de mi vida y dejarla atrás para la siguiente etapa, y quizás nivel, en mi vida. Ha sido difícil poderme desetiquetar y seguir adelante, pero hoy en día después de mucho trabajo, lo he logrado”, explica.
Hace 10 años, sus primeros compañeros de reality show la criticaban porque pensaban que había creado un personaje para las cámaras. En este 2024, millones de personas la apoyaron en otro proyecto televisivo precisamente argumentando su autenticidad. Y no solo eso, sino su visión a futuro: con ayuda de su equipo, grabó decenas de videos y creó toda una campaña en redes sociales para un partido político ficticio que se promocionaría durante su encierro voluntario.
Por todas estas razones, Karime define este momento de su vida como uno de mayor empoderamiento. “Después de este gran proyecto fue que me pude dar a conocer como verdaderamente soy, que pude dar un mensaje de empoderamiento, de ser tú misma, de creer en ti, de evolución. Creo que me siento muy empoderada”.
Esto apenas comienza
Karime considera que apenas está “en el segundo escalón de todo lo que quiero lograr”. Y, tomando en cuenta su trayectoria hasta la fecha, debemos tomarla en serio.
Para empezar, acaba de estrenar su primer especial de stand up, “De la Mano del Señor”, en colaboración con Comedy Central. Esa experiencia no se queda ahí, pues desea algún día llenar un Auditorio Nacional con las rutinas de comedia donde habla de sus propias experiencias.
Por otro lado está el sueño de ser actriz profesional. “Me encantaría incursionar, tengo muchísimas ganas de actuar, está en mi bucket list. Obviamente, cuando me den la oportunidad, me voy a preparar increíble como en todos los proyectos para no quedarles mal”, dice con visible emoción.
De hecho, cuando le preguntamos con quién se identifica, la persona que menciona es una actriz icónica: María Félix. “Era empoderada, disruptiva, libre, poderosa, feliz, imponía. Me encantaría ser un poco así”.
Desde hace tiempo Karime se ha desarrollado como conductora, mediante experiencias como su propio podcast o apariciones en eventos de la cadena MTV. Su aspiración es llegar a ser “una conductora muy importante, la Martha Debayle del rock o como Galilea Montijo cuando ella quiera darme el puesto”, confiesa entre risas.
Pero sus mayores anhelos no solo se relacionan con el entretenimiento. “Uno de mis grandes sueños es hacer una fundación para gatos lo más pronto posible, poner un café de gatos y que casi todo lo que se venda en el café vaya para la fundación. Ya tengo todo mi plan, adoro a los gatos, me dan muchísima ternura y son como yo”.
También quiere crear una fundación mediante la cual pueda cumplir los sueños de niñas con pocas oportunidades. Y, en el día a día, “estar con mi familia, poderlos ayudar, viajar por todo el mundo y disfrutar la vida. Creo que es una gran meta”.
Decirle ‘sí’ a la salud mental
Karime lleva casi dos meses sin parar: inauguraciones, eventos de prensa, fiestas para creadores de contenido, entregas de premios, campañas publicitarias y apariciones en programas de televisión, son su rutina. Pero tiene dos importantes aliados: el cuidado de su salud mental y la espiritualidad.
“Para mí la salud mental lo es todo, yo estoy aquí sentada feliz y tranquila gracias a eso”, afirma, con la consciencia de que mucha gente ve esto como un tabú o con el ego de creer que no necesitan ayuda. “Tengo una psicóloga que es lo máximo. Siento que con amigos puedes contar tus cosas, pero cuando realmente desnudas tu alma es con la psicóloga”.
La creadora de contenido también acude al psiquiatra y habla de ello sin tapujos. Ella vive con trastorno por déficit de atención y también ha luchado contra la depresión. “Hace unos años estaba en una relación y me peleaba mucho, me sentía mal, me acerqué a un psiquiatra y me diagnosticó depresión. Desde ahí mi vida ha cambiado”.
En el ámbito de la espiritualidad, su principal herramienta es el Access Consciousness, una terapia holística que busca ayudar a una persona a generar los cambios que desea en su vida, deshaciéndose de pensamientos limitantes.
“Lo inicié hace como seis o siete años, en un momento difícil de mi vida, y me cambió por completo”, asegura Karime. “Todos los días estoy repitiendo todo el tiempo, desde que me levanto: ‘facilidad gozo y gloria’, ‘Universo, ¿qué más es posible?, ‘Universo, ¿cómo puedo mejorar?’”.
Cuando habla sobre esta terapia alternativa surgida en los noventa, es muy clara en que “es una herramienta increíble para la vida, para cualquier problema que se te esté atorando, para cualquier cosa que desees, para cuando la estés pasando mal”.
Hijos no, pero ‘Norris’ sí
“Un día libre… Guau, cómo lo anhelo”, suspira exageradamente Karime cuando le preguntamos qué le gusta hacer cuando no está trabajando. Inmediatamente después, viene la mención quien llena por completo sus días: su gatito.
“Norris” es un majestuoso British Shorthair que Karime encontró en un criadero de Rusia y que resulta muy poco común en México por su color chocolate. Es de una raza que llamó la atención de la conductora hace años, cuando todavía era una niña que coleccionaba calendarios de gatos y soñaba con tener uno.
“Yo veo un bebé humano y es así de: ‘¡qué lindo!’, pero equis. Veo un gato y me lo quiero comer, abrazar, llevar”. Karime ha sido claro en varias ocasiones que ella no planea tener hijos, pero sin duda se imagina rodeada de felinos. Una parte de su cuenta de TikTok, donde tiene más de 10 millones de seguidores, está dedicada a mostrar cómo cuida a “Norris” y se divierte con él. “Los gatos no te deben nada, entregan su alma mística a ti”, argumenta sobre su pasión por estos animales.
La “Matrioshka” ya inició una etapa de su vida en la que regresar temprano a casa y ver tele acurrucada con “Norris”, es lo máximo.
“Me gustan las series de poder, como ‘Griselda’ o ‘Loving Pablo’”, explica. También disfruta las “películas de amor que tengan mensaje”, las cintas de Almodóvar y el terror. “Me encanta el terror pero siento que hace mucho que no sacan algo que dé miedo, me están decepcionando”.
Otra de las cosas que más disfruta en la vida es viajar en compañía de sus padres. Poca gente sabe que Karime adora los destinos de nieve. “Me encanta ir a esquiar, es mi pasión. Yo soy una mujer con TDA y siento que solo hay dos cosas que me hacen concentrarme a full: cocinar y esquiar”. Ha practicado en paraísos invernales clásicos como Aspen, Breckenridge (Colorado) y Park City (Utah), en Estados Unidos.
Por supuesto, las playas (y en particular Acapulco) también tienen un lugar muy especial en su corazón. “Mi actividad favorita también es tirarme en un camastro a ver el mar, me encanta decretar frente al mar. Y, ¿por qué no? Un veranito en Europa para descargar la energía y divertirme un poco”.
La clave: ser agradecida
Para Karime, precisamente el mar es uno de los mejores lugares para manifestar los sueños. “Yo me pongo a escribir y digo que estoy muy agradecida con el Universo y con el mar”. Ella recomienda escribir en tiempo presente lo que sientes y lo que quieres, para luego pedirle al mar que se lleve todo lo malo y expresarle tus deseos.
La manifestación también la practica en casa, mediante listas de gratitud para “hacer que bajen las barreras y valorar”. Ella está completamente convencida de sus métodos porque la han llevado al éxito que vive hoy en día.
Para Karime, todo esto le ha ayudado a superar los obstáculos de su vida: “ser juzgada, venir de la nada, empezar desde abajo y salir adelante yo misma”.
A sus seguidoras les recomienda ser persistentes como ella. “Me aferré, luché, trabajé como una loca y estoy aquí. Eso se los digo niñas, amigas y amigues: así no tengas nada y vengas de dónde vengas, puedes lograr tus sueños. Tú no te fijes en lo que hacen los de al lado y que no te importe el qué dirán”.
Cuando Karime dice lo anterior, pareciera que está en diálogo con su versión de hace una década. Con esa joven veinteañera que no paraba de escuchar críticas hacia su persona pero nunca dejó de ser fiel a sí misma ni pensó en bajarle una sola rayita a su personalidad. Finalmente, esa persistencia está rindiendo frutos.
Fotos: Angie Pineda. Asistente de fotografía: Marla Abigail Meza Rodríguez. Styling: Ness de Luna. Asistente de styling: Ariadna Ramírez. Agradecimiento: Norberto Flores.
En una industria como el automovilismo, donde la mayoría de los rostros son masculinos, Fiona McEwan se destaca como una pionera en la Fórmula 1.
Ingeniera de Red Bull Racing, Fiona es la primera mujer en desempeñar un papel crucial en la prueba de combustibles y lubricantes, y su historia es una poderosa fuente de inspiración para las jóvenes que sueñan con incursionar en este desafiante campo.
La escocesa de 29 años forma parte del equipo que hace posibles las competencias donde participan figuras como Checo Pérez y Max Verstappen.
Entrevista con Fiona McEwan, ingeniera de combustibles de F1
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
¿Eras cercana al mundo de las carreras antes de este trabajo?
Debo admitir que no lo estaba y no creo que haya visto una carrera antes de este papel. Cuando supe que me movía a esta posición, empecé a ver todas las carreras. He desarrollado absolutamente una pasión por la F1. Desde que entré aquí, hago la mitad de las carreras que hay en el calendario, pero aun así me pongo a ver la otra mitad de las carreras que no hago.
¿Cómo llegaste a la F1?
Estudié Química en la universidad y, cuando me gradué, entré a trabajar a Exxon Mobil analizando combustibles y lubricantes comerciales. Tres años después, tuve la oportunidad de unirme a Red Bull, convirtiéndome en la primera mujer en hacerlo.
Aquí sigo probando combustibles para la F1, soy responsable de enviar combustibles y lubricantes para cada carrera en el mundo, lo cual es un gran desafío.
¿Qué tan común es encontrar mujeres en puestos de trabajo como el tuyo?
El deporte motor es una industria dominada por hombres. He estado en este papel durante tres años y he visto cambios, así que cada vez hay más mujeres entrando en el deporte. Ahora ya hay varias mujeres en el equipo, hay otra más trabajando a mi lado en el garaje, por ejemplo. Sin embargo, sigue siendo dominado por hombres.
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
¿Cómo ha sido para ti abrirte camino en un campo tan dominado por hombres como la Fórmula 1?
Se necesita mucha confianza en una misma. Al no haber estado interesada en la F1 antes, al principio dudaba de mí misma y de lo que podría lograr, pero aprendí a hacer preguntas y aprender de los demás. Ahora siempre busco un apoyo si siento que no sé sobre algo.
¿Qué se necesita para que más mujeres se involucren en carreras STEM?
Creo que tomará tiempo llegar a un 50/50. Necesitamos atraer a las chicas porque lo técnico no siempre es atractivo para ellas. Mi rol día a día es animarlas y que se sientan atraídas por esta industria.
¿Cuál es la parte más compleja de tu trabajo?
La logística de envíar combustibles y lubricantes alrededor del mundo, Por ejemplo, en China, había niebla que provocó un retraso en el transporte; necesitábamos combustibles de respaldo para llegar a tiempo. Es un reto, ya que sin ellos, el fin de semana de carrera no sería exitoso.
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
¿Cómo es un día normal en tu vida?
En semanas de carrera, volamos al destino el martes, el miércoles vamos al circuito y preparamos el laboratorio, calibro todos los instrumentos y probamos los combustibles móviles.
Al comienzo de la semana, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) da las regulaciones; debemos asegurarnos de que no haya contaminación y que los productos correctos lleguen, para que el equipo no reciba penalizaciones.
¿Qué consejo le darías a otras jóvenes que sienten que carreras en ingeniería o automovilismo son inalcanzables para ellas?
Traten de no desanimarse por el hecho de que son principalmente hombres. Les aconsejaría que se registren a eventos, hay miles de ellos, probablemente con base en Europa. Como la FIA, que tiene un evento llamado “Chicas en Camino”.
Regístrense en tantos eventos como puedan, y así pueden conocer a otras personas que quieran estar en el deporte y la industria. Yo diría que la forma más fácil de hacerlo es teniendo contactos. Pero lo más importante es confiar en ti misma.
En un ambiente tan competitivo y de alta presión, ¿cómo logras equilibrar tu bienestar personal mientras mantienes un trabajo tan exigente?
Para mí, mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida personal significa ser bastante organizada, planeo todo con bastante anticipación. Cuando voy a ver a mi familia o amigos necesito que esté en el calendario de todos, es crucial ser organizada.
“Yo y las que no necesitamos iluminador porque tenemos brillo propio”, dice Paola Alonso en un video de su exitosa cuenta de Instagram. Ella hace referencia a la piel grasa, una condición que a menudo es invisibilizada en una industria del skincare que parece enfocarse en estándares excluyentes.
La creadora detrás de la cuenta Skin Army se caracteriza por hacer contenido enfocado en el cuidado de la piel de una manera realista, sin pretender que todas tenemos las mismas condiciones y el mismo acceso a productos, ni ocultar que ella misma ha tenido sus batallas en esta área de la belleza.
Por esta razón ha creado una comunidad sólida, donde la aportación de otras experiencias es bienvenida y la recomendación es formar un criterio propio mediante el consejo de especialistas y las vivencias propias.
Platicamos con ella sobre sus inicios en el mundo del skincare, desde que intentaba negar el acné hasta llegar a la aceptación radical (un concepto que debes conocer) e inspirar a otras chicas.
‘Empecé en el skincare antes de que lo fuera’
Hace aproximadamente una década, la conciencia sobre las rutinas de skincare no era la misma que ahora, a menos de que tuvieras una condición específica de la piel. “Me da risa que yo empecé en el skincare antes de que fuera skincare, cuando era literalmente jabón para la cara y ya”, cuenta Paola Alonso.
“Yo inicié prácticamente desde los 10, 11 años, de manera amateur en el sentido de que no sabía lo que estaba haciendo. A los 11 empecé a entender un poquito más porque yo tengo problemas hormonales, entonces a partir de esa edad tuve mi primer periodo y tuve un problema hormonal en mi cara”. En ese tiempo comenzó a tratarse por el acné que se manifestaba en su rostro. “Para mí el cuidado de la piel empezó 100% enfocado por eso”.
Actualmente Paola habla sin problema alguno sobre tener acné, pero por mucho tiempo se trató de algo que ni siquiera aceptaba para sí misma. Como nos cuenta, llegó a perderse de actividades que disfrutaría y utilizar maquillaje muy joven para ocultar esa condición.
“Lo curioso es que no sé si lo acepté en algún momento cuando era tan chica. Voy a hacer una analogía un poquito fuerte pero es casi como cuando eres adicto a algo y no lo quieres reconocer”, explica. “Como que siempre queremos justificarnos o tratar de buscar algo que no nos haga ver la realidad”.
Ella tenía una condición de acné bastante fuerte, pero utilizaba frases como “son cosas de la edad” o “se va a quitar” para olvidarse de eso. Al mismo tiempo, ocultaba las marcas con maquillaje.
“Es como cuando ves a los demás y dices ‘ay, pero yo no estoy así’. Empecé a usar maquillaje a esa edad porque me daba mucha pena mi cara. Era mucho más sencillo correr al baño y ponerme la base de mi mamá que ni me quedaba, que aceptar que sí tenía un problema en la piel”. Según recuerda, fue hasta los 21 años que aceptó la condición de su piel.
La creadora de contenido agradece que hoy en día hay más visibilidad y se habla de condiciones como el acné, “pero la realidad es que yo crecí sin ver un rostro como el mío, yo no veía una cara llena de brotes como la tenía yo, la realidad es que la gente te rechaza, puede hacerse pensamientos o ideas que no son ciertas”.
Foto: Instagram. @skin_army
La aceptación radical
Paola admite que la relación con su piel es buena en la actualidad, pero esto es el resultado de un proceso que tomó años y no necesariamente es como se podría imaginar.
“No es de ‘ay, amo mis granos’, la neta no. Vivo en una sociedad donde eso es golpeado pero prefiero, y eso lo aprendí en terapia, la aceptación radical. De que ‘ay sabes qué, tengo granos y no me gustan, termino con manchas pero pues estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo. Llevo una rutina que me regula, al final del día mi piel se va a arrugar menos. tratándole de ver el lado bueno”.
A los 11 años, Paola jamás hubiera permitido que la vieran sin maquillaje. Ahora sube contenido a cara lavada, no utiliza filtros desde hace años y habla abiertamente sobre el acné o el cuidado de la piel grasa.
Todavía llegan críticas de personas que no han visto realmente su contenido. “Yo sé que hay gente que no me conoce y dice ‘tú hablas de la piel, tú que estás cacariza’, pero es un súper logro y ahorita siento que mi relación es muy buena, me siento en un buen momento. obviamente hay recaídas y a veces tengo que volver al derma, pero ahorita estoy bien”.
La aceptación radical es un concepto que la creadora de contenido ha empleado en otras condiciones como la dismorfia corporal.
