Por qué se dice que Islandia es un paraíso feminista

Alrededor del mundo, parece que ser mujer es vivir a contracorriente. Ni los países más desarrollados están libres del machismo, la misoginia y la injusticia. Actualmente en Islandia, un país que desde hace décadas se ha considerado un modelo feminista, se genera un cambio social para promover la igualdad y una vida libre de violencia.

Recientemente en Islandia se hizo una huelga donde participaron cerca de 100,000 mujeres y personas no binarias para poner sobre la mesa la falta de acciones para temas de género en este país nórdico.

La marcha celebrada el 24 de octubre, donde participaron miles de mujeres y personas no binarias, incluyó a la primer ministra del país, Katrín Jakobsdóttir. Se buscaba protestar contra la persistente brecha salarial de género en el país, así como la violencia sexual y de género generalizada que viven hoy en día.

La histórica huelga de mujeres en Islandia

Foto: AP. Arni Torfason

La huelga hizo eco al primer movimiento masivo feminista de 1975, donde el 90% de mujeres del país se negaron a trabajar tanto dentro como fuera del hogar para demostrar su valor a la sociedad. Recuerda la BBC que ese día muchas empresas e instituciones se detuvieron y mostró la fuerza y la necesidad de las mujeres. Cambió por completo la forma de pensar.

El también llamado “Viernes largo” contó con más de 25,000 mujeres que se reunieron para cantar, escuchar arengas y discutir ideas.

Gracias a esta marcha, se propusieron bases políticas para la igualdad y mayor participación de la mujer. Como lo dijo la primer ministra Katrín Jakobsdóttir en el Foro Económico Mundial en 2018, a partir de entonces se creció en una sociedad con referencias de mujeres en el poder.

Gracias a este movimiento, las infancias estaban rodeadas de modelos a seguir y fue donde las mujeres ocupaban más espacio en la sociedad que nunca antes.

Por qué se dice que Islandia es un paraíso feminista

A raíz de la huelga, en noviembre de 1975, Vigdís Finnbogadóttir, una madre soltera divorciada, había ganado las elecciones de Islandia ese verano. Según la BBC, fue la primera mujer presidenta en Europa y la primera en el mundo elegida democráticamente como jefa de Estado. Ocupó el cargo durante 16 años.

Este logro fue significativo ya que la Vigdis Finnbogadottir no solo ocupaba el cargo más poderoso posible sino porque era una mujer no obligada a elegir entre tener una familia o tener una carrera. Una elección a la que se enfrentan las mujeres en muchos países que limita su participación en el mercado laboral y su acceso a la toma de decisiones.

Actualmente el parlamento de Islandia tiene la mayor proporción de mujeres de Europa, un 47.6%. Además, la tasa de empleo femenino es mucho más alta que en el resto del continente: el 77.5% en 2021, frente al 67.5% en la zona continental de Europa.

Katrín Jakobsdóttir atribuye el hecho de que tantas mujeres ocupen puestos de poder a las políticas públicas que permiten seguir una carrera profesional y trabajar, a la par de procurar su vida familiar. Esto les ha permitido elegir exactamente qué quieren hacer.

Por qué se está luchando otra vez

A pesar de que, como lo comenta Euronews, el país ha encabezado los rankings de igualdad de género durante más de una década y se ha hecho conocido como un “paraíso feminista”, está muy lejos de ser una situación ideal.

Como lo comenta María Hjálmtýsdóttir en un artículo de opinión de The Guardian, se llegó a pensar que esa marcha de 1975 fue la solución de los problemas de la mujer. Sin embargo, está muy lejos de ser la realidad.

Se tachó la huelga más reciente como un movimiento de “feministas ingratas de clase media que lo tienen todo pero permanecen enojadas por todo y por nada”. O que, en todo caso, se trataba de que las mujeres solo buscaban tomarse un día libre para encontrarse con sus amigas y hacerse víctimas de una injusticia imaginada. (¿Dónde hemos oído eso también?).

Hjálmtýsdóttir explica el problema aunque se diga que Islandia es un paraíso feminista. A pesar de que tienen ejemplos de mujeres poderosas por todas partes y privilegios con los que las mujeres en muchas partes del mundo solo pueden soñar, aun siguen con problemas de discriminación, misoginia, violencia sexual, violencia doméstica y brecha salarial.

The Guardian expone que en Islandia las mujeres ganaron en promedio un 21% menos que los hombres en 2022, mientras que poco más del 62% de las víctimas de violencia sexual son menores de 18 años y poco menos del 92% son mujeres.

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