El sueño es uno de los aspectos más importantes de la salud humana, por lo que vale la pena hacer lo que podamos para descansar mejor. Uno de los factores más importantes para dormir bien por la noche es la comodidad de tu colchón.
Por lo tanto, es importante ponerle atención a tener el mejor colchón de acuerdo a tus posibilidades (recuerda que no siempre un mayor precio es mejor calidad) y reemplazarlo cuando es necesario. Pero, ¿cada cuándo cambiar colchón, o cómo sabes cuando ya debes hacerlo?
Nosotras te decimos más al respecto.
¿Cada cuándo cambiar colchón?
De acuerdo con el sitio web Dreams, en la industria de los colchones suele recomendarse que reemplaces el tuyo cada ocho años, porque para entonces habrá perdido gran parte de su comodidad y soporte originales.
Por su parte, el portal especializado Sleep Foundation recomienda que el tiempo ideal para cambiar tu colchón es cada 6 u 8 años, aproximadamente.
The Spruce especifica que, si bien el colchón al menos se debe de reemplazar cada 8 o 10 años, la decisión no es tan simple. Simplemente no existen pautas estrictas sobre cuándo se debe reemplazar un colchón.
¿Cómo saber que ya es momento de cambiar tu colchón?
Las clasificaciones o garantías de los colchones no dictan la vida útil de un colchón con la misma eficacia que tu propia experiencia subjetiva de dormir sobre él. Un colchón es una inversión en tu bienestar, y hay varias señales de que tu colchón está listo para ser reemplazado, según The Spruce.
- Te sientes incómoda cuando te acuestas, te despiertas cansada y adolorida.
- Ves signos visibles de desgaste en tu colchón. Hay flacidez o notas bultos en algunas zonas. Puedes escuchar los resortes de la cama cuando te acuestas.
- Has intentado girarlo o voltearlo, pero fue en vano. Todavía no se siente más cómodo.
- Sufres de alergias y llevas mucho tiempo con el colchón. Si no has estado usando cubiertas protectoras que reducen las alergias, los ácaros del polvo podrían representar un problema. Incluso las camas más limpias pueden tener ácaros del polvo.
- Tienes más de 40 años y has estado durmiendo en la misma superficie de descanso durante unos 10 años. El cuerpo humano se vuelve más sensible a los puntos de presión con la edad. Los puntos de presión pueden dar lugar a sacudidas y giros y trastornos de sueño, lo que puede ser malo para tu bienestar general.
¿Vale la pena el costo de un colchón nuevo?
De acuerdo con Sleep Foundation, un colchón nuevo puede mejorar la calidad de tu sueño, lo que influye en todo, desde niveles de energía hasta tu estado de ánimo y tu salud en general. Algunos beneficios potenciales de un colchón nuevo son los siguientes.
- Sueño mejorado. Un ensayo clínico revisado por pares en 2009, encontró que los colchones nuevos mejoraron significativamente la calidad del sueño y redujeron tanto el dolor de espalda como el estrés percibido en la población del ensayo. La mayoría de los nuevos propietarios de colchones también informan que la calidad del sueño mejoró después de comprar una cama nueva.
- Dolores y molestias reducidos. Si te despiertas con dolor o rigidez en la espalda, los hombros, la cadera o el cuello, es muy posible que tu colchón sea parte del problema. Las camas más viejas tienden a hundirse en algunos lugares, lo que reduce el soporte y hace que sea menos probable que tu columna esté alineada correctamente.
- Transferencia de movimiento reducida. Los colchones más viejos tienden a transferir más movimiento de un lado de la cama al otro. Esto significa que un compañero que cambia de posición en la noche puede interrumpir tu sueño. Un colchón nuevo, y en particular una cama totalmente espuma o híbrida, transferiría menos movimiento, lo que ayudará a las parejas descansar mejor juntas.
- Reducción de alergias/asma. Los colchones viejos acumulan ácaros del polvo, moho, bacterias y otros alérgenos a un ritmo alarmante. Un pequeño estudio realizado por la Universidad Nacional de Singapur encontró que los colchones tenían la mayor concentración de ácaros del polvo de todos los artículos del hogar, y otros alérgenos también son muy comunes en los colchones más viejos.