“Vivimos en una sociedad bien agresiva, en que estando en una corporalidad distinta cuando tenía la peor relación con la comida de mi vida y mi salud mental estaba desplomada, y desgraciadamente la gente me trataba mejor y me decían ‘qué bonita te ves, ¿por qué no has hecho esto antes?’. Es aceptar radicalmente y negociar qué es lo importante para una”.
En su caso, ahora lo importante es no perderse las cosas realmente significativas. “Muchas veces me restringí de ir a pijamadas o fiestas en alberca para que no me vieran, y ahora digo ‘es una estupidez, sí lo tengo pero ya qué, me vale’. Lo importante para mí es pasar tiempo con mis seres queridos”, relata.
Aunque la aceptación es un tema que se presenta en Skin Army, ella no se considera activista ni cree en el concepto de amor propio que suele manejarse en redes sociales. “Me choca, lo detesto. Porque siento que deberías vivir y ya, no tienes siquiera que amarte todo el tiempo, me chocan esos discursos. Estamos bombardeadas con imágenes que probablemente el 2% de la población comparte el resto se queda rezagado”.
Foto: Instagram. @skin_army
No compares tus procesos
Cuando le preguntamos qué le diría a las chicas que viven con un problema de acné, explica lo siguiente. “No les voy a decir que la van a pasar bien todo el tiempo pero justamente quisiera que decir date tu espacio, tu tiempo, ten mucha paciencia, trata de no comparar tus procesos porque al final es tu piel. Sobre todo, es tener la aceptación radical, porque todo tiene un lado bueno y uno malo”.
Paola admite que se perdió de muchas fiestas, actividades con sus amigas o ir a la playa, pero ahora jamás se privaría de estas experiencias por miedo a mostrar su rostro. Y aconseja lo mismo a sus seguidoras. “Hay que entender que no son el centro del mundo y todo mundo está lidiando con sus batallas. Entender que si alguien te presta mucha atención es porque también es autocrítica y la está pasando igual de mal”.
Foto: Instagram. @skin_army
El trabajo de una creadora de contenido
Antes de dedicarse por completo a la cuenta de Skin Army, Paola trabajó en agencias de publicidad e incluso se dedicó al marketing con influencers. Estuvo combinando ambos trabajos por un tiempo, hasta que decidió dar el salto a convertirse en creadora de contenido de tiempo completo.
Ella admite que su trabajo actual tiene un costo mental. Requiere una actualización constante y comienza a tomar cada vez más de tu tiempo. “Es tan bonito y disfrutable que cruza la línea. Es una actualización constante, una industria que cambia demasiado rápido, es muy complicado transformarte constantemente. Hacerte viral no es difícil pero lo difícil es mantenerte en ello”.
Paola crea contenido con el que se identifica o que vaya de acuerdo con lo que su audiencia quiere, necesita y puede escuchar. A menudo se sorprende de lo mucho que se parecen sus seguidoras a ella. Por eso, algunas de ellas incluso se han convertido en sus amigas cercanas.
Ella se siente satisfecha con su audiencia y aprende constantemente de ella. “Yo sé que mis números no son los más grandes, pero siento que lo que he construido ha sido súper pensado, dedicándole cada parte de mí de una manera más lenta pero consistente”.
Comenzar un emprendimiento puede ser sumamente intimidante. Cuando no sabes por dónde iniciar pero tienes cientos de ideas, todo puede parecer complicado. Emprender requiere que, de pronto, aprendas sobre un montón de cosas para que funcione y se inicia un proceso lento en busca del éxito que sobrepasa a cualquiera si no se tiene una buena planeación.
Tener paciencia, dedicación y atención al detalle son aptitudes clave para cumplir metas cuando emprendes. Si te decides a hacerlo, te podrías enfrentar a varios retos, a varios “no” y muchos “es imposible”, pero también a muchos crecimientos, logros y nuevas experiencias. Por eso es importante reconocer a las emprendedoras, que luchan día a día para que su arte y su trabajo lleguen a todos lados.
Hablamos con tres emprendedoras mexicanas que se atrevieron a dar un cambio enorme en su estilo vida para seguir su “instinto emprendedor”, dentro de ámbitos muy diversos. Son mujeres jóvenes que se han enfrentado a diversos retos completamente solas.
Coconut Lemonade, de Karla Ramírez, es un emprendimiento de regalos personalizados. Está enfocado en mantener los recuerdos vivos por medio de cuadros de resina personalizados, hechos completamente a mano. Uno de los servicios extra que ofrece este emprendimiento es un curso impartido por la fundadora, para poder aprender cómo hacer tus propios cuadros.
Por su parte, Pollete Berrellaza creó The Snack Bar, un emprendimiento que da servicio para diferentes eventos y fiestas particulares. Complementó su marca al crear cursos que pudieran ayudar a otras a comenzar su propio negocio.
También nos compartió sus experiencias María Delgadillo, de María Bajita. Es una emprendedora que se centra en la ilustración de acuarela, haciendo retratos personalizados, stickers y más tarde, pasó también a convertirse en un negocio de encuadernación, de libretas y agendas. De igual manera, llevó su arte del papel a la piel, mediante los tatuajes, y ha iniciado un emprendimiento de prendas en crochet.
Pollete Berrellaza, de The Snack Bar. Foto: Cortesía
Un emprendimiento puede nacer de muchas maneras
A veces basta con un obstáculo en tu camino, un momento de espontaneidad o un rato de ocio, para tener una idea que termine por convertirse en tu trabajo.
Coconut Lemonade nació en medio de la pandemia, justo después de que Karla Ramírez se graduara y el mundo se detuviera por la COVID-19. Como lo relata ella, las entrevistas de trabajo dejaron de aplicarse, los puestos ya no estaban disponibles y las cosas cambiaron por completo.
“Empecé esto para no aburrirme. Fue como: ‘bueno, ¿qué puedo ir haciendo? ¿Cómo puedo generar un dinero extra?’ Era empezar a moverme y no perder esa motivación. Empecé vendiendo ilustraciones en 100 pesos”, explica. Casi cinco años después, tiene un negocio que ocupa todo su tiempo y es su sostén económico.
Para Polette Berrellaza, la idea surgió a partir del tiempo libre y su inquietud para ganar ingresos extra. “Me encontré con este tipo de negocio en un evento. Fue la primera vez con la que me topé con este modelo de negocio. Se me hizo muy padre porque era muy compacto, era algo que era de dos, tres horas… Se me hizo algo muy padre, innovador. Fue cuando surgió, dije ‘¿por qué no pongo uno yo?’”.
En el caso de María Delgadillo, las cosas fueron diferentes. El emprendimiento comenzó hace alrededor de 7 años con una pregunta: “¿qué tan difícil podría ser hacer yo una libreta?”. Luego de conocer a una ilustradora en un bazar y comprar una libreta, María se dio cuenta de que hubiera comprado otra para su hermano, que estaba a punto de irse de intercambio. Pero después de no conseguir hacer el pedido con tan poco tiempo de antelación, pensó que podría hacer una con sus propias habilidades y un poco de curiosidad.
Esa libreta que le regaló a su hermano, la cual hizo mediante una investigación en internet para conocer el proceso de encuadernación, dio origen a todo lo demás. “Cuando ve la libreta me dice ‘deberías hacer tus ilustraciones, te queda increíble. Entonces empecé a experimentar un poco con todo y de pronto ya estaba haciendo libretas para mis amigas y para mi familia. Un día dije, ‘las voy a vender, ¿qué más puede pasar?’”.
María Delgadillo, de María Bajita. Foto: Cortesía
No se detienen por la opinión de otros
Aun teniendo la motivación y las herramientas, se tuvieron que enfrentar a lo que los demás opinaban sobre su trabajo y la manera en la que comenzaron a ver la vida. Ya no sentían que pudieran hacer otra cosa que no fuera seguir creciendo y explorando el mundo como emprendedoras.
“Con mis papás fue un ‘tienes que buscar un trabajo’. Yo contestaba: ‘es que este me está generando todo lo que quiero en un trabajo y un poco más, la comodidad de trabajar con mis horarios, desde mi casa. ¿Por qué voy a moverlo?’ Nada más es porque la gente cree que es otro tipo de trabajo más ‘informal’. Para mí, este es el trabajo más formal que he tenido en toda mi vida y que depende de mí, eso es todavía más formal y más importante”, explica Karla.
María lo ve de manera parecida. Los comentarios sobre sus habilidades, sus alcances y emprendimientos también eran constantes y tuvo que enfrentarlos como lo hizo Karla.
“En mi cabeza era: ‘¿cómo no funciona si me está dando dinero?’. [La idea de dejar el emprendimiento] se me hizo un comentario limitante porque cómo voy a cerrar mis capacidades si yo sé que puedo desarrollar varias y las desarrollo bastante bien. ¿Por qué alguien más tendría que limitar mis capacidades, mis talentos, mi potencial?”.
“Si te dan que pensar”, admite María, para quien la idea de dejar su emprendimiento era demasiado fuerte. “Al final, me había dado mucho y aún me da mucho en muchos aspectos”.
Sin duda, emprender es una decisión que puede ser complicada, vista desde los ojos de otros, pero Polette asegura que también es parte de confiar en las propias habilidades y conocimientos para no frenar el instinto emprendedor.
“Duré un año y medio para tomar la decisión de dejar mi trabajo de oficina, porque claro que había el típico: ‘¿cómo te vas a dedicar a esto?’, ‘es solo una moda’, ‘tú estudiaste una carrera, tienes que dedicarte a lo tuyo’. Pero yo contestaba: ¿Cómo me dices que crear una empresa, dar empleos, no es parte de mi profesión [como licenciada en mercadotecnia]?”, menciona.
“Hay que soñar en grande, pero soñar en grande da miedo, porque ya soñé en chiquito y no salió bien… pero si te pones la camiseta, si es lo que quieres hacer, lo vas a hacer porque te nace”, recomienda la fundadora de The Snack Bar.
Karla Ramírez, de Coconut Lemonade. Foto: Cortesía
Emprender es estar en constante aprendizaje
Para mantenerse en constante avance con su emprendimiento, se enfrentaron a diversos aprendizajes que les hicieron crecer como personas y como emprendedoras. Tuvieron que aprender sobre la marcha, a dirigir por su cuenta un negocio.
“Yo trabajo sola. Todo mi emprendimiento lo hago yo. Yo tomo pedidos, yo subo contenido, yo grabo contenido, yo edito, soy atención a cliente… Todo, absolutamente todo y no tengo a nadie más que me ayude”, menciona Karla.
“Me decían ‘¿puedes hacerlo?’, y yo de ‘sí…’. Y lo investigaba y ponía manos a la obra. Muchas cosas salían mal a la primera, pero no me rendía”, admite María. “Lo he hecho sola completamente. Yo hacía las ilustraciones, editaba las ilustraciones, hacía los tejidos. Yo lo hacía desde cero, cortaba el papel, les hacía los agujeritos, las cosía… es un proceso que lleva mucho tiempo”.
Por la misma razón, hubo errores que tuvieron que ir solucionando y, sobre todo, aprender de ellos para poder mantener a flote el emprendimiento.
“Fue a prueba y error y a veces la regaba, era un ‘discúlpame’ y corrección”, admite Karla. “Mandé pedidos mal, hubo paquetes que se perdieron durante pandemia. Hubo gente a la que no le llegó su pedido y lo tenía que repetir. Obviamente vas aprendiendo, paso a pasito. ‘Okay, ya resolví esta parte, ¿qué sigue?’. Es ir aprendiendo en el camino y hasta la fecha sigo aprendiendo, entonces es parte de aprender, regarla y seguir”.
María, describe como “horrible” y “desastrosa” a la sensación de perder un paquete debido a que, como emprendedora, conoce el costo de su producto.
“Tú, como dueña del negocio, puedes enviar otro, pero también significa una pérdida porque no te van a volver a pagar, pero tú sí tienes que entregar”, menciona María. “Piensas en muchas cosas, le inviertes tanto tiempo, etiquetas, envolturas… Porque aparte son productos únicos, no es como que vayas a una tienda de cadena”.
Por su parte, a Pollette le tocó ser una pionera en su rama y admite que se encontró así misma en un constante aprendizaje durante meses. Lo que la llevó a hacerse muchas preguntas porque no tenía un ejemplo para seguir.
“Me puse a investigar en redes sociales, a ver si había otras cuentas así, si alguien estaba haciendo contenido padre. Nunca me imaginé toda la parte de logística, toda la parte de preparación, de organización que conllevaba este negocio. Fue todo nuevo para mí. Sí tuve mucho cuidado porque uno como novato luego podemos caer mucho en los fraudes o por la emoción, no terminamos de investigar del todo”.
Foto: Cortesía.
¿Han recibido la ayuda de alguien más?
Como emprendedoras, suelen realizar todas las tareas relacionadas con el emprendimiento solas. Pese a que existe la opción de contratar a alguien que les ayude a completar algunas actividades, esto puede tener grandes implicaciones en el enfoque que le han puesto Karla y María a sus respectivos trabajos.
“Como emprendedor hay que tratar de ahorrar en todo lo que se pueda, el chiste es ahorrar para poder crecerlo después. Eso involucra personas que me puedan ayudar, cosas diferentes que puedo agregar, pero es paso a paso. Si me harían un parote ayudándome…, pero pierde la esencia un poco también de lo que estoy creciendo”, aclara Karla sobre su postura.
De la misma manera, María menciona las implicaciones que ella encuentra en trabajar con un equipo dentro de su negocio, personas que le ayuden a llevar a cabo todos los procesos.
“Son muchas cosas, porque obviamente también debes dejar a las personas que formen parte de, que sientan que también están siendo parte y no todos estamos dispuestos a dejar que otras ideas se mezclen en lo que tienes establecido”, reflexiona María sobre el tema. “No todos tendrían la entrega, el compromiso, sobre todo para hacerlo, no todos lo hacen. Es diferente donde tú haces las cosas porque te nacen, a que las hagas porque es tu trabajo. Yo nunca he visto a ninguno de mis trabajos como trabajos”.
Para The Snack Bar, Pollete necesitó recurrir a la ayuda de otros, aprender a ceder esas tareas importantes de su emprendimiento para poder continuar en funcionamiento. Entendió que, a veces, buscar y brindar ayuda también puede ser necesario para seguir adelante.
“La parte de dar ese paso, de aprender a delegar, porque es tu emprendimiento, es tu bebé, es algo que tú has visto crecer y que te ha costado mucho. Pero sin esas personas, no pudiera crecer más”, admite.
Foto: Cortesía
El consejo que nadie les dio lo comparten con futuras emprendedoras
Ni Karla ni María ven a su emprendimiento como un trabajo, lo ven como un estilo de vida que les permite expresarse y crecer constantemente. Por eso, hoy comparten sus consejos para que otras chicas puedan sentirse seguras de elegir un camino como el que ellas han elegido.
“Para empezar… Ya decir ‘voy a emprender’ es una decisión fuerte que no cualquiera lo hace. Es un camino que tienes que decidir si lo sigues o no. No se llega de la noche a la mañana a esta parte de una cuenta que ya tiene seguidores, que ya tiene clientes… Es estarle dando y dando, sin desesperarse”, continúa Karla. “Confiar en que sí lo vas a hacer y dedicarle el tiempo, porque siempre hay emprendedores que en el proceso dejan su sueño y se van para otra cosa. Es pura dedicación, dedicación y corazón, porque si te gusta lo que estás haciendo, no lo vas a soltar”.
“No se dejen desmotivar, por nada, por nadie… si ustedes piensan que ahí es, hay que echarle ganas, hay que dedicarle el tiempo necesario y poco a poco. No hay que desesperarse, porque si nos desesperamos ahí lo dejamos, entonces dedicación y paciencia”, concluye la fundadora de Coconut Lemonade.
Pero, además de ser pacientes y buscar una constante motivación para realizar todas las metas que se propongan, también se requiere de confianza y compromiso.
“Esto es algo de constancia. Si te detienes, todo se detiene porque recuerda que tú eres la principal, si es un negocio propio, tú eres la principal. Eres el sostén de eso, entonces confía en ti, ahí afuera hay alguien que le va a gustar lo que haces”, puntualiza la fundadora de María Bajita.
“Mi consejo sería eso, no te rindas, échale y confía en ti, sé muy fiel a ti y no renuncies. Mientras tú seas constante, fiel a tu compromiso, a ti misma, a lo que tú estás dando… Es difícil, los emprendedores hacen caminos más largos y un poco difíciles, entonces confía en ti, confía en que tú puedes hacerlo, busca las maneras en las que esto te haga feliz, más que quitarte, te dé en todos los aspectos.”
También es importante, como menciona Pollette, no tener miedo a hacer las preguntas que te hagan falta para crecer.
“Recomendaría buscar apoyo, [buscar] a alguien a quien tú veas hacia arriba. Que te impulse a tocar esa puerta y, si una no se abre, en algún momento otra se va a abrir. A veces como mujeres luchonas emprendedoras queremos decir: ‘yo hice esto’, ‘yo voy a buscar’, ‘yo voy’, pero buscar ayuda podría ser algo que ahorre muchísimo tiempo, muchísimo estrés o errores”, continúa Pollette. “Y creer, porque si tienes esa intuición, ese instinto de que sabes que por ahí es el camino que tienes que tomar, aviéntate.
