Por qué no debes fingir un orgasmo

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Cada 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Orgasmo Femenino, con el objetivo de reconocer el derecho sexual de las mujeres. Sin embargo, siguen existiendo muchos mitos y tabúes acerca del placer femenino y también mucha represión que, en algunos casos, suele empezar por NOSOTRAS mismas, al punto de fingir. 

Tener un orgasmo es alcanzar el clímax sexual gracias a las más de 8 mil terminaciones nerviosas implicadas en este proceso fisiológico en el que suceden muchos cambios, algunos de ellos son:

  • Lubricación vaginal abundante.
  • Aumento del tamaño de la vulva. 
  • Elevación del útero. 
  • Erección del clítoris. 
  • Erección de los pezones. 
  • Contracción rítmica de los músculos perivaginales, que se sienten como pequeñas punzadas.
  • Aumento del ritmo cardíaco e incremento de la presión arterial. 
  • Aumento de la secreción de oxitocina, también conocida como la hormona del amor. 
  • Eyaculación (no siempre sucede).
  • Desactivación de las zonas del dolor del cerebro para encender las del placer. 
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Foto: IFONNX Toys para Unsplash

Helen Kaplan, famosa psicóloga especialista en sexología, realizó varias investigaciones en las que concluyó que solamente el 90% de las mujeres llegan al orgasmo pero sólo la mitad lo alcanzan mediante el coito, sin una estimulación del clítoris. 

Mientras que una encuesta realizada, en el año 2021, por Gleeden (web especializada en encuentros sexuales) reveló que el 50% de las mexicanas han fingido un orgasmo a lo largo de su vida sexual; mientras que a nivel internacional, es el 60% de mujeres quienes lo han hecho. 

¿Por qué fingimos un orgasmo?, ¿por qué tenemos la necesidad de hacerles creer a nuestras parejas que quedamos satisfechas?, ¿por qué reprimimos nuestro placer? Estas son las preguntas que debemos respondernos cada una. No está bien engañar a la pareja sexual sobre nuestra satisfacción y mucho menos a NOSOTRAS mismas. 

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Foto: Tracey Hocking para Unsplash

Debo confesarles que en mis veintes no me atreví a decirle a mi pareja sexual durante los años que estuvimos juntos (sí, años) que nunca tuve un orgasmo con él. No fingía pero tampoco fui sincera ni hice nada para que mi placer mejorara, incluso hasta llegué a pensar que yo no podía, pero ¡estaba equivocada! Por ello entiendo que no es un tema sencillo, aunque sí debería serlo porque es nuestro bienestar.

Si queremos disfrutar al máximo y alcanzar un orgasmo, entonces debemos empezar por ser sinceras con NOSOTRAS y con nuestras parejas (formales o casuales), por informarles lo que nos gusta, lo que nos hace explotar de placer. 

No es coincidencia que 7 de cada 10 mujeres haya alcanzado el orgasmo masturbándose antes que con una pareja y esto es porque nadie mejor que una misma para explorarse, conocerse y saber en dónde están esos “botones” que activan el clímax del placer. 

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Foto: Ks KYUNG para Unsplash

En cambio, fingir orgasmos provocará frustración, baja autoestima, ansiedad, falta de entendimiento con la pareja y, lo principal, represión del placer propio. 

Estudios realizados en la Unidad del Suelo Pélvico de la Clínica del Dr. Rozalén concluyeron que las consecuencias principales al fingir orgasmos (tanto femeninos como masculinos) son ansiedad que puede desembocar en una depresión, enfermedad mental que actualmente es catalogada como grave; y anorgasmia, ya que entre más se mienta, más difícil será llegar al punto máximo del placer en el sexo alguna vez. 

Si tienes una pareja estable y una relación sana, entonces los pilares deben ser la confianza y la comunicación, por lo que no habrá necesidad de que mientas. Ábrete a hablar sin tabúes y después ábrete al placer. 

