Bienvenidas a Sin letras chiquitas

Naces, creces, te reproduces y de pronto te agregan a CHATS DE MAMÁS. Sí, suena divertido, interesante, sobre todo si fuiste la primera de tus amigas en ser Mamá y al fin estarás en el mismo canal que muchísimas mamás, pero hay una variante de los chats que es LA ESCOLAR.

¡Hijas de su madre! Y me incluyo porque se contagia, se te pega eso de estar preguntando cosas, poner “que se mejore” cada vez que alguna comparte que su hijo estornudó, seguido de 25 mensajes de “que se mejore” más.

Pero me generan una ansiedad tremenda: que si el ‘money pool’, la cuota del regalo del maestro, los entrenamientos de fut, apuntarte en listas para hacer actividades con tus hijos, llevarles el lunch calientito a la salida para los que se quedan al ‘after school’ porque nos dijeron que la clave del éxito está en el deporte, y seguramente influye mucho por la disciplina, hábito y demás. Pero cuando se te juntan las actividades de tus hijos y no puedes ir a todo te conviertes en una especie extraña, respiras más rápido, piensas en tus mil pendientes a una velocidad que te marea, sientes como si te caminaran piojos por la cabeza y te dan unas ganas inmensas de gritar “YAAAA NOOOO PUEDOOOO MÁAAAS”.

Y después se te pasa, te organizas, lo resuelves y vuelves a escribir algo en el chat.

He visto muchísimos memes en estos días sobre el regreso a clases, el típico video de Tom Cruise cantando en el coche a todo pulmón “And I´m freeeeee, free falling”, compartido por miles de mamás donde ponen “Yo después de llevarlos por fin a la escuela”. Y por supuesto que es chistoso, me muero de risa, porque la maternidad SIN DUDA es la chamba más difícil que existe, más gratificante también, obviamente. Pero wow, lo súper poderosas que somos las Mamás, porque no solo es llévalo, tráelo, cocínale, ten su uniforme planchado y listo, hay que contenerlos, escucharlos, abrazarlos fuerte e interesarnos por su día aunque no cambie mucho la narrativa de un día a otro.

La mejor parte es cuando llega tu esposo de trabajar y te dice “¿Vemos una peli? O, ¿por qué estás tan cansada” Ahí si te puedes convertir en “Voldemort” en cuestión de segundos pero tampoco tienes energía para esa transformación, entonces te das cuenta de que ese consejo que te daba tu abuelita de “escoger tus batallas” es mucho más serio de lo que pensabas.

Esto es Sin letras chiquitas

Malabarearnos entre trabajo, casa, maternidad, esposo y aparte comer sano, hacer ejercicio, arreglarte y no convertirte en “Doña Florinda” suena fácil, la verdad es que con el paso del tiempo es mucho menos complicado. Peeeero hay fácil unos 10 días del mes que me encantaría tener vacaciones y que esos castigos cuando éramos chavitas de “te vas a tu cuarto y no sales en toda la tarde” serían, tan cual, un regalo divino en estos momentos de adaptarnos a la nueva rutina, al regreso a clases y todo lo que conlleva.

Es un tema agridulce porque agradeces con todo tu ser verlos sanos, fuertes, creciendo, emocionados, haciendo amigos, cargando su mochila que parece más grande que ellos y por otro lado te cuesta soltar, aceptar que ya no son unos bebitos aunque sientas que nacieron antier. Vamos a vivir este proceso juntas, por eso lancé Mamá sin letras chiquitas y en mi Instagram les platico todo.

Soy Mel De Haene y estoy amando escribir esta primera columna para ustedes. Estaremos tocando temas que como mujeres, esposas y mamás me llaman mucho la atención y me encantará leer sus comentarios, bienvenidas.

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