En un país como México, muchas mujeres lo pensarían dos veces antes de comenzar a practicar un deporte como el rugby. Pero, cuando lo hacen, el ambiente es todo lo contrario a lo que imaginarías en un primer momento. La sororidad le gana a la rudeza, las tallas no importan y todas son bienvenidas.
Así lo describe un grupo de jugadoras de rugby que forman parte de DestElla, un programa que creó Iberdrola México y tiene como propósito empoderar a las mujeres mediante el deporte.
En su primera fase, el programa apoya a la Federación Mexicana de Rugby con acceso a instalaciones apropiadas, donaciones y equipo deportivo.
Tuvimos la oportunidad de platicar con algunas jugadoras para conocer más sobre el ambiente que se vive en este deporte.
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
Rugby, el deporte ‘para hombres’ donde todas tienen un lugar
Fernanda Soto, quien está por cumplir 12 años jugando rugby, admite que en México abundan los comentarios sexistas sobre esta disciplina. “Creo que ninguna de nosotras se ha librado de recibir comentarios de ‘es un deporte de hombres’ y ‘deberían estar haciendo ballet’, porque nosotras llegamos de entrenar llenas de lodo y sucias, pero así estamos felices”, cuenta.
Este tipo de comentarios viene incluso de los círculos cercanos, de amistades y familia. Sin embargo, por cada uno de ellos también existen palabras de aliento. “Hay personas que son familia, como los coaches que nos han formado y tienen la meta de hacernos sentir seguras, de decirnos ‘tú puedes’, ‘tú lo haces’. No hay tallas, no hay estaturas ni nada que te haga diferente. Todas somos perfectas como somos y todas nos podemos dedicar a lo que sea, siempre y cuando lo hagamos con disciplina y pasión”, afirma Ximena Crespo.
Cada una de estas jugadoras lucha activamente contra los prejuicios y estereotipos. Y, aunque no pueden negar la experiencia del sexismo en nuestro país, pueden celebrar la diversidad en este deporte. “Es increíble que en el rugby puede haber personas de 1.50m y de 1.90m, de todos los tamaños y de todas las edades. No importa, siempre hay un lugar y una posición para cada persona. No importa cuánto peses, cuánto midas, nada. Siempre vas a tener un lugar en el rugby”, dice Fernanda.
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
‘Yo te confío mi cuerpo’
Un deporte de contacto, considerado tan “rudo” como el rugby, no suena como un espacio donde la palabra “sororidad” se escuche muy a menudo. Parece prestarse más hacia los momentos de tensión y la competencia sin miramientos. Sin embargo, las jugadoras que platicaron con NOSOTRAS no podrían estar más en desacuerdo con este prejuicio.
“Justo en el rugby hay como un tercer tiempo, que es la convivencia para después del partido”, explica Zoe Tuyu, quien comparte esta pasión con su hermana Samara. “Siempre se tiene la idea de que dentro del juego somos rivales, podemos pegarnos, hacernos cualquier cosa permitida, pero cuando acabe el partido somos compañeras del mismo deporte. Somos amigas y nos tenemos que respetar”.
Fernanda Soto cuenta que una vez, platicando con una amiga, escuchó una frase sobre el rugby que la marcó. “Me dijo ella: ‘yo te confío mi cuerpo’. O sea, en un deporte de contacto yo te confío mi cuerpo completamente porque yo recibo golpes por las demás y ellas me cuidan, a lo mejor ella va corriendo con el balón y me toca cuidarla”.
Samara Tuyu, hermana de Zoe, cuenta que cuando ella entró al rugby había personas mucho más grandes en edad y tamaño. Admite que con frecuencia te encuentras con personalidades fuertes y situaciones ásperas. “Al ser un deporte es muy competitivo y lo que intentas es dar tu mejor performance, pero al mismo tiempo no es perderte. Cuando ves reflejado eso en alguien más, yo lo encontré con mi hermana y con las chicas del club donde empecé, me enseñaron a que siempre tengo un lugar, mi opinión importa, mi cuerpo importa y mis decisiones importan. Ha sido un proceso de autoconocimiento grandísimo y que a mí también me gustaría compartirle a las chicas que quieren intentar en este espacio y encontrarse”.
Para Samara, el hecho de que tengas una compañera con quien sincerarte y ser vulnerable, “te da las herramientas para seguir enfrentando cualquier situación”.
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
‘Un lugar seguro para las que vienen’
Samara Tuyu confiesa que, para ella, el programa DestElla ha sido “un rayo de luz. Yo, que llevo mucho tiempo en el rugby, ver que se está creyendo y que hay posibilidades para las mujeres que jugamos en México”, dice entre lágrimas. “Tan solo pensar que ya están creyendo en nosotras es muy significativo porque implica que podemos, que queremos hacerlo. Poder contar con esa seguridad que se nos está dando facilita muchísimo las cosas para quienes llevamos mucho tiempo practicándolo, para las chicas que apenas están empezando porque ellas no se van a enfrentar a los retos que muchas tuvimos que superar, y para mí ha sido una de las mejores cosas que han pasado.
Ximena Crespo relata que ella no tuvo muchos referentes de rugby en México, especialmente siendo mujer; tuvo que aprender “a los golpes” qué significa trabajar en equipo. “Yo busco crear ese espacio seguro. Yo soy la mujer sorora que tal vez no tuve en el momento porque no existía”.
“Si tú creas un lugar seguro para tus compañeras, para tus hermanas, se vuelve un lugar seguro para ti también”, dice Fernanda.
Ellas son embajadoras del rugby en México
Fernanda Soto. Foto: Edgar Silva Fuentes S.
NOSOTRAS conocimos a un grupo de jugadoras tan diverso como versátil. Tienen ocupaciones “normales”, pero al mismo tiempo son estrellas del deporte.
Fernanda Soto, de 33 años
Ella llegó al rugby porque su hermano jugaba dentro de un club de la Ciudad de México, y la invitó. De eso han pasado casi 12 años. Además de jugar, trabaja como diseñadora industrial.
Este deporte ha cambiado su vida de muchísimas formas. “Creo que la más importante y notoria es la seguridad en mí, lo que descubres que puedes hacer con tu cuerpo de forma física y mental. La familia que haces conociendo amigas”.
Elena Guzmán, de 27 años
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
Llegó hace siete años con su hermano, pues a los dos les gusta mucho el deporte. Esta disciplina le ha dado “mucha disciplina y un círculo de amigas”.
Estudió geografía y también tiene una cafetería.
Alma Juárez, de 32 años
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
Ella estaba estudiando ingeniería en sistemas ambientales hace 12 años pero, cuando conoció el rugby por casualidad, cambió de carrera. “Actualmente soy entrenadora y tengo una cafetería”.
“Cuando llegué al rugby me di cuenta que podía ser yo”, dice. “Siempre he sido muy enérgica, era un espacio para mí porque necesitas mucha energía e intensidad.
Zoe Tuyu, de 25 años
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
Ella juega rugby junto a su hermana, pero toda su familia está involucrada en este deporte. “Mi papá jugó hace mucho tiempo, mi mamá se integró, después mi hermana y he tenido el gusto de compartir la cancha con los tres, no solamente como jugadora sino también como coach”.
La disciplina no solamente la ha unido más a su familia. “Me ha dado la oportunidad de encontrar un espacio seguro y un lugar donde puedo expresarme, donde puedo ser yo. Creo que hace falta mucho tener la confianza en ti”.
Ella actualmente estudia diseño industrial y estuvo en programas de alto rendimiento jugando rugby.
Samara Tuyu, de 28 años
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
En noviembre cumple 15 años jugnando y, al igual que Zoe, llegó por herencia familiar.
“Me ha ayudado a empoderarme. Yo cuando era chiquita estaba muy insegura de mí y de mi cuerpo, gracias al deporte y al espacio seguro que me brinda el rugby he aprendido a lidiar con esas inseguridades y he aprendido que todos tenemos un espacio, un propósito”.
Además de practicar deporte, “soy nutrióloga, hago cosas tejidas y pastelitos”.
Ximena Crespo, de 24 años
Foto: Edgar Silva Fuentes S.
“Me gustaba mucho el futbol americano y la esposa de un coach me invitó a conocer el rugby”, relata. Esto ocurrió hace siete años.
Para ella, el rugby es una manera de empoderarse. “Saber qué tan capaz es mi cuerpo, mi mente y mi seguridad en la vida y en el campo”.
Además de ser una atleta, trabaja en un banco y tiene un restaurante de mariscos.
A la distancia, parece que la vida de Florencia Guillot cambió drásticamente en muy poco tiempo. Pasó de trabajar en una oficina como muchas de NOSOTRAS, a volverse una creadora de contenido increíblemente exitosa. Pero, en realidad, no es algo que ocurrió de la nada ni por arte de magia.
Pasó aproximadamente un año teniendo una doble vida como “godín” y haciendo videos de maquillaje, belleza y estilo de vida. “En un momento mi meta era que esto se convirtiera en un trabajo de tiempo completo. En realidad fue una meta que se fue dando, no es que el día uno que empecé a hacer videos en pandemia dije ‘yo quiero dedicarme a esto’”, nos cuenta en entrevista. “Fue algo que genuinamente, orgánicamente se dio”.
Actualmente cuenta con 6 millones de seguidores en TikTok, cerca de un millón en Instagram y casi 700 mil en YouTube. Pero su objetivo no ha cambiado.
“Mi meta hoy por hoy, haciendo contenido, es sumarle algo a las personas. Sacarles una sonrisa, que a través de mi contenido podamos ser felices, que les pueda aportar algo, desde cómo maquillarse hasta que a lo mejor les haya recomendado un producto que les funcionó. Que con mis ‘perritragedias’ y storytimes les haya sacado una sonrisa en un día malo”.
Entrevista con Florencia Guillot
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Tienes una manera muy honesta de hablar en tus tutoriales y reseñas. ¿Te ha costado trabajo mantener esa línea con el paso de los años?
Creo que, como tú dices, siempre he tenido una forma muy transparente, muy directa de decir las cosas. Entonces, conforme fui creciendo, fui aprendiendo a tener siempre bien presente lo que puede entrar como una crítica constructiva o una opinión honesta de un producto, pero tratar de no perjudicar o dañar a una marca.
Y también siempre haciendo el hincapié de ‘no es que sea un mal producto, sino que a mí, en mi piel, no funcionó’. Porque también ya vas creciendo, empiezas a entender que las marcas, no importa qué tan grandes o chicas sean, están dirigidas por personas que sienten. Yo creo que mañana que tenga una marca a mí no me gustaría que alguien agarre un producto mío y lo destroce.
Porque al final del día no hay malos productos sino que hay necesidades diferentes. Entonces es lo que estos años he tenido súper presente. Procurar que mis reseñas sean más de productos que sí me gustan y de los cuales sí tengo algo bueno qué decir.
Trato de hacer un filtro, si es un producto que de plano no tengo algo bueno qué decir, no incluirlo en mi contenido. Porque hay los que sí me encantan pero tienen áreas de oportunidad.
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Antes de ser creadora de contenido tenías un trabajo muy distinto y diste un salto grande. ¿Qué tan difícil fue dar ese salto?
Fíjate que fue un proceso muy paulatino, yo empecé haciendo las dos cosas: trabajando en marketing en la empresa Home Depot y aparte haciendo contenido. Entonces creo que no fue instantáneo. Fue un proceso, poco a poco fui creciendo, ampliando mis redes y mi contenido.
Para mí fue como un año en que fui aprendiendo. Ayudó a que cuando tomara mi decisión de ya dedicarme a esto al 100% me sintiera lista porque ya tenía un año ejerciendo, creando contenido.
Dar el primer paso de ‘ok, voy a renunciar’ creo que es lo que me daba miedo, lo que me costó. Pero una vez que digo ‘ya estoy decidida’, yo sí soy una persona que cuando tomo una decisión, no hay vuelta atrás.
Como estaba ya tan enamorada de mi trabajo de crear contenido, ya estaba viendo resultados, yo sabía que todo iba a estar bien. Creo que cuando tomas decisiones para irte por algo que te gusta, que te apasiona, de lo cual estás viendo resultados tangibles, de mi lado no era tanto el miedo sino las ganas de ir por la nueva aventura.
Una vez que renuncié, también es el contraste entre que casi no tenía tiempo para grabar, ahora tenía todo el tiempo del mundo. Yo también no me entendía, a la primera semana dije ‘ok, primer día siendo creadora de contenido, ya no soy godínez, qué hago, dónde empiezo’.
Quieras que no el hecho de estar en una empresa y que una persona esté diciéndote qué hacer, a qué hora salir, te hace entrar en tu zona de confort. Y en este caso era yo al ruedo. Eso me costó, acostumbrarme a hacer rendir mi tiempo, a una rutina, mis propios horarios. Al principio no es fácil ser tu propia jefa, no hay nadie que te esté exigiendo, preguntándote cómo vas con los pendientes.
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¿Cuáles son para ti los principales mitos sobre ser creadora de contenido?
Que todo lo hacemos público, que todo lo que ves en redes sociales es nuestra vida completa. Creo que una vez escuché una plática en que Eugenia Rodríguez dio una Ted Talk y explicaba: ‘imagina que yo en promedio hago equis número de historias al día, entre 5 y 10, lo que sea’. Hizo el cálculo y lo que te está enseñando eran como 15 minutos de su vida, cuando un día tiene 24 horas. Un mito es que todo lo que ves en sus redes es todo lo que hay en su vida.
En mi caso, otro mito es que mucha gente piensa que todo el tiempo estoy diciendo ‘Jesús del huerto’, y la verdad es que no. O sea son frases que son mías y sí las digo, pero hay momentos, no es como que voy por la vida diciendo ‘Jesús del huerto’. Como que cada creador tiene su momento de conectar con la audiencia. Hay creadores que sí son 100% personaje y yo no me considero tal cual un personaje.
Otro mito es que creo que la gente a veces no termina de entender que no porque somos figuras públicas tenemos que hacer toda nuestra vida pública, tenemos que dar explicaciones de todo. Creo que todos tenemos vida privada, entonces yo te comparto lo que a mí me gusta compartirte, mis reseñas, mi outfit, mi maquillaje, el perfume… No significa que nos guste hacer pública toda nuestra vida, claro que nos gusta mantener cosas privadas.
Creo que también es mito que creen que todo nos dan gratis, que todo lo regalan. Y no voy a mentir, la verdad es que hay varias cosas en que hago colaboración y lo que sea, pero a lo mejor son más cosas las que pago. Pero luego piensan que todo el maquillaje que yo tengo me lo regalan. Y yo: ‘no, ¿cómo? Yo también voy, compro, porque es parte de mi trabajo’.
Otro mito es que a veces creo que la gente se hace dramas donde no hay. De que ‘esta chava y esta chava, como hacen contenido de lo mismo, se caen mal’. A veces nada qué ver, a veces ni te conoces con esa persona con quien te están haciendo drama, o nunca por aquí se te cruza, al contrario, eres una súper buena amiga suya.
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Actualmente vivimos expuestas a una enorme cantidad de información diario. ¿Cada cuándo necesitas darte un descanso de las redes sociales?
Durante mucho tiempo no lo hice, llega un momento en que eso te persigue y te orilla a que te tomes el break. Creo que nunca he llegado a un punto en que neta me desaparezca al 100%, siempre estoy presente de alguna forma. Pero siempre procuro, y es una meta que me puse, que cuando me voy de vacaciones con la familia o amigos, disfrutar. No desconectarme al 100% porque también parte de mi contenido son los viajes, me gusta compartir y todo. También los algoritmos no te permiten que te desaparezcas, hay que ser muy constante, pero procuro disfrutar.
A lo mejor no traer el mismo ritmo: si en mi vida diaria publico 3 videos, 3 tiktoks, 2 reels diarios, procuro que en un viaje sea uno al día en cualquiera de las redes.
¿Cuáles son las claves del bienestar en tu vida?
Mantener un balance. Creo que durante mucho tiempo mis redes sociales o mi trabajo eran como mi prioridad número uno y llegó un punto en que física y emocionalmente la vida me vino a enseñar: ‘qué bueno que seas persistente, trabajadora y lo que quieras, pero hay que encontrar un balance entre la vida personal y la vida laboral’.
También hacer pequeños detalles que te gusten. Por ejemplo, el ejercicio es mi terapia, entonces procuro ir bien temprano cuando todos estén dormidos para que no me empiecen a llover los pendientes. Para poder desconectarme, disfrutar lo que estoy haciendo.
Comer saludable me ayuda mucho en mi estado emocional, tomar mucha agua. En general, cuidar tu cuerpo, nutrirlo, creo que siempre te va a dar resultados positivos. También el balance entre la vida persona y la vida laboral, entre semana procuro aunque sea una hora tomarme un café con una amiga, marcarle por videollamada a mis hermanas o mi mamá, etcétera.
Y trato de hacer al día alguna actividad que me guste. Por ejemplo, me pongo a leer media hora antes de dormir, hago una meditación, me veo un ratito de una serie que me gusta. Trato de dedicarme un momento a mí, a algo que disfrute. Como si fueras un niño chiquito que te dan un dulce porque te portaste bien, haz de cuenta que yo trato de premiarme en ciertas cosas. De que hoy se me antojó ese pastel, deja me lo como.
