La brecha salarial, explicada por una mujer Premio Nobel 

La brecha salarial es un problema al que se enfrentan las mujeres día con día. Su trabajo pocas veces es remunerado de la misma forma que el de los hombres, a pesar de realizar las mismas actividades o tener el mismo cargo dentro de un centro de trabajo. La más reciente ganadora del Premio Nobel en Economía, Claudia Goldin, ha dedicado parte de su vida profesional en explicar esta situación.

Claudia Goldin es profesora de la Universidad de Harvard. La mayor parte de su carrera ha enfocado sus estudios en encontrar de qué forma efectiva se puede reducir la brecha salarial y cómo es el mercado laboral en temas de equidad de género. Esto la llevó a recibir el Premio Nobel de Economía por su investigación acerca de las mujeres en el mercado laboral, convirtiéndose en la primera mujer en ganarlo de manera solitaria. 

Aquí te presentamos un poco sobre lo que ha dicho la investigadora acerca de la brecha salarial entre mujeres y hombres.

La brecha salarial entre mujeres y hombres, según la Premio Nobel Claudia Goldin

Claudia Goldin
Foto: Wikimedia Commons.

De acuerdo con el portal Make It de la CNBC, por medio de su investigación Claudia ha proporcionado datos completos acerca de los ingresos y el mercado laboral de las mujeres en Estados Unidos a través del tiempo. En su estudio se se ilustra cuál es el proceso ideal para cerrar la brecha salarial a la cual se enfrentan las trabajadoras día con día, resaltando que los cambios que se han hecho hasta la fecha siguen siendo desiguales, ya que no se toma en cuenta de forma correcta las perspectivas profesionales de las mujeres y su rol en el hogar.

Las relaciones en pareja influyen en la brecha salarial, según Claudia Goldin

A pesar de los pocos registros históricos que existen sobre la vida profesional de las mujeres estadunidenses a lo largo de los siglos, la investigadora logró llegar a uno de los hallazgos más importantes sobre este tema.

La diferencia en los salarios y la fuerza laboral no se le debe atribuir a las diferencias biológicas, más bien parte de ella se encuentra relacionada con la división del cuidado no remunerado y las actividades domésticas entre las parejas heterosexuales, debido a que difícilmente existe una equidad de género en este tipo de relaciones. 

Regularmente las responsabilidades del hogar y de los hijos se le atribuyen a las madres, las cuales absorben mucho tiempo, impidiendo que las mujeres dediquen parte de su día al área profesional. Este problema logra que cuando existen puestos más codiciosos y con mejor remuneración, muchas trabajadoras no puedan aplicar, debido a que requieren ser priorizados sobre la mayoría de aspectos de su vida.

Según la investigadora, hasta que no exista la equidad entre parejas, no puede cerrarse la brecha.

Para la investigadora, es clave que el gobierno invierta en cuidado infantil y que crezca el número de trabajos con paga competitiva donde la gente pueda repartir deberes en lugar de llegar a extremos para cumplir. Desafortunadamente, a menudo los trabajos de alto perfil con buena paga implican sacrificar vida personal; eso, para muchas mujeres, es imposible.

Revolución silenciosa 

Claudia Goldin acuñó el término de “revolución silenciosa” para describir dentro de su investigación el fenómeno de la brecha de género y el aumento de la participación de las mujeres casadas en los centros de trabajo; su investigación se concentra en Estados Unidos, pero fácilmente puede relacionarse con otras partes del mundo.

De acuerdo con el portal web The Conversation, en el estudio de la ganadora del Nobel explica que hay dos claves para que haya crecido la participación de mujeres casadas en el mercado laboral durante las últimas décadas: la educación y que la edad promedio para casarse ha aumentado. Esto último ha permitido que muchas mujeres puedan centrarse en su vida profesional, metas e identidad propia antes de pensar en formar una familia.  

Hasta la fecha, la educación es una inversión para que las mujeres logren planificar un futuro independiente y tomar decisiones propias acerca del matrimonio y la familia. Esto ha desarrollado un aumento de trabajadoras en el mercado laboral desde el siglo pasado. Mientras que en la parte familiar es donde existe más peso en el tema de la brecha salarial; la falta de permisos paternales en centros de trabajo desencadena una desigualdad de ingresos entre el hombre y la mujer.

La investigadora destaca que el cambio también requiere una mejor organización en los lugares de trabajo, dejando de recompensar de manera exponencial a las personas (en su mayoría hombres) que pueden trabajar por largas horas debido a su poca preocupación por otras tareas fuera de las profesionales. Hay muchas industrias que poco a poco han ido implementando cambios positivos para una mejor equidad entre las empleadas y empleados, pero aún existen un largo camino que recorrer para alcanzar verdaderos cambios.

Foto principal: Imagen de pch.vector en Freepik

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