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Foto: Nastya Dulhiier para Unsplash

No finjas sólo para complacer al otro, no les ayudas con eso, si no terminaste, dilo. ¡Habla, mujer!

Las mujeres también tenemos ganas de sexo y si quieres saber cuáles son los beneficios de hacerlo, dale click AQUÍ.

Qué NO es normal durante el sexo 

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Tener sexo, junto con comer, dormir y reír son los placeres físicos por excelencia, ya que al hacerlo se nos “enciende” el cerebro, lo cual provoca que se libere una satisfacción inigualable. 

El sexo hace que nuestra mente libere oxitocina (hormona del orgasmo); además de serotonina (hormona de la felicidad) y noradrenalina (hormona o neurotransmisor antiestrés), por ello es que al tener hacerlo -la masturbación también cuenta-, es que no sentimos en el Nirvana.

Por lo tanto, para tener una vida sexual sana hay que estar sanas primero de la mente y NO normalizar estas cosas:

  • NO DISFRUTARLO. Es anormal que no goces el placer que genera tu cuerpo. Si bien es cierto que hay casos excepción ya que al pasar por ciertas enfermedades puedes perder el deseo, debido a los medicamentos que se recetan; el no disfrutarlo nunca es un tema psicológico. 

Un profesional te ayudará a descubrir porqué estás bloqueando tu erotismo y tu placer, no tengas pena ni miedo. Lo importante es que no te reprimas nada en la vida, menos los orgasmos. 

Ilustración: Pixabay

  • SENTIR VERGÜENZA. Si eres de las que no puede hacerlo con la luz prendida porque te da pena que la otra persona vea tu cuerpo, no te estás dejando fluir y apreciar. Todos los cuerpos son perfectos porque son únicos, aprende a amar el tuyo y verás cómo hasta te das cuenta todo lo que puedes sentir si te quitas esos miedos. Admírate, mujer.

  • NO SENTIR UN ORGASMO. No todos tus encuentros sexuales tendrán un final extra excitante porque hay intensidades que dependen del momento y de la química con la pareja que estés, pero sí eres responsable de tu final. Sólo tú conoces tu cuerpo a la perfección, así que sabes qué te hará llegar al clímax. Grábate esto: habla y se te concederá. Pide lo que te haga explotar al máximo de euforia. El orgasmo es de quien lo trabaja, por eso… ¡a darle!

Foto: Pixabay

  • NO TENER TIEMPO. Esta excusa quiere decir que tienes un problema con tu vida sexual y debes preguntarte por qué no quieres gozar. ¿Eres tú?, ¿es tu pareja? Busca soluciones porque no sólo estás perdiendo placer, sino también una serie de beneficios físicos y emocionales. De esto te hablé en mi columna pasada: “Las mujeres también tenemos ganas de sexo”, imprímela y que se vuelva tu mantra. Me lo vas a agradecer.

  • PENSAR QUE ES UN ACTO VACÍO. El sexo es un encuentro íntimo que no sólo conecta lo físico, sino también las energías. Nuestro cuerpo tiene una memoria ancestral que “vibra en sintonía con personas afines… Tiene centros importantes de energía conocidos como chakras y cuando dos personas tienen un encuentro sexual experimentan un proceso de intercambio energético”, afirma la coach y sexóloga Rosario Cardoso. 

No importa que sea sexo de una noche, tu energía se mezcla con la de la persona que elegiste para vivir el placer. 

  • VERLO COMO UN PREMIO O UN CASTIGO. El sexo no es moneda de cambio, no es un condicionante, así que no es normal usarlo para premiar a tu pareja por algo que hizo bien o castigarla porque te enojaste con ella. No se lo hagas pero, principalmente no te lo hagas a ti.

Seguramente has escuchado decir que tu cuerpo es un templo y lo es, así que el sexo es sagrado y tú eres la diosa. No lo olvides, mujer.