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¿Nos puedes platicar sobre un momento de tu vida en el que te hayas sentido realmente empoderada?
Yo creo que siéndote bien honesta, el año pasado pasé por una situación en redes sociales que me hizo aprender muchísimo y crecer mucho como persona; estoy muy agradecida con la comunidad que yo he creado, que me ayudó a darme cuenta dónde estaba un error que yo cometí, me ayudó mucho a enfrentarlo. Entonces tuve muchas lecciones de esa situación que yo creo que, si bien no es como un agradecimiento que haya pasado sino más bien dices ‘ok, gracias a eso crecí en todas estas partes de mi versión y creo que deconstruí a la Florencia de antes’.
Hoy por hoy me siento empoderada en el sentido de que me siento fuerte, me siento tranquila, me siento en paz, y gracias a ciertas cosas que pasaron en mi vida me ayudaron a forjar la mejor versión que hoy soy. Hoy por hoy me veo al espejo y me gusta lo que veo. No es que antes no lo estuviera pero creo que para mí esa situación fue algo que me hizo crecer muchísimo, me hizo aprender demasiado. Me ayudó la gente que está en mi comunidad a hacer una retroalimentación constructiva, me ayudó muchísimo a dar tres pasos para atrás y entender la responsabilidad que tenemos como creadores.
Y creo que cualquier situación que te pase como con una connotación negativa tú sabes en qué lo conviertes, tú sabes si lo conviertes en algo súper negativo y feo o lo conviertes en algo que te haga mejor persona, que te haga aprender, que te haga hacer cosas diferentes con tu contenido. Una vez que paso esa curva de aprendizaje y estuve trabajando en mí, retomé muchísimo mi terapia, entonces creo que eso me empoderó.
Hoy más que nunca me encanta lo que hago y estoy súper segura que no quiero dejarlo de hacer en mucho tiempo. Solamente creo que ahora lo hago con mucha más cautela, mucha más responsabilidad y creo que también desde un punto de vista mucho más informado. Porque si bien los creadores de contenido, depende el giro en el que estés, lamentablemente no tenemos todas las herramientas para resolver las problemáticas sociales, sí tenemos la responsabilidad de, desde nuestro contenido, no mandar mensajes ni hacer contenido que las puedan alimentar. Entonces creo que yo tengo muy presente hoy en día para hacer mi contenido más responsable y cauteloso, que cumpla mi objetivo principal.
¿Quiénes son tus principales influencias?
Creo que mi persona número uno en esta vida es mi mamá, es mi mejor maestra, mi mejor compañera que ha estado ahí. Como yo soy la hermana chiquita, tengo hermanas mayores, ellas sí han fungido como líderes que me van guiando. Es otra cosa que me hace sentir muy empoderada, que crecí rodeada de mujeres muy chingonas. Lamentablemente mi papá falleció cuando estábamos muy chicas, entonces estar siempre rodeada de mujeres súper fuertes marcó la diferencia en mí.
Mis amistades. Creo en esa famosa frase de ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Hoy por hoy estoy muy agradecida por la red de apoyo que tengo, que me ha ayudado mucho. Me ha quedado claro que de mis mismos amigos que no son creadores de contenido, no sabes cómo me han ayudado, me han dado ideas. No tienes que estar rodeada de personas que a fuerza se dediquen a lo mismo, entre ellos te puedes nutrir.
Mi papá, aunque no esté conmigo, desde el lugar en que esté influye mucho en mí.
Creo que influyen los creadores que yo sigo, las personas que admiro. Por ejemplo, hace poquito tuve la oportunidad de conocer a Yuya. No es como que platicamos mucho, pero es una persona que yo admiro tanto, al final del día ella fue la pionera de videos de maquillaje en Latinoamérica. El hecho de conocerla, poder platicar con ella aunque sea un minuto. Como que también trato que no solo el contenido que creo, sino el contenido que consumo que vaya ligado a mis valores, a lo que quiero proyectar, el tipo de persona que quiero ser.
Es fácil pensar: “yo no podría ser víctima de gaslighting”. Aunque conozcamos la gravedad de esta práctica abusiva, a veces desde el exterior las señales parecen demasiado obvias como para caer. Desafortunadamente, cuando estás dentro de una relación, darse cuenta puede ser increíblemente difícil.
Xenia estaba ya comprometida y en planes de boda cuando empezó a sospechar que su novia le estaba siendo infiel. Aunque la confrontó al respecto, su pareja negó todo. Durante meses fue víctima de gaslighting por parte de la persona con quien pensó que compartiría su vida.
El gaslighting es una práctica de abuso emocional que se puede presentar en parejas. Consiste en que una persona hace que la otra dude o se cuestione de sus propios sentimientos, instintos y salud mental, según la organización National Domestic Violence Hotline. Esto le da control y poder a la persona agresora sobre la otra.
“Yo hace un año me iba a casar con una mujer, y básicamente lo que pasó es que me fue infiel. Pero no fue ese el problema principalmente, sino todo el tema del gaslighting y la mentira que hubo alrededor de esta situación, cuando yo veía las señales muy claras. La manera en que yo descubrí todo y cómo ella seguía mintiendo con todas las pruebas en la mano”, dice Xenia en entrevista con NOSOTRAS.
Xenia, quien es fotógrafa freelance, relató su historia en una serie de TikToks que se hicieron virales. Ella y su exnovia estaban comprometidas oficialmente a finales de agosto; poco tiempo después su relación comenzó a caer en picada.
El problema inició cuando su entonces pareja entró a un nuevo trabajo e hizo varios amigos ahí, entre ellos con una mujer que rápidamente se volvió cercana a ella. Mientras más hablaba con esta mujer y se estrechaba la relación, Xenia notó cosas extrañas.
Su prometida de pronto tuvo comportamientos extraños para ella, como llegar tarde al departamento que compartían juntas, dar explicaciones sin sentido y esconderse de Xenia para mandar mensajes.
En ese tiempo la fotógrafa comenzó a coincidir en proyectos de trabajo con su pareja. Al conocer a la amiga de su pareja, notó comportamientos extraños y se sintió incómoda.
Como Xenia relata en sus videos, casi inmediatamente después de que experimentó celos de la relación que su prometida tenía con esta mujer, la cuestionó. Sin embargo, ella le negó todo.
Desde ese momento y hasta que terminó la relación, a principios de diciembre, la relación se dañó cada vez más y el tiempo que su prometida le dedicaba era menor.
Identificar el gaslighting puede ser muy difícil
Para quienes ven la situación desde el exterior, las señales del engaño siempre fueron lo suficientemente claras. “Me pasó que en los TikToks me comentaban como de ‘amiga, la única que no lo veía eras tú’. Y yo decía, ‘pues sí güey, pero al final era tan chida nuestra relación que en mi universo eso no podía pasar’”.
Esto es muy común, pues el gaslighting es una forma de abuso altamente efectiva. Quienes la ejercen tienen diferentes técnicas, como fingir no entender las acusaciones, fingir haber olvidado cómo ocurrieron las cosas, negarse a escuchar o hacerle creer a la víctima que tiene mala memoria.
Ella sabía qué era el gaslighting, pero nunca lo había vivido en carne propia. “Cuando alguien te lo hace a ti porque genuinamente yo pensé que estaba loca. O sea, sí llegó un punto sentía una ansiedad muy fuerte y yo decía ‘mi intuición me dice que hay algo mal, que las cosas no están sucediendo como me dicen’”.
Xenia admite que, si bien ha llegado a vivir situaciones desagradables con alguna pareja, eventualmente la persona decía la verdad y podían hablar honestamente. En esta ocasión “se llevó la mentira hasta el final. Cuando no había más, y yo creo que de todas formas siguió mintiendo”.
Cuando eres víctima de gaslighting, es normal que dudes de ti misma, te preguntes si estás exagerando y a menudo termines disculpándote con la persona que te está agrediendo.
Como explica la plataforma de salud WebMD, esta práctica abusiva puede no suceder al inicio de la relación sino aparecer cuando ya existe confianza. Comienza con incidentes menores, haciendo que sea difícil notar que hay algo mal, hasta el punto en que te niegan la verdad aunque tengas pruebas.
En esta forma de abuso, suelen ocurrir cosas lo suficientemente pequeñas como para que no te convenzas del engaño, pero que te hacen sentir cada vez peor. En una ocasión, Xenia encontró mensajes de su prometida con la otra mujer; aunque “no había nada incriminatorio”, la charla no era de amigas. Cuando confrontó a su pareja, ella fingió no entender las sospechas y negó que hubiera algo raro.
Conforme la relación decayó y las sospechas aumentaron, también aparecieron otras frases típicas del gaslighting. En diferentes momentos, la expareja de Xenia usó frases como “ahora de todo te pones alerta” y “te digo algo y tú solo te pones peor”. También se enojaba ante los cuestionamientos, los ridiculizó e intentó manipularla emocionalmente para hacerla creer que se estaba esforzando en salvar su relación.
La importancia de tener una red de apoyo
Fue durante un viaje de trabajo a Cancún que Xenia descubrió las conversaciones que comprobaban el engaño de su pareja. Ahí la confrontó por última vez e, incluso ahí, su entonces prometida llegó a decirle “no tienes pruebas”. Lo que la fotógrafa hizo fue abandonar el viaje y correr a su ahora exnovia del departamento.
En este momento, se dio cuenta de la importancia de tener una red de apoyo. Su mejor amiga le compró un boleto de avión para regresar a CDMX inmediatamente. Su mamá la recogió en el aeropuerto y el resto de sus amistades estuvieron en el departamento con ella guardando todas las cosas de su expareja para poder correrla de ahí.
“Mis amigas aquí me ayudaron a meter las cosas en bolsas de basura a las 3 de la mañana, se turnaban para venir. Siento que yo estaba como en modo automático, la realidad es que quienes se hicieron cargo de todo fueron ellas. Siento que todos deberían tener este tipo de relaciones”, explica.
De acuerdo con la plataforma de atención psicológica BetterHelp, mantener vínculos fuertes con otras personas puede ayudar a una víctima de gaslighting a mantener contacto con la realidad. Las amigas y familiares pueden ser clave para salir de esa situación.
Un duelo que comenzó antes de tiempo
“A partir de que yo empecé a sospechar y fueron las primeras pruebas, yo empecé a soltarla poco a poco”, dice Xenia. “Hubo un momento incluso en que me vi con un amigue y ese amigue dijo: ‘Xenia ya, ella ya no está’. No habíamos terminado ni nada, pero fue un ‘tú piensa que ella ya se fue’”.
La fotógrafa todavía estaba dentro de una relación, pero sentía los estragos de la manipulación emocional. “De ahí surgía esto de vomitar todo el tiempo por la ansiedad, llorar todos los días y dormir a lado de ella en la misma cama y todo, pero sentí que esto ya no iba a ningún lado porque ella rompió la confianza conmigo y yo ya no confiaba en ella”.
A largo plazo, el gaslighting no solo abre el camino para otros tipos de abuso, sino puede generar ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático, indica BetterHelp.
Xenia relata que fue algo muy confuso pues, mientras por una parte quería rescatar el vínculo y consideró tener una relación abierta, “había algo que también me decía en mis adentros ‘esto ya se acabó, esto no va a funcionar’”.
Y, aunque la relación se estaba desmoronando, la expareja de Xenia actuaba como si no ocurriera nada. “Ya poniéndome el cuerno ella todavía me mandaba cosas para la boda”.
“Creo que cuando llegó el momento de la separación y en mi cara explotó la verdad, ya como la parte de llorarlo, la negación y todo esto, ya la había vivido en esos tres meses”.
El proceso de sanación
Ha pasado poco más de medio año desde que la relación terminó, por lo que Xenia todavía se encuentra en un proceso de sanar. “Ha sido complicado, creo que nunca había vivido algo así. Obviamente tampoco había tenido ninguna relación en la que yo me sintiera así de bien, así de comprometida. Pero yo me esperaba algo muy diferente. Como de ‘ay, pues le voy a llorar un rato y luego me voy a enojar, pero va a pasar’. O, ‘voy a llorar mucho’. Pero no fue así”.
La razón por la que Xenia acudió a terapia fue que el enojo por lo que sucedió estaba muy presente en su vida. “La cosa fue que estuve muy enojada, estuve enojada 6 meses. Me guardé mucho en mi trabajo, en salir adelante, en el glow up y todo esto. Salí adelante a partir del enojo. Pero el enojo te empieza a consumir”.
Gracias al trabajo con su psicólogo, ella se dio cuenta de que, si bien la ira se hace presente para salir adelante, hay que superarla antes de que contamine todo lo demás. Tras hacer este descubrimiento, pudo avanzar con el duelo. “A partir de eso empezó la reconstrucción de mi futuro, porque al final no fue solamente el cuerno y el gaslighting sino la destrucción de lo que yo pensé que iba a ser mi vida”.
Actualmente la fotófrafa está reconstruyendo ese futuro. “Pero creo genuinamente que ya estoy llegando a la parte de aceptación, de agradecimiento a ella incluso, porque la realidad es que las cosas tenían que pasar de esa manera. No ha sido algo místico, mágico, musical el proceso, ha sido muy duro y frustrante por momentos”.
‘Váyanse a la primera’
El engaño y el gaslighting fueron una experiencia muy dura, pero para Xenia también se trató de una lección sobre seguir tu intuición. “De verdad que si tu tripa te dice algo, eso es lo correcto y lo real. Sé que es muy loco y no nos gusta tanto tal vez el pensamiento mágico pero yo sí creo en eso”.
Al preguntarle qué le diría a las personas que están siendo víctimas de gaslighting, ella dice: “lo que yo sentía es que necesitaba tener las pruebas en la mano para no ser juzgada. Lo que les diría es que busquen las pruebas. Va a sonar muy loco, pero si eso es lo que necesitan, que lo hagan. Me choca eso de que el que busca encuentra, porque no es así. Creo que a veces uno necesita verlo con sus propios ojos para darse cuenta”.
La plataforma BetterHelp aconseja, de manera general, comenzar a guardar testimonios de lo que está pasando: mensajes, correos, notas y audios que puedan ayudarte a comprobar que algo pasó o evitar que la otra persona quiera cambiar la interpretación de algo que dijo.
“Sigan su intuición siempre, incluso la persona que más dice amarte puede que haga algo muy malo, y la gente miente”, dice Xenia. “Pero creo que es importante cuidarse y valorarse antes de decidir quedarse en un lugar donde ya no son felices. Sé que esto es súper cliché, pero váyanse a la primera”.
“Estar aquí es un dolor muy grande”, dice el testimonio en video de Reyna, una mujer privada de la libertad por un delito que no cometió. Lleva cuatro años en prisión, de una sentencia de 50. Recientemente el caso de Reyna se reabrió y, mientras lucha por recuperar su libertad, ella forma parte de los programas de reinserción social de la fundación La Cana. Su historia se parece a la de muchas mujeres, que además viven en situaciones económicas difíciles y tienen pocas oportunidades para salir adelante.
La Cana es una organización hecha por mujeres que busca ayudar a otras mujeres que se encuentran en prisión. Sus programas de desarrollo de habilidades, talleres, oportunidades de trabajo, venta de productos hechos a mano, impulso de políticas públicas y seguimiento en libertad han cambiado más de 5 mil vidas.
“Lo que buscamos es transformar las cárceles en lugares de oportunidad, más allá que lugares de castigo, como lo solemos ver como sociedad”, explica Daniela Ancira, cofundadora de La Cana, en entrevista con NOSOTRAS.
“Tenemos esta idea de que cuando se hace justicia es porque metieron a una persona a la cárcel, y de alguna forma estamos satisfechos con esa respuesta por parte del estado. Pero no estamos viendo más allá. ¿Qué pasa cuando meten a alguien a la cárcel? Qué va a pasar con su familia si ella era la proveedora, ¿quién se va a encargar de los niños?”.
Entrevista con Daniela Ancira, cofundadora de La Cana
Foto: Instagram. @daniancira
¿Qué fue lo que te abrió los ojos para comenzar a involucrarte en la vida de las mujeres en las cárceles?
La primera vez que yo conocí un reclusorio era estudiante de Derecho, y cuando comencé la carrera la verdad yo no tenía planeado para nada dedicarme a temas de este estilo. Pero la universidad donde estudié tenía un programa de voluntariado para que los alumnos y alumnas de la Facultad de Derecho diéramos asesoría jurídica probono al Penal de Barrientos, en el Estado de México.
Ese fue mi primer acercamiento en la cárcel, en esa visita yo conocí un poco de la realidad que se vive dentro. Sobre todo me llamó mucho la atención saber que no había ningún tipo de actividad productiva dentro de las cárceles: no estaban estudiando, no estaban trabajando, no estaban aprendiendo algo nuevo. Lejos de esto, las cárceles estaban siendo básicamente lugares donde, ante la necesidad económica, tenías que encontrar lo que sea para tener dinero. Y “lo que sea”, en muchas ocasiones, era seguir cometiendo delitos dentro de prisión.
