Adiós 2023… No te voy a extrañar tanto

Personalmente no cierro este 2023 al tope. No es que haya sido un mal año (laboralmente para mí fue uno de los más grandiosos, recuperé mi salud física tras el embarazo y lactancia, y definitivamente tengo miles de cosas que agradecer a la vida), pero aun así definitivamente no es mi favorito.

Fue un año medio raro, ¿no? Un completo regreso de la pandemia, pero al mismo tiempo todos anduvimos como gallina sin cabeza; percibo desorientación y desequilibrio, a veces pienso que la pandemia no nos enseñó nada y ya se nos olvidó todo.

Me pone bastante triste (por decir lo menos) lo que pasa en el mundo: las guerras, los desacuerdos, la falta de humanidad o la inseguridad.

Adiós 2023

¿En dónde estamos? ¿Por qué nos hemos perdido tanto? A veces miro a la nada y pienso en esa tristeza, en la devastación, y les juro que pido con todas mis fuerzas que llegue la luz y la paz a nuestros corazones.

Suena inocente pensar que todo va a mejorar por arte de magia. Puedes decir que solo los niños piensan así pero, entonces, ¿no somos los adultos quienes lo estamos haciendo todo mal porque las cosas no tendrían que llegar a este punto? Aunque suene trillado, cambiar el rumbo sí está en nuestras manos, porque dejar de evolucionar emocional y mentalmente no debería ser una opción.

Muchos dicen que es el rezago del Covid-19, otros que las crisis económicas o que la teoría de la conspiración. Probablemente es todo eso y más pero, entonces, ¿qué nos toca? ¿Por donde empezar? Lo he pensado 70 millones de veces, lo he platicado con amigos que sienten esta misma zozobra y la conclusión siempre es la misma: debemos empezar por nosotras mismas y nuestro microcosmos para entonces, poco a poco, ir cambiando el entorno.

Leí hace no mucho que toma tres generaciones cambiar el rumbo, y honestamente no sé si tengamos tanto tiempo.

Hoy no voy a hablar de moda, porque de qué sirve la moda si no hay humanidad, respeto y empatía. De qué sirve vestirnos ‘aesthetic’ si no hemos buscado armonía desde el interior, de qué sirve tener la bolsa más trendy si por dentro estamos rotos.

Somos más quienes deseamos un gran año

Hoy les invito a hacer cambios en su día a día para que vayamos haciendo una cadena de paz, empatía y humanidad que tanto nos hace falta. No importa si tienes hijos o no, todos merecemos un mundo mejor hoy, pero para eso tenemos que trabajar en conjunto y de pronto hacer cambios en pro del bien común.

Pequeños cambios y actos de buena fe suman. Hagamos algo por alguien diario sin esperar nada a cambio (no hablo solo de temas económicos), regalemos esa sonrisa, no le gritemos groserías al que se metió en la fila, escuchemos a esa persona que necesita un abrazo en vez de ver tantas redes, mandemos paz y vibras positivas a todos aquellos alrededor del mundo que sufren por una causa u otra. De verdad el mundo necesita de nuestra luz para salir de este agujero negro.

Honestamente me gustaría pensar que el 2024 será un gran año. Todo parece indicar que no, pero mi esperanza de niña me lleva a pensar que sí, que estamos a tiempo de hacer un cambio, que sí podemos enderezar el camino; aunque la deuda social es grande, somos más quienes queremos y deseamos un mundo en paz, amor y armonía.

Les mando un abrazo apretado, y de todo corazón los mejores pensamientos para todas, que encuentren lo que están buscando y si no lo encuentran es por que viene algo mejor.

GRACIAS.

Con cariño,
Gina

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