Qué es el control del orgasmo y por qué querrías intentarlo

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Experimentar una gran vida sexual se puede basar en muchas cosas como el autoconocimiento, la seguridad, la creatividad y, en ocasiones, hasta en una provocación épica y casi desesperante que finalmente permita llegar al orgasmo. Lo que te acabamos de mencionar se llama control del orgasmo y, cuando te lo expliquemos bien, es posible que quieras probarlo.

Puede ser que retrasar al máximo un orgasmo parezca contradictorio a sentir placer, pero hay quienes encuentran mucho sentido y satisfacción detrás de esta práctica.

Te invitamos a descubrir a continuación qué es el control del orgasmo, esperando que esta información te anime a conocer más y quizá intentarlo con tu pareja en un futuro cercano.

¿Qué es el control del orgasmo?

También es conocido con el término en inglés ‘edging’, debido a que es una práctica que lleva al “límite” a una persona. Sea como sea conocido, el ‘edging’ es lo que sucede cuando detienes repetidamente el juego sexual antes de experimentar un orgasmo, como lo describe el sitio web Pop Sugar.

Mientras que el portal MindBodyGreen, expone que el control del orgasmo (edging), es la técnica en la que una persona llega justo al punto en el que está a punto de tener un orgasmo, luego detiene la estimulación, espera y luego comienza la acumulación nuevamente.

¿Cuál es el objetivo de practicar el ‘edging’?

El ‘edging’ tiene la finalidad de hacer que el acto sexual dure más, extender la sensación de un orgasmo y hacer que el orgasmo se sienta más intenso. Además para MindBodyGreen la terapeuta de relaciones Megan Harrison comentó que “la intención es llevarte a ti misma o a tu pareja repetidamente al borde de un orgasmo”.

La especialista agrega que “así se van construyendo continuamente las sensaciones intensas hasta que finalmente decidas llegar al clímax”.

¿Cómo se hace el control de orgasmos?

El blog Poosh, de Kourtney Kardashian, menciona que el ‘edging’ se trata de detenerse y comenzar, entonces justo cuando tú o tu pareja sexual sientan que van a tener un orgasmo, la clave es retroceder de inmediato hasta que la experiencia sea casi insoportable. Lo anterior hará que alguno de los dos, o los dos, anhelen la liberación más que nunca.

Aunque la idea de detener un orgasmo puede sonar frustrante, el sitio web indica que la incapacidad para llegar al clímax suele ser tan intensa y satisfactoria como alcanzar el orgasmo en sí.

Foto: Unsplash. Deon Black.

Beneficios del ‘edging’

1. Te puede ayudar a tener un orgasmo

Pues para muchas mujeres llegar al orgasmo puede sentirse como una gran presión, expone MindBodyGreen.

Aunque, cabe recordar siempre que sea necesario, llegar al orgasmo no es una obligación ni es la finalidad de una relación sexual. La sexualidad abarca muchísimas cosas y puede disfrutarse sin que siempre exista un clímax involucrado.

2. Es capaz de intensificar tu orgasmo

En la misma página, se informa que el control de orgasmo a menudo conduce a orgasmos más poderosos y a un mayor placer sexual.

3. Puede aumentar la resistencia

De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, los hombres duran un promedio de 5.4 minutos antes de terminar durante el sexo con penetración. Mientras que las mujeres alcanzan un promedio de 13 minutos y 25 segundos en tener un orgasmo real, casi tres veces más. Por esta razón, el ‘edging’ podría ayudar a la pareja a sincronizarse.

Cabe aclarar que el control del orgasmo no se limita al sexo con penetración ni forzosamente entre un hombre y una mujer. Aquí pueden entrar juguetes y cuantas dinámicas quieras implementar (con acuerdos previos, por supuesto).

4. Aumenta la autoconciencia

Dado que el ‘edging’ se trata de estar consciente de tu cuerpo y de lo que siente, la práctica realmente puede ayudarte a estar más presente como un todo.

Por último queda mencionar que puedes experimentar esta práctica sola o con tu pareja.

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