Entonces esa visita fue cuando yo por primera vez me cuestioné para qué sirven las cárceles, para qué existen estos lugares si no están logrando su objetivo de reinserción social, sino que más bien están replicando estos mismos contextos de violencia y pobreza que llevaron a las personas a prisión en primer lugar.
Foto: Instagram. @lacanamx
En redes sociales comparten información sobre las condiciones en que las mujeres viven en las cárceles. Tener acceso a algo tan básico como una toalla sanitaria cuesta mucho trabajo. ¿Ha cambiado esto en los últimos años?
La verdad es que no ha cambiado mucho. Hace más de 10 años que yo fui por primera vez a una cárcel y he tenido la oportunidad de viajar a reclusorios prácticamente por todo el país, y es muy similar la situación salvo algunas excepciones como Querétaro o Monterrey.
Pero este problema persiste, las mujeres no tienen acceso a artículos de higiene personal básicos como una toalla sanitaria. Las mujeres se ponen la misma toalla todo el periodo, se ponen incluso sus calcetines porque no tienen acceso a estos productos tan básicos, como el papel de baño.
Lo que sí ha cambiado es que ha aumentado la población penitenciaria femenil y eso se debe en gran medida a la prisión preventiva oficiosa, que cada vez incluimos más delitos al catálogo de prisión preventiva oficiosa. Otra vez, porque entendemos que la cárcel es la solución, cuando realmente no es así, no existe un solo delito que haya bajado por estar en el catálogo de prisión preventiva.
Entonces tristemente no ha cambiado mucho. Creo que empezamos a hablar más de eso y quizá somos más conscientes como sociedad, y eso lo celebro. Pero desafortunadamente las cárceles siguen siendo estos espacios sin perspectiva de género, donde hay una infinidad de problemas, entre ellos que todo cueste en la cárcel y no tengan acceso a esos productos.
Foto: Instagram. @lacanamx
¿Crees que en México se da el fenómeno de que muchas mujeres terminan en las cárceles debido al sistema patriarcal y la violencia machista?
Absolutamente. Nosotras hicimos una investigación a lo largo de dos años, precisamente para conocer por qué las mujeres terminan en prisión. No por qué delitos, sino cuáles fueron las causas que llevaron a las mujeres a delinquir. Escribimos un libro sobre este tema, que se llama “Acusáis a la mujer sin razón”.
Confirmamos lo que ya sospechábamos: que la violencia de género es la principal causa por la cual las mujeres están en prisión. Nos fuimos por casi toda la República a entrevistar mujeres de manera aleatoria en los penales, fueron horas de entrevistas a profundidad. Nos dimos cuenta de que cada una de esas vidas está marcada por la violencia machista. Ya sea porque la violencia las sacó de sus casas, huyendo de la violencia de su papá o padrastro, tuvo que vivir en la calle y eventualmente terminó en prisión por una situación relacionada. O, por ejemplo, era pareja de quien cometió el delito o a su vez era víctima.
También al momento de juzgar, [la violencia] no termina cuando las acusan de delito sino cuando las juzgan. Incluso a las mujeres las juzgan con más años de sentencia. Porque una mujer que se sale de este rol de buena, sumisa y abnegada es mucho más juzgada por la familia y el propio sistema.
Sin duda alguna la violencia machista es la principal causa que atraviesa la vida de las mujeres que terminan en prisión.
Foto: Instagram. @lacanamx
¿Cuáles dirías que fueron las mayores dificultades para echar a andar el proyecto de La Cana?
Todo lo que tiene que ver con trabajar en una cárcel se complica, toda la logística. Desde que no hay un horario fijo de trabajo y la comunicación es muy limitada. Entonces vas una vez a la semana y tienes que dejar todo dicho porque no vas a regresar hasta la semana siguiente.
Pero yo insisto en que por siempre el reto más grande de La Cana ha sido concientizar a la gente de que es necesario trabajar con personas privadas de la libertad. Nos critican mucho de que ayudamos a delincuentes, que como habiendo afuera tanta gente sin trabajo vamos a la cárcel.
Porque justo, creemos que esas personas no merecen que las excluyamos como sociedad. En La Cana buscamos visibilizar que es al revés, que trabajando con personas privadas de la libertad vamos a crear un México más seguro, un México más en paz, donde la gente tenga realmente las herramientas para cuando sale de prisión o incluso dentro pueda aportar algo a la sociedad.
¿Cómo lidian con esa parte de la opinión pública? Con tanto estigma y prejuicio
Creo que nuestros resultados hablan por sí solos. En la Ciudad de México el índice de reincidencia alcanza hasta el 40%; con nosotras en La Cana es del 3%. Tenemos un montón de historias de éxito de mujeres que han salido de prisión y que han emprendido, han trabajado en negocios, que se han dado cuenta de que no tienen que depender de este hombre violento para salir adelante.
¿En qué momento te diste cuenta del alcance que tiene este proyecto?
Nosotras estamos muy agradecidas con la gente que nos ha apoyado, que ha confiado en nuestra causa, que ha comprado los productos. Empresas que se suman para dar estos productos como regalos corporativos, porque la verdad sin el apoyo de la gente que sí cree en nosotras, La Cana hubiera muerto desde el día uno de que arrancamos.
Pero, sin duda, las historias de vida de quienes han pasado por La Cana son lo que nos hace darnos cuenta que esto puede ir realmente más allá. Que no queremos que este trabajo dependa de unas cuantas organizaciones de la sociedad civil nadando contra corriente, sino que estos modelos se adopten como la política pública del país y podamos tener estos resultados positivos en toda la República.
¿Ha habido algún caso en particular con el que hayas tenido cierto apego?
Claro, la verdad es que al final somos humanos y es bien difícil separarte emocionalmente de las beneficiarias, de quienes asumimos la defensa jurídica. Hay muchos casos que generan todo tipo de sentimientos. Siempre digo que este trabajo es agridulce, y es muy cierto.
Me gusta mucho platicar historias como la de Selene, por ejemplo, que ahora está por terminar su carrera de Enfermería. Tenemos a Abi, que va a empezar a estudiar Derecho y que además lleva años trabajando con una diseñadora increíble. O tenemos a Adri, que empezó su propio negocio.
Entonces realmente historias que vienen de contextos de muchísimos desafíos y violencia. Darte cuenta de que con mucho trabajo personal, con una gran red de apoyo que hemos hecho, sí se puede salir adelante.
¿Cómo ha cambiado tu manera de ver la vida a raíz del trabajo que haces en La Cana?
Creo que aprendes a valorar tantas cosas. Yo me acuerdo muy bien un día que salió una chava que llevaba 23 años en prisión preventiva. Cuando iba a salir yo le dije, “oye, te invito a desayunar. Dime qué se te antoja para que de aquí nos vayamos a desayunar, así lo que más se te antoje”. Yo pensando que me iba a decir algo súper particular, y me dice: “no sé, un mango. Llevo años sin comerme un mango porque en la cárcel no hay frutas y verduras frescas, la calidad de la comida es terrible”.
Siempre me acuerdo de ella cuando como mangos. Valorar estar libres, todos los privilegios que tenemos aquí afuera, creo que sí me ha hecho muy consciente de valorar todo esto.
¿Me podrías platicar sobre Proyecto Libertad? ¿Qué es?
Es un eje de trabajo de La Cana, que es de mis favoritos, y se trata de defender a gente que no debería estar en prisión. Con “no debería” me refiero a personas inocentes, desde luego, pero también personas donde el costo social de mantenerlas en la cárcel es mucho más alto.
Teníamos una pareja que estaba en prisión porque se robó unos globos de 350 pesos para la fiesta de su hija, y que les dieron 6 años de cárcel. Entonces quizá sí son culpables pero, ¿de qué sirve que tengamos a esas personas en prisión?
Con nuestro programa de Seguimiento en Libertad tienen oportunidades de estudiar, tener atención psicológica. Defendemos también a personas que son candidatos para una amnistía, porque la cárcel está llena de gente sin recursos, más allá que de gente culpable o que realmente represente un riesgo para la sociedad.
Yo no digo que la cárcel no debería existir, sin duda alguna hay gente que sí es un riesgo para la sociedad y sí necesita ese trabajo de reinserción social. Pero también hay tantos casos que son verdaderamente absurdos que las personas estén en prisión con tantos años de sentencia.
A casi una década de iniciar su trayectoria en redes sociales Priscila Arias, La Fatshionista, se ha convertido en una de las voces más importantes en México en cuanto a la lucha contra la violencia estética. Al mismo tiempo, es una creadora de contenido sumamente exitosa que hace reír a más de un millón de personas.
“Empecé siendo una chavita de 25 años tratando de hacerse un espacio en redes sociales para encontrar moda para su tipo de cuerpo, y acabé siendo activista que grita en las marchas del 8M”, dijo Priscila en una entrevista con NOSOTRAS.
Entrevista con Priscila Arias, La Fatshionista
La activista y creadora de contenido platicó con NOSOTRAS sobre los mitos del ‘body positivity’, su camino de deconstrucción y su concepto del amor propio.
Foto: Instagram. @lafatshionista
¿Cómo ha cambiado Priscila desde que comenzó a crear contenido hasta la fecha?
Pues imagínate, gracias a que empecé a crear contenido empecé a conectar con muchas mujeres y hacer una comunidad muy grande. Empecé pensando que las cosas me pasaban por mi cuerpo, que las limitaciones en la moda y demás eran por un problema individual. Después me di cuenta de que muchas mujeres vivían lo mismo, empecé a crear una comunidad y hablar sobre ‘body positivity’, y abrir un poco más la conversación hacia empoderarnos.
Después de eso conocí que, a pesar de que te ames y te respetes y te aplaudas, no te dejan de discriminar.
Arrancando de esa problemática que parecía no tener solución o no tenía una solución individual, me di cuenta de que había un problema de un sistema de discriminación como es la gordofobia, y no se puede hablar sobre eso sin tener en cuenta una perspectiva feminista. Entonces empezar a abrirme al feminismo también me cambió la perspectiva.
¿Cómo ha sido tu camino de deconstrucción, al involucrarte con el ‘body positivity’ y feminismo?
Creo que el ‘body positive’ es un movimiento muy bonito que plantea que todos los cuerpos merecen respeto, visibilización, amor, que todos son bellos, etc. Además está el ‘body neutrality’, que plantea algo un poco más realista: no necesitas amarte y ser la más visibilizada para poder respetarte.
Esos movimientos sí son importantes, son súper importantes, pero se fueron prostituyendo con el tiempo. Eso es lo que ya no estuvo chido, porque no eran lo suficientemente incómodos. O sea, como que todos tenían al final una perspectiva muy bonita de ver un problema social que es el rechazo, el bullying, el acoso, la violencia hacia ciertos tipos de cuerpos, de personas racializadas, a personas con una discapacidad.
Plantea algo muy bonito, muy utópico, ¿no? Y es muy cómodo para una marca moverse en ese campo, porque es como ‘ven, con mi marca te vas a empoderar’. ‘Este producto es para las mujeres que se aman’. ‘No importa cómo te veas, eres bella, compra este shampoo’.
Claro, todos tenemos problemas con nuestra imagen, con cómo nos vemos. Que si desearíamos cambiar de rostro, de cabello, de altura, de la característica que quieras. Pero siento que hay una diferencia abismal entre lo que quiere cambiar una persona a lo mejor delgada, blanca y privilegiada, que lo que quiere cambiar una persona gorda, negra y que además es trans y vive en una situación difícil económicamente.
Cuando empiezas a notar más esas diferencias, que es lo que me dio a mí el feminismo, ya dije ‘ah ok, no es tan lindo’. Porque me molestaba, yo decía ‘por qué me molesta tanto que lleguen las marcas y me digan ‘eres una persona súper empoderada y curvy, irías súper bien con el mensaje’. Me molesta que queramos pretender que todos los años que he estado batallando con personas señalando mi cuerpo con una connotación negativa, se resuma a algo tan banal, tan frívolo.
Me di cuenta de que con el ‘body positive’ no resuelvo nada. Te hace sentir un poquito mejor y te das como un apapacho, pero el problema sigue igual. Además es muy individualista, le echa la culpa al indiduo, como que si no te empoderas es por ti. Lo cual es una falacia. Por más que te quieras y te ames, si tu papá, tu mamá, tus abuelos y todos te siguen regalando fajas en Navidad y señalando que te ves mal, que nadie te va a querer, aunque una sea la más empoderada llega un punto en que no puedes.
Foto: Instagram. @lafatshionista
Cuando vemos el odio en redes sociales es fácil pensar que las cosas no van a cambiar. Siendo activista, ¿cómo lidias con ese sentimiento?
Creo que los comentarios de odio han tenido diferentes facetas. Antes pensaba que eran un poco personales y ya después me di cuenta que eran como algo del sistema.
Tengo un podcast en el que somos 6 amigas, 2 de ellas son gordas y el resto son de tallas regulares. Entonces es muy interesante ver el tipo de odio que tenemos cada una y la cantidad. Y yo siento que, a más gorda, más violentos se ponen. Yo soy la más gorda, entonces sí se ha puesto más denso. Además soy la más confrontativa y la que más cuestiona y rechaza. Como ya soy más conocida por eso, como que eso abriera una licencia en las mentes de personas que se dedican a tirar odio.
Más allá de sentirme como que es algo personal o de que tengan razón, por más violentos que se pongan, no es algo que me toque directamente. Pero me da una tristeza de desesperanza, de que no se puede cambiar nada. Lo que siento es que por más que remes y por más que digas y compruebes con testimonios, con ejemplos, que las ideas de odio y rechazo están mal y deberían cambiarse, son tan arraigadas que les hace invisible toda explicación contraria, entonces es muy frustrante.
Pero últimamente lo que he pensado es que la equivocación más común que cometemos las personas que tenemos mensajes para abrir conciencia sobre ciertos temas, es que creemos que tenemos que cambiar al violentador. Y no. El valiente vive hasta que el cobarde quiere. En realidad es empoderar con razonamiento y cuestionamiento a las personas que están siendo oprimidas en sus entornos. Yo al final bloqueo los comentarios y ya, a llorar a la ‘llorería’, van a seguir haciendo su pancho y todo pero ya no los voy a tener que ver. Ya con eso yo no sufro.
La gente que está en el entorno de cada violentador sigue padeciendo. Mi misión es empoderar a esas personas para que los paren en seco y les digan ‘no, no más. No más violencia, no acepto tu humor, tu violencia disfrazada de amor, de bullying cariñoso donde todo es siempre a costa de mí, mi salud mental y mi cuerpo’.
Donde se le permite al hombre ser parte del estereotipo de que no tiene que cuidar su físico por temor a que por eso le rechacen. Sí hay hombres víctimas de la gordofobia, por supuesto, pero es en menor medida.
Hace unas semanas un par de comediantes, gordos ambos, hicieron comentarios humillantes hacia mí diciendo que parecía una ballena, que tenían que traer un arpón y no sé qué. Esa es la diferencia. El hombre puede reírse y violentar a los demás aun viviendo la gordofobia y una mujer no se puede defender porque es una loca, ‘feminazi’, histérica, floja, que solo busca pretextos.
Foto: Instagram. @lafatshionista
En ‘Seis de copas’ hemos visto una faceta más vulnerable de ti. ¿Cómo ha sido para ti dejar que el mundo la vea?
La verdad, el éxito de “Seis de copas” me sigue impresionando. Porque la verdad es que no estamos haciendo nada especial, estamos hablando 6 amigas sobre cosas que les gustan, les dan risa y les duelen. Pero creo que es esa conversación donde bajas la guardia, que creo que es lo que les llama la atención a las personas.
No sé si suena un poco raro o egocéntrico esto, soy un poco un alma ayudadora. Entonces si esto le puede funcionar a alguien, que yo me vulnere y me eche mis lágrimas de ‘Remi’, si le puede ayudar a una persona a entender que no está sola, que los problemas que tiene son los que también tenemos las figuras públicas, por mí es fantástico.
Al crear contenido, ¿cómo lidias con los altibajos en tu carrera? ¿Has tenido veces en que quisiste abandonarlo todo?
Sí he tenido veces en que quiero abandonarlo todo. Creo que el tema de crear contenido es que es muy demandante, no puedes encontrar vacación. Porque el producto eres tú, entonces es diferente que a lo mejor estoy llegando a la oficina o al trabajo y ese día no estoy de humor, si no me quiero involucrar emocionalmente en lo que estoy haciendo, puedo poner un poco de distanciamiento. En el caso del creador de contenido, no tanto. Y cualquier paso en falso es suficiente para destruir tu imagen, lo que la gente concibe de ti.
Vivimos de lo que la gente piensa de nosotros. Entonces es complicado encontrar un equilibrio entre el ‘no me importa y voy a seguir haciendo lo que yo quiera’, pero a la vez sí me tiene que importar porque necesito las vistas, los likes y los comentarios para seguir teniendo un trabajo. Creo que es muy desgastante eso y me ha llevado de pronto a decir ‘quiero dejar todo esto’, y regresar a maquillar, porque afortunadamente tengo conocimientos en muchas cosas, puedo hacer otras actividades.
Pero lo que me dolería dejar creo que es el activismo. Siento que se necesitan cuentas grandes para poder ver más el mensaje y a veces las cuentas que solo hacen activismo se quedan muy chiquitas, y creo que seguir impulsando el mensaje entre otros creadores y a lo mejor hasta servir de ejemplo para creadores más chiquitos y que mientras van creciendo vean estos temas y se sientan más libres.
¿Recuerdas cuál fue el momento en que te diste cuenta el alcance que tienes en redes sociales?
Creo que hay varios momentos, uno de los más densos fue que cuando denuncié que había un grupo en Facebook, que se llama Doctoras apoyando doctoras, donde agarraron un clip mío en una entrevista con Jessica Fernández para despedazar lo que estaba yo diciendo.
A pesar de que una vez más estaba explicándolo desde un lado super vulnerable y desde el fondo de mi corazón lo doloroso y lo difícil que es no ser una persona delgada y que la gente lo único que espera de ti es que bajes de peso, y lo difícil que es darse cuenta de que si tienes un punto en el que no puedes bajar más de peso y ya estás cansada y harta después de tanto tiempo, la gente y los médicos no te dejan de ver como este problema estadístico de obesidad y se olvidan de que eres una persona.
Explicando todo eso y agarraron un clip mío y me empezaron a despedazar. De que ‘solo se justifica’, no sé qué. Me duele más porque eran puras mujeres médicas, dije ‘no manches, cómo crees’.
Se metieron algunas médicas que me conocen a pelearse en los comentarios, que han visto aparte mis análisis, me conocen físicamente. Yo publiqué algunos de los screenshots de esos comentarios. A una la despidieron del hospital donde trabajaja. Y dije ‘ah, sí hay alcance’.
La médica me escribió furiosa, que me iba a demandar por difamación. Pues lo único que saqué fue el comentario que había dejado, o sea no dije nada. Ni inventé nada. Obviamente no iba a demandar pero como que quiso aplicar ésa, de que yo la había dejado en la calle, y yo dije ‘no, más bien tu comentario te dejó en la calle’.
Si tuvieras la oportunidad de hablar con la Pris adolescente, ¿qué le dirías?
Como que en ese momento nunca le di forma y nombre a lo que me hacía sentir mal, como que era algo que solo me pasaba a mí. Entonces le diría que es parte de un sistema más grande, y que ahora de grandes estamos haciendo algo para derrocarlo y que nadie más tenga que volver a experimentar lo que yo. Que le dé satisfacción que cada catorrazo tendrá su porqué al final y podrá hacer algo para evitar que a los demás les sigan cayendo los golpes.
¿Cómo te encuentras actualmente en ese proceso de autoaceptación y amor propio?
Estoy en una era muy ‘es lo que hay’. O sea, ando así porque tampoco puedo decir que todos los días me despierto amándome a mí misma como si yo fuera una novela o una película utópica de positivismo.
La verdad es que no, además me voy encontrando con más capas de la violencia estética. Cuando veo que me salen muchas canas o que tengo ya marcadas líneas de expresión. Voy sacando nuevas capas y va a pasar si llego a embarazarme, voy a seguir viendo cosas que a lo mejor son aspectos con los que no había estado reconciliada porque no los había siquiera visto o experimentado.
Siempre hay una nueva etapa para seguir deconstruyéndome. Siento que si ahorita me doy cuenta de algo que no me gusta también digo ‘mira, tu cuerpo es un vehículo que te hace vivir, experimentar, amar y no puedo pretender que sea perfecto o que no envejezca, que no le pase el tiempo, que no se desgaste o le duela algo’.
Lo único que puedo hacer ahorita es agarrarme de mis médicas para procurar el bienestar de mi cuerpo pero también el paso del tiempo hará lo suyo y trataré de llegar lo más digna pero también sin forzarme a seguir pretendiendo que puedo aferrarme a la juventud, a una talla o característica como si no fuera a cambiar.
Es amarte por quien eres como persona completa, no nada más como te ves. Es una guerra que nadie gana.
Cuando alguien te manipula u obliga a decidir de cierta forma respecto a un embarazo, esa persona está violando tus derechos humanos y reproductivos. También es un acto de violencia inducir el aborto de una persona sin su consentimiento y/o conocimiento. Esto último es lo que intentó la expareja de Regina, cuenta ella en un testimonio que se subió a redes sociales.
Recientemente se hizo viral el caso de violencia obstétrica que vivió esta doctora mexicana, cuyo exnovio sigue trabajando en el Hospital Español incluso tras una denuncia formal. Ella acusa que su expareja intentó practicarle un aborto forzado, contaminando su bebida con una pastilla sin su consentimiento.
‘Mi ex intentó poner una pastilla abortiva en mi agua’
A través de una cuenta anónima en TikTok, Regina inicia su video contando cómo conoció a su expareja en los primeros días de 2023, cuando ella estaba empezando su año de internado en el Hospital Español. “Empecé una relación con él el 13 de febrero de ese mismo año, cuando fue muy claro en decir que quería algo serio y exclusivo conmigo”.
Fue el 7 de agosto de 2023 que Regina se hizo una prueba de embarazo que resultó positiva, estando en compañía de su entonces novio. “Él me dio todo su apoyo, reaccionó sorprendentemente bien, me dijo que me iba a apoyar en la decisión que yo fuera a tomar, que al final era mía, y él iba a estar ahí durante todo el proceso sin importar lo que yo decidiera”, narra en el video.
Días después ella le preguntó a su entonces novio qué quería hacer él, “porque aunque fuera mi cuerpo él era parte de esta decisión”. De acuerdo con el relato, él le dijo a Regina que quería tener al bebé y estar con ella.
Foto: Captura
‘No lo quería creer hasta que vi el video’
Fue otra mujer, la expareja de su entonces novio, quien le advirtió a Regina que él estaba teniendo una relación con las dos al mismo tiempo, y que no quería tener al bebé. Cuando Regina lo confrontó, él negó todo, le reiteró su apoyo e incluso la acompañó a la ginecóloga. Sin embargo, ella decidió terminar la relación.
En su video de TikTok, Regina comparte una captura de pantalla, un audio y un video de seguridad como pruebas de su acusación.
La captura de pantalla es de una conversación que Regina tuvo con la expareja de su entonces novio, donde en una parte se lee lo siguiente. “A mí el viernes me escribió y me dijo que te había puesto misoprostol en tu proteína, pero que agarraste otra y que por eso te invitó a comer y te lo puso en el vaso de agua y como se vería se lo tomó. Y luego que te iba a acompañar a una reunión para ponértelo ahí y ahí fue cuando le dije que estaba enfermo y dejé de hablar con él”.
En la nota de voz que recibió Regina, se escucha a un hombre decir: “ya no sé si hacerlo porque aparte me está dando miedo que ahorita que lo compré en la farmacia pues obviamente hay cámaras y todo, dejé la receta con mi nombre. Siento que si sospechan, investigan, me pueden vincular a mí eso y neta está gravísimo”.
Regina recordó que, ese mismo viernes que se menciona en la captura de pantalla, su entonces novio se ofreció a guardar la mochila de ella en su locker. “Entendí que fue con el fin de contaminar mi bebida de proteína con una sustancia abortiva”.
El video de seguridad que compartió Regina corresponde a un restaurante cercano al Hospital Español, a donde ella acudió a comer con su expareja. En el material puede verse que cuando ella se levanta de la mesa para ir al baño, él saca algo de su pijama quirúrgica, se estira para tomar el vaso de ella, le da un trago y luego aparentemente vierte algo en él.
“Recuerdo que al regresar de la mesa vi que se había caído el vaso de agua”, dice Regina en la publicación de TikTok. “No sé si lo tiró por accidente al estar nervioso o si lo hizo a propósito al notar que lo que había introducido en mi bebida no se había disuelto completamente. La verdad no lo quería creer hasta que vi el video de seguridad del restaurante al que fuimos a comer”.
Una violación a los derechos humanos
De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la violencia obstétrica constituye una violación a los derechos humanos. Ocurre en el ámbito de la atención obstétrica en servicios de salud públicos y privados. Consiste en cualquier acción u omisión por parte del personal del Sistema Nacional de Salud que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio.
Como la organización no gubernamental lo explica, la violencia obstétrica puede manifestarse de formas físicas o psicológicas. Desde el uso de lenguaje ofensivo, el retraso de la atención médica, la discriminación y el trato deshumanizado, hasta las prácticas invasivas (como las cesáreas sin justificación), la esterilización forzada o el suministro injustificado de medicamentos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021, la prevalencia de la violencia obstétrica contra mujeres de 15 a 49 años cuyo último parto o cesárea ocurrió en los últimos 5 años, fue de 31.4%; es decir, una de cada 3 mujeres sufrió algún tipo de violencia en su último parto.
Las entidades de mayor prevalencia para este tipo de violencia son San Luis Potosí, Tlaxcala y CDMX, mientras las de menor prevalencia son Tamaulipas, Tabasco y Chiapas.
El misoprostol, medicamento que presuntamente la expareja de Regina intentó poner en su bebida, se originó en la década de 1980 con la finalidad de prevenir las úlceras gástricas. En la actualidad también se utiliza para inducir el parto y provocar la interrupción del embarazo en ciertas semanas de gestación.
Este medicamento tiene efectos secundarios que deben discutirse con un médico antes de utilizarse. Además, como enfatizó Regina en su video, su uso inapropiado puede causar complicaciones como hipertonía uterina, ruptura uterina y hemorragia obstétrica.
“En caso de que yo tuviera una reacción adversa al medicamento, él no consideró eso”, dice Regina en entrevista con NOSOTRAS. “Fuera de la intención de haberme intentado poner algo con la finalidad de interrumpir mi embarazo, pues no consideró que el medicamento como tal o lo que intentó poner, a mí me fuera a causar daño”.
Este acto ocasionó un daño psicológico en la doctora. “Después de todo lo que pasó caí en una depresión muy grave, probé como con 5 psicólogas diferentes hasta que me decidí por una. Después de eso decidí que necesitaba más apoyo, entonces también estoy hasta la fecha con una psiquiatra. Más que nada en la salud mental ha repercutido mucho, con antidepresivos, ansiolíticos, insomnio, mucha ansiedad, mucha depresión, eso ha sido lo más difícil”.
Foto: Captura
‘El hospital no lo corrió’
Tras haberse dado cuenta de lo que ocurría, Regina tomó acción legal y también en el hospital. “Primero me junté con un abogado y presentamos frente al hospital un escrito, ese escrito consistía en la denuncia que yo menciono en el video”, nos cuenta.
Sin embargo, el hospital “no lo corrió ni nada, de hecho ellos sabían que si lo corrían yo iba a soltar la denuncia, y al no correrlo yo decidí continuarla”.
“La primera junta que tuve con enseñanza y con el abogado del hospital, la verdad es que me sentí muy apoyada. Nos dieron a entender como que acciones así no eran permisibles en el hospital. Entonces la verdad mi familia y yo salimos de ahí como muy optimistas con que lo iban a correr. Obviamente ese día lo suspendieron y le tuvieron que explicar por qué. Aparte tuvieron una junta como una o dos semanas después con el comité de expertos para ver el caso y para decidir qué iban a hacer”.
Cuando los funcionarios del hospital informaron al exnovio de Regina del video de seguridad que se tomó en el restaurante, Regina relata que su defensa fue que había puesto un sobre de Splenda en el agua.
Entre que lo suspendieron y pasó la junta con el comité de expertos del hospital, Regina relata que él grabó una nota de voz entre su mamá y su ex, en la que se afirma que ella (quien advirtió a Regina) se había inventado todo. “Desconozco si realmente fue la ex, o si fue una hermana, o si fue la ex y la manipuló. La verdad al principio me sentí muy apoyada y cuando me dijeron que la decisión era que no lo iban a correr, que nada más lo iban a suspender, o sea nos iban a separar para protegerme, no fue definitivamente el resultado que yo esperaba esperando de ellos, porque esta acción se me hizo completamente mal de un médico”.
“Durante mi internado la verdad es que individualmente cada doctor con el que yo platiqué, cada doctor de parte de enseñanza me apoyó mucho. Siempre estuvieron muy al pendiente de mí, el abogado también. Sin embargo, como institución, el Hospital Español pues sí me decepcionó”.
Un proceso desgastante
Aunque Regina admite que no ha percibido su proceso legal como revictimizante, sí ha sido profundamente desgastante. “Ha sido muy tardado, muy desesperante. Creo que conlleva mucha impotencia y ni siquiera sabes si este esfuerzo va a resultar o no, pero lo que sí sabes es que aunque no resulte en este caso queda un antecedente”.
Si bien las acciones que tomó Regina fueron inmediatas, admite que no se trató de una decisión sencilla. “De hecho al principio yo no quería denunciar, solo fue para presentarlo frente al hospital porque estaban pasando muchas cosas, fue todo de un día para otro. Tenía yo muchas cosas encima y pues lo último que necesitaba era el estrés de una denuncia”.
Han pasado ocho meses de que inició el proceso legal, actualmente la doctora está esperando a que se judialice la carpeta de investigación. “Voy a pedir medidas de restricción y estamos esperando a que se judialice la carpeta. No nos han dicho que no va a proceder sino simplemente está tardando demasiado el proceso”.
‘Si quieres contar o no, es tu decisión’
Regina decidió contar su historia en redes sociales no para obtener validación, sino sino deja claro en la publicación que espera que contar su experiencia pueda advertir a otras mujeres. “Me preocupa mucho que esta persona siga ejerciendo medicina y no me gustaría que alguien pasara por lo mismo por lo que yo pasé”.
Aunque no era su intención, en general ha recibido mucho apoyo. “Obviamente me han llegado mensajes más que nada de apoyo y de ‘yo te creo’, ‘yo te apoyo’, ‘yo estoy contigo, cualquier cosa que necesites’, de gente conocida y completamente desconocida. También muchos mensajes de ‘a mí me pasó algo similar’. Creo que ahí radica la importancia en contar la historia, creo que el no quedarnos calladas es lo más importante, lo que más podemos ofrecer”.
“Contar mi historia tenía que ser en un punto donde yo psicológicamente me encontrara bien, porque no es una acción que debemos tomar, o sea creo que contar la historia requiere mucho valor y requiere que la persona se encuentre bien, que no se vea afectada por todos los comentarios que pueden surgir a partir de eso”, explica.
La doctora está consciente de que el proceso de sanación tras la violencia que vivió no es algo lineal, sino está lleno de altibajos. “Obviamente esto es parte de mí y va a seguir siendo toda mi vida. Creo que el duelo es difícil de medir o recuperarse por así decirlo, pero definitivamente hace unos meses no me hubiera atrevido a contar lo que a mí me pasó”.
Cuando le preguntamos qué le diría a una persona que está viviendo una situación similar, Regina aclara que eso “engloba muchas cosas, puede ser desde una relación abusiva, manipuladora, porque claramente él no me estaba diciendo la verdad, situación similar podría ser que están intentando decidir por ti o por tu cuerpo. Creo que engloba muchas cosas pero lo primero que yo aprendí es que lo más importante es que me salí de ahí, que tuve la fuerza para salirme de ahí, de esa relación”.
También deja claro que, “si quieres contar o no esa es tu decisión y se respeta, porque también es muy difícil seguir viviendo sin que los demás sepan que estás pasando por algo tan fuerte. Al final, como digo, es tu experiencia, es tu vida, tú estás viviendo las cosas, la validación te la das tú. Entonces no importa si cuentas tu historia o no, si alces la voz o decidas que no. Lo importante es que tú estés bien y sea tu decisión y lo que a ti te dé paz”.
Elegir la carrera de medicina implica un enorme compromiso de ayudar a otros, sin importar la especialidad a la que te dediques. La doctora Flaminia Villagrán es consciente de esa responsabilidad, fue justo la posibilidad de cambiar vidas lo que la llevó a cambiar la música por la medicina.
Villagrán es médica cirujana por la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco Marroquín, en Guatemala. Además, posee una especialización en Medicina Estética y Antienvejecimiento en instituciones como el British College of Aesthetic Medicine, el Collége National de Médecine Esthétique en Francia y la UCSI University de Malasia. Ha trabajado en países como Costa Rica, Brasil y Estados Unidos.
Ha enfocado su trabajo en ayudar sus pacientes a sentirse mejor con su imagen. Ha contribuido con diversas clínicas en Guatemala para poder brindar atención médica de calidad. Además, promueve y apoya programas de empoderamiento para la independencia de la mujer tras eventos de violencia.
Recientemente la especialista en procedimientos estéticos anunció su intención de abrir una clínica en México, nación que considera un pilar para establecer una central médica. Tuvimos la oportunidad de platicar con ella sobre la pasión que siente por su trabajo y cómo a veces la vocación llega de la manera más imprevista.
Flaminia Villagrán, de la música a la medicina estética
La doctora Flaminia no tenía pensado hacer una carrera en la medicina, pues desde muy joven su pasión residía en la música. Estudió Música Clásica y Composición en el Conservatorio Nacional de Música ‘Germán Alcántara’, en Guatemala. “Yo quería ser pianista clásica, por eso entré al conservatorio”.
Si bien se enfocó todo el tiempo posible en seguir su sueño, sus padres no tenían la misma visión que ella. Aun con el paso de los años consideraban que su futuro en la música no era seguro. Le llegaron a recomendar elegir una profesión diferente con una formación universitaria “más seria”.
“Me dijeron: ‘Mira ser pianista, ¡olvídelo! Ser cantante, ¡ni lo piense!, ¡qué vergüenza!, ¡ni se le ocurra hacer algo de arte! Ni lo considere, estudie algo en la universidad, sea una persona formal’. Yo estaba tratando de ver la música como algo formal. Si practicaba seis horas al día, estaba al corriente en el colegio, en el conservatorio, estudiaba, pero no les gustó”.
Las críticas no la desanimaron pero, pese a su convicción por seguir y encontrar su camino en una rama artística, las cosas cambiaron para ella de un momento a otro. Fue cuando se dio cuenta de que su futuro también podría encontrarse en la medicina.
“Antes de graduarme, tuve un accidente de auto fuerte y estuve en el hospital tres meses. Ahí fue donde me gustó la medicina. Estar tanto tiempo en el hospital, platicando con doctores, enfermeras […] Tal vez si yo no hubiera tenido esa experiencia hospitalaria, sí me hubiera ido por música”.
Sin embargo, la música no tiene por qué estar peleada con la medicina y, por eso, no deja de ser parte de ella. Durante los años de estudio hizo espacio para no dejar de lado su arte, dándose tiempos de disfrutar ambas pasiones, la medicina y la música.
Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán
“Yo tenía un estudio en mi casa y, como soy pianista, pues con el teclado se puede grabar toda la música, entonces hacía música electrónica y gracias a Dios pegó en la radio aquí [Guatemala]. Tenía mis conciertos y todo, pero lo tenía que alternar con los turnos del hospital, tal vez la gente no sabía que yo estaba estudiando medicina y creían que uno era solo cantante. Ahora he estado haciendo, más que todo, música para películas, soundtracks, que eso sí lo logro encajar bien con la clínica”, relata.
Llevar ambas carreras ha implicado mucha disciplina para poder realizar sus objetivos. Cumplir con las responsabilidades que ambas cosas conllevan sin descuidar ninguna precisa de mucha organización y sacrificios.
“Cuando uno quiere hacer cosas, eso realmente ya no existe, eso para mí no existe, yo no tengo esa vida social, ya no se puede tomar uno tantos tiempos como para estar de fiesta, uno tiene que ser un poquito más disciplinado”.
La elección de su especialidad fue gracias a sus pasiones
Para cuando llegó el momento de especializarse, la doctora Flaminia decidió combinar su amor por la estética y lo científico. Pese a las diferentes opciones de especialidad, ella optó por la cirugía plástica.
“Aunque a veces lo critican, para mí tiene muchos pros en la ayuda a las personas y se ajustaba a lo que quería de mi especialidad. Uno sí ayuda bastante a las personas, aunque se vea como un campo superficial”, explica. “La apariencia física está muy ligada al bienestar y la autoestima general de las personas, porque el ser humano siempre ha buscado sentirse aceptado por sus semejantes y sentirse amado. A través de pequeños arreglos ellos sienten que encajan mejor, se les sube la autoestima y, por lo tanto, rinden mejor y son personas más felices”.
Como ella lo define, su trabajo se enfoca principalmente en buscar esa felicidad para sus pacientes. Resaltar el atractivo personal desde el punto de vista emocional es importante para ella. Enfoca su trabajo en realizar, únicamente, los cambios que el paciente cree que son necesarios para ayudarle física y emocionalmente.
“Cuando un paciente me dice ‘¿usted que me haría?’, yo sé que hay doctores que tal vez lo dicen, ‘hágase esto y esto’. Porque lo ven como negocio. Y yo siempre me he ido más por el lado emocional. Si yo le sugiero a la persona algo que para ellos no es problema, luego lo van a estar pensando y se va a volver problema, y yo lo que en verdad quiero es que mis pacientes se sientan bien”.
Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán
Ella es consciente de que todos podemos pensar en algo que nos molesta de nuestra apariencia física. Por esa razón, prefiere enfocarse únicamente en lo que los pacientes quieren modificar.
Recientemente “vino un paciente y me dijo hasta con pena, ‘doctora, es que usted no me lo va a crear, pero realmente me siento con mucha más confianza, antes no dejaba que me tomaran fotos y ahora sí dejo que me tomen fotos, estoy feliz’. Le cambia todo el autoconcepto que la persona tiene de sí misma, como que uno les devuelve un poco la ilusión que tienen en la vida, creo que eso es lo más bonito y lo más satisfactorio”.
Procedimientos estéticos al alcance de más personas
Ya sea por medio de sus clínicas o por su línea de productos, Glow by Dra. Flaminia, busca que todos tengan una oportunidad de realizar un cambio si así lo quisieran.
Ella explica que su emprendimiento “es por facilitarle la vida a los pacientes, con productos que sí sirven, de bajo costo y con lo que sí van a ver diferencias. Mi idea es que mis tratamientos sean accesibles y que tengan mi garantía, sabiendo que va a funcionar”.
Para lograrlo, además, ha trabajado en un programa de televisión en Guatemala. Este ayuda a generar confianza en los procedimientos estéticos como los que ella realiza. Su propósito general es romper con los estigmas de los procedimientos estéticos y reforzando la idea de que todos pueden tener una oportunidad.
“Existe miedo en los procedimientos estéticos, más que nada por falta de información. Con el programa vamos poco a poco resolviendo algunos de esos mitos. Hacemos procedimientos en vivo y testimoniales de quien ya se lo ha hecho, para que se vayan dando cuenta de que es algo que a la larga sí los puede ayudar”.
Ha luchado contra estereotipos de género
En 2023, la revista Forbes en su Woman Summit eligió a la doctora Flaminia como una de las mujeres más poderosas de Latinoamérica. Su compromiso hacia sus pacientes y la lucha personal que ha realizado para lograr sus metas son reconocidas después de un incansable esfuerzo.
A lo largo de su carrera y de su vida, ella también tuvo que enfrentar diversos retos con los que muchas mujeres se enfrentan diariamente. Hubo muchas personas que la cuestionaron por sus elecciones profesionales, argumentando que cómo podría formar una familia si trabajaba. Sus experiencias la han llevado a enfocar parte de su trabajo al apoyo a las mujeres de su país. Con diversos programas que las impulsan a superar trabas como a las que ella se enfrentó.
“Las mujeres no tienen por qué victimizarse… si una se decide por salir adelante y realmente esforzarse le espera un mundo mucho más bonito y uno puede crear lo que quiere crear en el futuro”. Por eso, cuando le preguntan “¿cuál es la mujer a la que más admiras?”, ella contesta, “a todas las que se levanten a trabajar por su familia”.
Son pocas las mujeres que desde niñas saben perfectamente a qué se quieren dedicar cuando sean adultas, y Mar de Regil es una de ellas. De pequeña diseñaba atuendos en hojas de cuaderno que compartía con sus amigas. Todavía lo hace a sus 20 años, pero ahora sus creaciones terminan en plataformas gigantescas como la Fashion Week de Nueva York.
Fue en septiembre de 2023 que llegó ese gran hito a la Gran Manzana, el que confirmaría su vocación. “Significó todo. Fue como la inspiración que necesitaba para decir ‘sí, esto es lo que me gusta’. Me dio el ‘punch’ que necesitaba para decir que esto es lo mío”, nos cuenta Mar durante la sesión de fotos para la portada de la nueva edición de NOSOTRAS.
Así comienza nuestra conversación con ella, donde es evidente la pasión que siente por la moda, pero también por el autocuidado, pasar tiempo de calidad con sus seres queridos y ser feliz cada día. Es una chica extrovertida y amable, que irradia buen humor e intenta encontrarle el lado bueno a todo.
Promesas cumplidas
“Mar bebé estaría muy orgullosa de mí”, escribió la diseñadora al anunciar mediante redes sociales su participación en la Fashion Week de Nueva York. Hay mucha verdad en sus palabras, pues fueron varios los sueños cumplidos en uno de los eventos más importantes de la moda a nivel mundial.
Para empezar, esta oportunidad significa un paso enorme para la niña que jugaba a crear vestidos. “Cuando iba en primaria, me acuerdo que mis amigas y yo hicimos un cuaderno donde pintábamos nuestros diseños. La primera hoja era como la entrada a nuestra tienda”, relata Mar. “De ahí como que cada quien empezó a decir ‘bueno ya, esto ya no me gustó, quiero ser doctora’ o no sé. Pero yo siempre me quedé con eso”.
Esa misma niña soñaba con vestir a su mamá, Bárbara de Regil, quien comenzaba su carrera en la actuación. “Le decía, ‘yo te voy a hacer el outfit cuando te ganes tu primer Oscar’”. De los tres diseños que Mar hizo para la Fashion Week, uno lo modeló su mamá con gran orgullo.
Mar hizo protagonistas tendencias como el ‘y2k’, el ‘color blocking’ y las texturas metálicas. Incorporando elementos con cuero de alta calidad, creó conjuntos que recuerdan a la ciencia ficción más estilizada.
Ser feliz con lo que haces
A principios de este año, Mar de Regil volvió a la ciudad de sus sueños: Nueva York. De nuevo estuvo en la Fashion Week, esta vez como parte de su formación en fashion styling, el arte de combinar prendas, estilos, tendencias y colores para que las personas puedan mostrar su mejor versión mediante la moda.
“Como que me termino de dar cuenta con esas cosas que sí es lo que me gusta, que sí elegí bien”, comenta sobre la experiencia. Ese es su ambiente: el ritmo acelerado del backstage de una pasarela, formando parte del proceso desde que se crea una prenda hasta que una modelo se posiciona en su marca para salir.
Mar quiere involucrarse en cada aspecto posible dentro de la industria de la moda, de ahí viene su interés en ámbitos tan distintos como el styling, el patronaje y el tratamiento de los materiales. No quiere que nadie “le vea la cara” en el plano laboral.
Ella sueña con tener su propia marca, pero no desea encasillarse con un solo estilo. “Siento que no quiero tener una esencia tan marcada, porque yo me identifico con siete estilos al mismo tiempo. Entonces ni siquiera yo sé cuál es. Me gustaría entrar a una tienda, que tenga todos los estilos que quiera y tener para elegir. No solamente si soy romántica o tal; que haya de todo”.
A pesar de estas ambiciones, Mar tiene claro que lo más importante es conservar su pasión por el trabajo. “Lo que más quiero en esta vida es ser feliz con lo que esté haciendo”, dice con convicción. “Mientras esté contenta con lo que hago, todo está bien”.
Creció viendo a su mamá frente a las cámaras. Si bien está acostumbrada a la atención como figura pública, actuar no se encuentra entre sus planes. “La verdad no me llama la atención. Eso es muy de mi mamá, lo mío es una cosa totalmente distinta”.
Al preguntarle qué cualidad admira más de Bárbara en el ámbito laboral, Mar es totalmente honesta: “La disciplina que tiene. Como que yo echo más flojera, mi mamá sí es muy disciplinada, muy cañón ”.
Sin temor a brillar
A un año de terminar su carrera profesional, Mar de Regil es influencer de moda y estilo de vida. No es raro verla en eventos de marcas como Cartier o Paco Rabanne. Los videos sobre sus rutinas de skincare y maquillaje ganan decenas de miles de vistas, formando una comunidad de chicas que siguen sus consejos y escucha sus anécdotas como si fueran sus amigas más personales.
Al ver sus famosos videos ‘Get Ready With Me’, es fácil identificarla como alguien que no teme a experimentar con las tendencias, tiene un ojo clínico para encontrar un look que funcione en cada ocasión y está llena de ‘hacks’ bastante imitables.
La diseñadora aboga por la idea de expresarte libremente mediante la moda y sentirte bonita sin temor a que te juzguen. “Justamente estaba hablando con una amiga el otro día de eso, estábamos diciendo que si te vistes de más aquí, la gente te ve como ‘ay, está muy arreglada’. Porque cuando la gente viaja a Estados Unidos u otro lado, sí se viste como quiere, pero en México no. Tendría que ser igual. No tienes que estar en Los Ángeles para decir ‘ahora sí me visto’”.
Actos de amor propio
En las redes sociales de Mar de Regil está muy presente otra de sus más grandes pasiones: el skincare. “Me gusta porque me estoy cuidando a mí misma, es como un lenguaje de amor propio. Es tratarme bonito”, explica.
Precisamente el autocuidado es una constante en cada uno de los pasatiempos de Mar. Aunque ella no se considera una persona fit, desde muy joven sí tiene una relación estrecha con el ejercicio. “Es amor propio, así me ayudo a sentirme bien. Más que nada, fuera de lo físico, me da endorfinas todo el día para estar contenta y eso me gusta”, nos cuenta.
Gran parte de su vida practicó gimnasia, pero tuvo que dejarla por una lesión. Actualmente acude al gimnasio, aunque no sigue una rutina independiente con máquinas, sino prefiere tomar diversas clases para sentirse más “obligada” a esforzarse.
Mar sabe que el bienestar integral también involucra la salud mental, el aprendizaje y la motivación constante. Lo que ella más disfruta leer son libros de desarrollo personal, aquellos que te enseñan a ser una mejor persona y trabajar en ti. Le gusta elegir libros con base en las cosas que en determinado momento de su vida quiere cambiar, trabajar o mejorar.
Cuando le preguntamos qué libro le recomendaría a las lectoras de NOSOTRAS, menciona su favorito del momento: “Si lo crees lo creas”, de Brian Tracy. En esta obra, el autor ‘bestseller’ se apoya en la psicoterapeuta Christina Stein para compartir consejos con la finalidad de cambiar creencias o pensamientos negativos que te impiden buscar el éxito.
Todo está en creer en ti misma
Los libros que lee han sido un apoyo para Mar de Regil ante la cantidad de odio que existe en las redes sociales. “No leo los comentarios, y si lo hago es de vez en cuando. Procuro no hacerlo porque acabaría con mi paz mental”, dice. “Mientras tú te ames, así llegue alguien en la calle y te diga las peores cosas del mundo, no te las crees porque tú estás bien contigo”.
Mar evita ese lado oscuro de las redes, prefiere concentrarse en “transmitir cosas buenas, cosas productivas que inspiren a niñas de mi edad. A hacer ejercicio, hacer muchas cosas o comer bien”.
“Yo apoyo a las mujeres, a mí me fascina, nadie te entiende más que otra mujer”, dice Mar acerca de la sororidad. Sin embargo, ella destaca la importancia de la congruencia en apoyar a otras chicas. “Yo veo muchas veces que las mujeres dicen que nos apoyemos entre nosotras y la primera que me ‘hatea’ en redes es una mujer, entonces lo veo un poco contradictorio”.
Mar define a su mamá, Bárbara, como su lugar seguro; tiene una sonrisa al hablar de ella. “La describiría como alguien muy feliz, ella siempre está feliz. La describiría como alguien que me inspira mucho”.
Enamorada del amor
Cuando llega el momento de relajarse cada día, Mar acostumbra repetir sus series favoritas una y otra vez , entre las que se encuentran “Gossip girl” y “The vampire diaries”. “La verdad es que veo muchas series de ficción muy románticas, porque me encanta, soy muy romántica, estoy enamorada del amor”, confiesa.
Si se trata de películas su gusto no cambia mucho, pues “Diario de una pasión” y “Tres metros sobre el cielo” se encuentran en el top de sus favoritas. De hecho, más de una vez ha dejado claro el ‘crush’ que tiene con el actor español Mario Casas.
Cuando le preguntamos con qué personaje de serie se identifica más, la respuesta es inmediata y contundente: “Ay, ¡pues con ‘Blair Waldorf’!”. Si nos ponemos a pensar en su amor por la moda, la seguridad en sí misma y su conexión con la ciudad de Nueva York, la respuesta no debería sorprendernos.
Fotos: Angie Pineda. / Asistente de foto: Miguel Ángel Hernández. / Maquillaje y peinado: Alberto Pérez González. / Styling: Ness de Luna / Locación: Hotel Ryo Kan. / Agradecimiento: Norberto Flores.
Hoy en día, pensar en mujeres al frente de motocicletas sigue siendo, para muchas personas, algo inusual, pues los prejuicios y estereotipos de género han influenciado durante mucho tiempo la percepción de que las motos son cosa, exclusivamente, de hombres. Por eso es tan importante destacar la labor de grupos como She Can Ride, el primer club de mujeres motociclistas en México.
Cada vez más mujeres eligen este medio de transporte, al punto de ser responsables del 30% de las compras de motocicletas en 2021, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
She Can Ride (SCR) es una comunidad fundada en 2019 en CDMX que se dedica a empoderar a las mujeres, proporcionando un espacio seguro y de apoyo donde pueden aprender, compartir experiencias y disfrutar esta pasión sin distinción de edad, tipo de moto o experiencia.
She Can Ride, el primer club de mujeres motociclistas en México
Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal
Cuando su fundadora Cló Ovalle, líder del grupo que hoy tiene casi 400 integrantes, empezó a transitar en moto a los 19 años, no imaginó hasta dónde llegaría.
“Este era solo mi transporte. Fue casi ocho años después que empecé a viajar en moto, a conocer otras personas y ver a algunas mujeres, pero pocas. Entonces yo decía, pues, ‘¿dónde están las mujeres?’ Porque esto es algo que quiero compartir y sé hoy con certeza que pude haber avanzado más rápido y con más seguridad, teniendo acompañamiento y amigas con quien rodar, que me dijeran qué tipo de moto usar, la chamarra, las botas”, recuerda.
Con el tiempo, su necesidad de conectar con más congéneres creció, por lo que formó She Can Ride y empezó a dar tarjetas de invitación en los semáforos “y a la fecha las sigo dando, pero ahora ya no soy solo yo sino que las da toda la comunidad”.
Cuentan con cursos para aprender a manejar, ganar seguridad al conducir, mantenimiento de motocicletas y más. “Desarrollamos una metodología en donde trabajamos el empoderamiento, la mentalidad y la técnica en nuestras capacitaciones”, explica. Además, llevan a cabo encuentros mensuales para conocerse y compartir diversas actividades, desde comer tacos hasta salir a bailar y, por supuesto, organizan un calendario de rodadas a distintos destinos y con diferentes distancias.
Para Cló el motociclismo no solo se ha convertido en un importante eje en su vida, sino que la ha llevado a traspasar fronteras, llegando a ser la única latinoamericana en ser incluida para rodar por la cordillera del Himalaya con una moto Royal Enfield.
Foto: SCR.
Rompiendo estereotipos
Todavía “hay prejuicios y machismo, que van desde comentarios hasta cuando vas a agencias de motos: vas tú sola y no te atienden bien, dando por hecho que tú no puedes ser un cliente. Y si vas con un amigo o tu marido, el vendedor se dirige a él y no a ti”, explica Cló. Además, la sexualización de la mujer en el mundo de las motos.
Es por eso que la activista señala que el siguiente paso es dar talleres de equidad de género a las marcas de motocicleta para avanzar en la inclusión y equidad de género. Pero, también ha avanzado: “El curso de motociclismo que más se vende es el de iniciación”, lo que demuestra que somos más y vamos a lograr mayor notoriedad y hacernos escuchar”, explica la fundadora de SCR.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal
Ser parte del cambio
Para muchas es inspirador saber que van rompiendo barreras. “Cada vez que me bajo y me quito el casco piensan que voy a ser un hombre, pero cuando me ven ponen una cara de cómo es posible”, dice Érika Domínguez, miembro de SCR. “Y pienso: ‘¿por qué se sorprenden si nosotras también podemos andar en moto, andar en visión montaña, podemos hacer un iron man, podemos hacer todo lo que nos propongamos”.
Y para quienes sienten curiosidad por el mundo del motociclismo, pero no se atreven: “Hazlo con todo y miedo”, sin dejar de lado la importancia de capacitarse, en la seguridad al conducir y buscar apoyo.
Historias diferentes, un mismo punto de encuentro
Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal
Esto es lo que nos dijeron algunas de las integrantes de She Can Ride.
1. Itzel Reyes, consultora comercial
Luego de un cambio de trabajo y la necesidad de tener un medio de transporte, compró su primera moto, motivada por su novio, quien también le diría de la existencia de She Can Ride.
Comenta haber encontrado una red de apoyo y empatía: “Desde que llegué me gustó mucho porque es un grupo muy cálido. No solo busca empoderar, también te acoge desde el primer momento”.
2. Érika Domínguez, chef
Empezó a manejar moto de manera terapéutica, tras presentar episodios de ansiedad y buscar algo que la mantuviera concentrada. “Toda mi vida me ha gustado la aventura. He hecho bici de montaña, triatlón, kayak y una constante ha sido que generalmente soy la única mujer. Yo no conocía a ninguna mujer que anduviera en moto. Tomé un curso con ellas y formé parte de la comunidad”.
3. Beatriz Luque, analista digital
Su esposo fue el primer interesado en tener una moto para ahorrar tiempo en el traslado del trabajo a casa y pasar más tiempo con su bebé. Un día lo acompañó a un rally de resistencia y lo supo: “Quiero hacer esto”.
En esa rodada conoció a una integrante de She Can Ride y hoy participa activamente en el grupo; sirve de enlace para muchas que buscan algún contacto o información sobre algo.
4. Edith Baena, dermografista
Cuando en un cumpleaños su esposo e hijos le regalaron la moto de sus sueños su mundo cambió.
“Empecé a buscar clubes en las redes y conocí a un chico que me dijo ‘para ser prospecto tienes que venir y lavarnos las motos’. No me gustó, y es común en algunos clubes hacer estas iniciaciones. Luego alguien me recomendó a SCR. Asistí a una rodada de principiantes y conocí a gente increíble”, cuenta.
5. Linda Villa, psicóloga
Encontró en el grupo una especie de salvavidas en momentos duros. “No tengo moto aún, pero amo el tema y es una meta comprarme una”, algo en lo que recibe constantemente ánimo por parte del resto de las integrantes. “A un año de mi incapacidad, después de un intento de suicidio, celebro que estoy viva gracias a She Can Ride, porque esta tribu estuvo conmigo en ese momento difícil”.
Puedes seguir a She Can Ride en Instagram: @shecan.ride
Como miles de jóvenes, Cintia Ferrer vio una oportunidad inigualable en un programa de intercambio como au pair. Vivir en otro país por un año puede llevarte a lugares que siempre soñaste y ofrecerte un gran crecimiento personal. Sin embargo, la experiencia que le dejó su familia anfitriona al ser au pair en Estados Unidos estuvo muy lejos de lo que ella esperaba.
Cintia terminó viviendo con una familia que controlaba cada uno de sus movimientos, la tuvo trabajando a tiempo completo y rompió las reglas del programa de intercambio. Recientemente se volvió viral en la red social TikTok al contar su anécdota.
La idea de compartir su historia no es desanimarte si tu interés es viajar a otro país como au pair, sino hablarte de la importancia de poner límites, contar con una red de apoyo e informarte muy bien antes de iniciar tu proceso.
Qué significa ser au pair en Estados Unidos
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Una au pair es una persona (normalmente estudiante) que viaja a otro país por un tiempo determinado para vivir en la casa de una familia local. Les ayuda con labores sencillas del hogar y el cuidado de los niños, a cambio de un apoyo económico y hospedaje.
No es un trabajo como tal, sino una experiencia de intercambio cultural que tiene reglas muy específicas según el país al que viajes. La idea es no solamente que cumplas un trabajo, sino temporalmente seas como un miembro más de la familia y tengas la oportunidad de conocer el destino.
Cuando Cintia estuvo como au pair en Estados Unidos, el tiempo máximo de trabajo era de 45 horas a la semana. Tenía derecho a un día y medio de descanso a la semana, un fin de semana completo de descanso al mes y dos semanas de vacaciones al año.
Por ley, ella tuvo que contratar a una agencia que tuviera registro en el país y la pusiera en contacto con una familia. En Estados Unidos, puedes ser au pair mediante un programa gubernamental.
Cintia, quien es originaria de Argentina, realizó su proceso de selección en tiempos de pandemia. Existieron complicaciones adicionales en la logística y, aunque inicialmente viajaría para quedarse con una familia anfitriona en San Francisco (California), al final no se concretó y tuvo que buscar otra opción.
“Esa familia era también de San Francisco y yo me obsesioné con la ciudad. Una es chica y no piensa muy bien las cosas”, cuenta Cintia en entrevista con NOSOTRAS, al preguntarle si había ‘red flags’ desde el inicio. “Pero yo creo que en la primera llamada ya les vi una actitud medio rara, no te sabría explicar cómo, pero había miradas entre ellos, cosas que sí mirando para atrás digo ‘ahora tiene sentido’”.
Los padres anfitriones tenían dos hijos muy pequeños, una niña de tres años y un bebé de tres meses. Ambos trabajaban en empresas de tecnología y estaban en casa de tiempo completo por licencia tras tener un hijo.
“Ellos desde el inicio eran muy controladores con mi trabajo, con la forma en que yo hacía las cosas”, dice. Al principio parecería natural, pues cualquiera querría asegurarse de que quien cuida a sus hijos hace un buen trabajo. Pero la actitud de ellos no cambió con el tiempo, sino empeoró. “Una cosa es trabajar sola, pero si tenés a los dos padres vigilándote y corrigiendo lo que estás haciendo, la verdad se hace bastante difícil”.
Aunque desde el principio hubo actitudes que no le gustaron, como miradas despectivas, Cintia intentó evadirlas “porque obviamente yo sabía que si teníamos que llegar a la situación de un ‘rematch’, que es cuando cambias de familia, es algo muy estresante. Entonces al principio estaba yo como en una negación de que todo estaba bien”.
Cabe mencionar que era la primera vez de Cintia en Estados Unidos. “No conocía a nadie. Por ahí uno previamente habla con las au pairs que sabe que van a estar en el lugar, pero de por sí estás bastante solo y yo hacía poco que había llegado”.
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Los conflictos
En el día a día, el control que la familia ejercía en Cintia era estresante y cansado, ya que cada una de sus tareas era supervisada a detalle y corregida. Sin embargo, hubo situaciones clave que le abrieron los ojos.
Según narra ella en la serie de videos que subió a TikTok, una de esas situaciones se relacionó con su habilidad para conducir. Ella ya tenía un auto en Argentina y había manejado desde cuatro años antes, pero tras un par de “pruebas” con ambos padres anfitriones, ellos comenzaron a criticar mucho sus habilidades al punto en que fue perdiendo la confianza. “En vez de mejorar, cada vez manejaba peor”.
La mandaron a clases de manejo, pero quisieron darle indicaciones al instructor sobre cómo enseñarle; el instructor no les dio mucha cabida, así que solicitaron otro. Ambos maestros aprobaron su manera de conducir y eventualmente ella consiguió una licencia, pero la familia anfitriona nunca confió en ella.
En una ocasión viajaron a Hawái y, por ideal que eso suene, para ella no hubo diferencia porque trabajó todo el tiempo que estuvieron fuera. No conoció nada, no tuvo un solo día libre y, cuando se acercaba con ellos, le daban labores.
“Desde el momento uno siempre quise encontrar una familia que me quisiera hacer sentir parte de la familia, y ellos eso se los aclaré antes de ir”, cuenta. Pero ellos no cumplieron esa parte del trato.
La gota que derramó el vaso fue que, cuando ella iba a salir de viaje por sus dos semanas de vacaciones, la familia le pidió que una de esas semanas la pasara en cuarentena por precaución ante la Covid-19. En ese entonces ya no era algo obligatorio hacer cuarentena. “Como no estuve de acuerdo, me dijeron que trabajara en mi tiempo libre para compensar esa semana de cuarentena”.
Cintia terminó aceptando, aunque esto iba contra las reglas. Le pidieron explícitamente que ella ocultara esta información a la agencia de au pairs.
Antes de tomar sus vacaciones Cintia habló con la representante de la agencia para contarle que la experiencia no era como había esperado. Ella le pidió que esperara un poco, pues se acercaba fin de año y no era buena temporada para buscar otra familia. Mientras, sus amigos le contaban de las actividades que hacían con sus familias anfitrionas.
‘La mamá anfitriona me empezó a gritar’
Finalmente Cintia tomó sus vacaciones como le pidieron, pero decidió que hablaría con la familia al regresar. Esto se atrasó porque cuando regresó hubo una inundación en la casa: la familia se fue a quedar a un hotel porque habría máquinas secando una planta de la casa todo el día y noche; a ella la dejaron sola.
Tras las vacaciones, su familia anfitriona le pidió reunirse para decirle que “necesitaban que se esforzara más”. Ella aprovechó para decirles que no se sentía cómoda ahí y que no tenía la experiencia que había ido a buscar.
Aunque ella les recalcó su agradecimiento y les dijo que no era su culpa, la madre anfitriona recibió la noticia con gritos. “Me empezó a decir que era una desagradecida, que con todo lo que ellos habían hecho por mí”, cuenta en un video. En algún momento de la discusión, la madre dijo “¿qué querías, que te adoptáramos?”.
Semanas de angustia
La representante de la agencia consiguió que la familia anfitriona le dejara quedarse a Cintia un par de semanas más, mientras encontraba otra familia. Pero, ante la hostilidad, ella prefirió quedarse en la casa donde un amigo suyo (también au pair) estaba viviendo.
Cintia pasó unos días muy difíciles, con la angustia de no saber si la expulsarían del programa y con la decepción de cómo había resultado todo. “Sí me afectó emocionalmente mucho porque uno cuando está lejos de casa está muy vulnerable”, nos relata. “Cuando tienes una mala experiencia y necesitas a quien acudir, es muy difícil. Y sí te afecta, mucho miedo, mucha vulnerabilidad, entre no saber qué hacer y sentirte muy sola”.
Durante el proceso de búsqueda, la representante de la agencia tuvo que pausar porque la familia anfitriona hizo acusaciones contra Cintia. Ellos dijeron que nunca trabajó horas extra y que los niños no estaban seguros con ella. Aun así, le pidieron trabajar unos días más durante el proceso de búsqueda.
Lo que le ayudó a Cintia fue que la representante de la agencia se puso de su lado. Ella considera que tuvo mucha suerte al haber contado con la empatía de la representante de la agencia. “He escuchado por ahí a otras au pairs que no tienen esa suerte, que se encuentran con otras que se ponen del lado de la familia sin importar que quizá la familia haya hecho cosas graves. Yo tuve mucha suerte en el sentido de que ella, la primera vez que hablé, fue muy empática conmigo, me entendió y a pesar de que la familia dijo cosas feas de mí, ella se puso de mi lado y me creyó”.
Todo valió la pena
Cintia tuvo que contactar a muchas representantes por la temporada de fin de año, hasta que terminó conociendo a una familia de Minnesota, con cuatro hijos. No era el lugar donde ella inicialmente se había imaginado y ya no se sentía con la misma confianza, pero mudarse con ellos resultó ser la decisión correcta.
“Ellos sí fueron una familia”, relata. “Los amo y los extraño muchísimo”. En esa temporada también conoció al que ahora es su prometido.
Cintia terminó quedándose dos años con su segunda familia. Para ella incluso es difícil elegir la mejor experiencia, “porque después de que me fui con otra familia, de que empezaron a mejorar las cosas, lo que más disfruté yo creo que fueron los viajes. Tuve la oportunidad de hacer muchos viajes, no solamente dentro de Estados Unidos sino afuera, incluso fui a México, también fui a Europa”.
“Hice muchos amigos que hicieron que mi experiencia fuera hermosa, compartí muchas cosas con ellos, cumplí muchos sueños. Por ejemplo, yo tenía el sueño de conocer Disney y lo conocí. Ir a París para mí era un sueño y lo logré”, dice, emocionada.
Lo que tú debes saber antes de ser au pair
“Uno antes de irse se hace una idea del programa, que es como todo perfecto, todo color de rosa”, dice Cintia. Eventualmente “te das cuenta que no es tan fácil cuidar niños, por más que uno tenga experiencia, pero cuando vives en la misma casa y son tantas horas de trabajo… Uno romantiza el programa, y cuando estás ahí te das cuenta de que no es tan fácil”.
Para ella, lo más difícil fue establecer límites desde el principio. “Sabiendo que uno está lejos de casa, lejos de todo lo que conoce”, es muy difícil ser asertiva. “A mí me pasaba que me daba miedo cómo ellos lo pudieran tomar y las consecuencias que podía llegar a tener, entonces es difícil”.
Cintia aclara que establecer límites es difícil e importante aunque tu experiencia esté siendo buena. “Alguna vez me pasó incluso con la segunda familia, que fue muy buena, pero los niños por ahí no entendían que mi habitación era mi espacio personal, entonces una vez descubrieron que yo tenía golosinas en mi habitación, entraron cuando yo no estaba y me robaron las golosinas”. Es una acción inocente, pero que no se puede pasar por alto para evitar conflictos.
Al preguntarle qué consejo le hubiera gustado recibir, ella nos dice que habría sido “tener en cuenta que existen reglas dentro del programa, que uno tiene que hacerse valer, y darse cuenta que esta es una experiencia que uno tiene una vez en la vida. Entonces, gastar el tiempo en un lugar donde no estás bien, no tiene mucho sentido”.
A pesar de la mala experiencia que tuvo, ella recomienda la experiencia de ser au pair en Estados Unidos. “Teniendo expectativas más realistas y no romantizadas del programa, sí lo recomiendo porque creces muchísimo y yo siento que a mí me sirvió. Hoy en día incluso con el trabajo, yo creo que me dio un montón de habilidades que las puedo usar en el día a día”.
Tal vez no es para todos porque a muchas personas les cuesta salir de su zona de confort, pero Cintia asegura que una experiencia así puede abrir tu mente. Es posible que tu personalidad no sea muy afín a vivir algo así o no sea el momento pero, en sus palabras, vale la pena “estar dispuestos a que es desafiante y no es tan fácil”.
Ella invita a que las malas experiencias no te desanimen. “Yo siento que la Cintia que se fue de Argentina y la que volvió son dos personas distintas, una aprende a valerse por sí misma, te independizas. A mí al principio me daba miedo viajar sola y después como que me encontré disfrutando mucho esa soledad”.